Los números relacionados a la calidad de las vivendas, publicados en el informe anual de la Encuesta de Condiciones de Vida de la DEIE, arrojan resultados alarmantes en algunas zonas de Mendoza.
La emergencia habitacional en algunas zonas de la provincia de Mendoza se hace evidente con los números publicados en el informe anual de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del 2023 elaborada por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) de Mendoza. La vivienda, de acuerdo a la definición del propio informe, representa un bien vital para la existencia humana, porque permite el refugio, albergue, protección ambiental, seguridad y privacidad de sus ocupantes. Se trata de una necesidad básica y por lo tanto, de un derecho ciudadano.
Las viviendasdeben reunir las condiciones mínimas para que sus habitantes puedan cumplir sus necesidades fundamentales como alimentarse, descansar, higienizarse, reproducirse, realizar actividades de esparcimiento e interactuar entre ellos/as. El estudio elaborado por la DEIE, define a los ranchos, casillas, piezas en inquilinatos y hoteles, locales no construidos para fines habitacionales y otros, como viviendas de mayor nivel de precariedad habitacional. Si se tiene en cuenta esta definición, tanto a nivel provincial como en las distintas regiones existe un porcentaje alto de viviendas de mejor calidad.
Sin embargo, la precariedad de las viviendas en relación a la calidad de los materiales con los cuales han sido construidas o, en su defecto, la falta de estos, es alta en la provincia, principalmente en las zonas Rurales. El indicador de calidad de los materiales utilizado por la medición de la DEIE se basó en los criterios del Indec para la elaboración del Índice de privación material de los hogares. Para ellos se tomaron tres rubros, los materiales de los pisos interiores, los de la cubierta externa de los techos y la presencia de revestimiento o cielorraso en la parte interior de los techos.
Considerando los criterios de durabilidad y aislamiento que proporcionan los diferentes materiales para el piso y el techo exterior e interior, el 66,3% de las viviendas en la zona urbana son catalogadas como suficientes mientras que en la zona rural solo el 37,5% cumplen estos criterios. Por otro lado, en la zona urbana el 29,1% de las viviendas tiene al menos una de las partes constitutivas de calidad parcialmente insuficiente y esto crece al 39,8% en la zona rural. La brecha crece cuando la calidad del piso o del techo es insuficiente. En la zona urbana el porcentaje es del 4,7% y en la zona rural del 22,7%.
¿Cuál es la región o zona con más viviendas precarias en la provincia?
Si se divide por región vemos que en el Gran Mendoza el 59,5% de las viviendas tienen calidad suficiente, el 33,9% parcialmente insuficiente y el 6,7% insuficiente. En la región Este los números son el 49,4% de las viviendas tienen calidad suficiente, el 43,0% parcialmente insuficiente y el 7,6% insuficiente.Te podría interesar
En tanto, el Noreste es la región con mayor cantidad de viviendas precarias. Solo el 18,5% tiene una calidad suficiente mientras que el 60,2%, es decir, más de la mitad de las viviendas presentan una calidad parcialmente insuficiente y el 21,3% son insuficientes.
Por su parte, la zona Sur y el Valle de Uco, junto al Gran Mendoza son las regiones mejor posicionadas. En el Sur, el 77,3% de las viviendas tienen calidad suficiente, el 9,6% parcialmente insuficiente y el 13% insuficiente. El Valle de Uco con el 58,7% de las viviendas con calidad suficiente, el 26,1% parcialmente insuficiente y el 15,3% insuficiente.
Esta diferencia entre lo rural y lo urbano se mantiene cuando observamos el acceso a los servicios públicos. La gran mayoría de los hogares ubicados en zonas urbanas acceden tanto a red de agua como a red de gas y cloacas. Pero no sucede lo mismo en las zonas rurales en las que se observa un marcado descenso en el acceso, principalmente, a red de gas y cloacas.
Si se analiza dicho acceso por región también se observan marcadas diferencias, dadas por la extensión de dichas redes en cada territorio. En el estudio destacan que el acceso a los distintos servicios no sólo depende de la existencia de las redes en la zona donde se ubican las viviendas, sino también de la posibilidad con la que cuentan los hogares para realizar las conexiones domiciliarias.
Nuevamente es la región noreste la que presenta los porcentajes más bajos respecto al acceso a gas de red y cloacas, 28% y 26,8% respectivamente. Esto se debe a la casi inexistencia de dichas redes en los departamentos que conforman esta región (Santa Rosa, La Paz y Lavalle).
Por último, al tener en cuenta las instalaciones de saneamiento, con la procedencia del agua y el tipo de desagüe del inodoro, en general, tanto a nivel provincial como regional, se observan grandes diferencias en las zonas urbanas y rurales, las viviendas urbanas concentran los mayores porcentajes en conexiones a servicios por lo que presentan también los mayores porcentajes de calidad satisfactoria, es decir que el 89,2% de los hogares de la provincia ubicados en las zonas urbanas acceden a instalación de agua de red pública y cuentan con desagüe del inodoro a cloaca. Mientras que en las zonas rurales, el 55,4% de las viviendas cuentan con servicios básicos, es decir, con calidad insuficiente, debido fundamentalmente, al bajo porcentaje de conexiones a red de cloacas.