Según un informe de FADA, en cada litro de leche que paga el consumidor, el 27% son impuestos. En la carne y el pan, la presión impositiva también ronda un cuarto del precio total. Un 80% de esos tributos van a parar a las arcas nacionales.
La presión fiscal impacta en toda la cadena de valor agroindustrial y mientras las entidades que representan a los productores reclaman por el fin de las retenciones y otras medidas para aliviar la carga de impuestos, los consumidores también sufren este problema al momento de comprar alimentos.
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) actualizó el informe que realiza dos veces al año sobre la carga impositiva que presentan tres alimentos básicos en la canasta familiar argentina: la leche, el pan y la carne.
El resultado fue por demás concluyente: una cuarta parte de su precio de venta son impuestos, un valor similar al que la entidad midió a fines del año pasado.
Pero en esta oportunidad, Natalia Ariño, economista de FADA, puso en ejemplos prácticos el impacto de esta carga fiscal sobre el valor de los alimentos.
“Si voy a la panadería y compro ocho bollitos de pan, resulta que cuando los voy a comer hay dos bollitos que son impuestos. Si lo aplicamos en la leche, me tomo un vaso de impuestos por cada sachet. En la carne es la misma proporción, por cada kilo que compramos, nos comemos 250 gramos en impuestos”, explicó.
EL PASO A PASO DE LOS PRECIOS
Al ahondar en detalles, el estudio mostró que, desde el campo a la mesa, el precio de la leche se multiplica por cuatro y el del trigo por diez.
En el caso de la leche -a nivel cadena productiva- el 63% son costos de producción, 10% es el resultado y un 27% son impuestos.
En tanto, del total que paga el consumidor por kilo de pan francés, el trigo representa el 10%, el molino el 4%, la panadería el 59% y los impuestos el 27%.
También es posible observar cómo está compuesto ese importe, en el estudio se detalla que el 48% son costos, el 27% impuestos y el 25% ganancias.
Por último, en el caso del kilo de carne, la cría representa el 26%, el feedlot 31%, frigorífico 4%, carnicería el 15% y los impuestos el 24%.
“Cuando hablamos de costos incluye muchos factores: la compra de los animales, la luz, los sueldos de los trabajadores, el alquiler de los campos o locales, los fletes, entre otros”, agregó Ariño.
De este modo, por cada $4 que se pagan por estos alimentos, $1 corresponden a impuestos. En promedio, entre los tres productos, los impuestos nacionales representan el 80%, impuestos provinciales 16% y municipales un 4%.
“Es importante aclarar que el hecho de que un eslabón tenga mayor participación en la composición del precio, no significa necesariamente que sea el eslabón que más gane, sino que está relacionado con los procesos, escalas, ganancias y costos que tiene ese eslabón”, explicó la economista.