En las facultades se evidencian los problemas en escritura y comprensión de textos, sumado a una atención cada vez más dispersa. Las estrategias en las aulas estatales y privadas.
Las falencias y el bajo nivel académico con el que ingresan muchos alumnos del secundario a la universidad se ha tornado preocupante para las autoridades que no sólo visibilizan la problemática, sino que están trabajando en diferentes proyectos para hacerle frente al problema.
La situación no difiere entre la universidad pública o privada. En ambas modalidades muchos de los estudiantes que ingresan presentan dificultades en comprensión lectora y matemática. Esto impacta negativamente en su rendimiento académico y en su capacidad para adaptarse a las exigencias impuestas por el nivel superior.
En paralelo, la Dirección General de Escuelas (DGE) trabaja de manera articulada con el nivel Superior para que los egresados puedan incorporarse al mundo universitario de manera exitosa.
Para ello, la subsecretaria de Educación, Claudia Ferrari, contó que desde la DGE avanzaron con estrategias evaluativas para reforzar los contenidos, a partir del diagnóstico que las diferentes facultades de la UNCuyo observaban de los estudiantes, en los que se ponía de manifiesto serias debilidades.
UNCuyo: los coletazos de la pandemia
De acuerdo con datos oficiales, en el 2023 ingresaron a la UNCuyo cerca de 6.500 estudiantes. De ese total, el 33% tenía menos de 20 años, es decir, eran alumnos que recién egresaba de la Secundaria, el resto presentaba otra edad y otra realidad académica.
“Es necesario aclarar esta situación porque no sólo ingresan a las universidades, tanto pública como privada, estudiantes que recién egresan de la Secundaria, sino que ellos son sólo una parte del universo de estudiantes, pero no todo“, expresó Julio Aguirre, secretario Académico de la UNCuyo y aclaró que los datos de este año aún están siendo procesados.
Si bien las competencias académicas exigidas a la hora de evaluar a los ingresantes se han mantenido en el tiempo, la cantidad de ingresantes respecto a la de aspirantes -es decir, aquellos que no necesariamente lograron entrar- ha disminuido.
“Lo que hemos hecho en muchas carreras es ampliar los cursos de formación de los ingresos para tratar previamente algunos saberes, fundamentalmente en comprensión lectora y matemática“, sintetizó Aguirre.
Pese a las falencias presentadas por los alumnos, el secretario académico destacó la labor que viene realizando la Dirección General de Escuelas con el refuerzo de las Trayectorias Débiles, el Plan de Alfabetización que incluye los diferentes censos como los de Lectura y Matemática, este último se puso en práctica este año y arrojó resultados alarmantes, demostrando el estado crítico en el que se encuentran los estudiantes.
“Si bien se han observado algunos resultados positivos, también es meritorio aclarar que muchas de las problemáticas que se observan hoy en los ingresos tiene que ver con que son estudiantes de la pandemia y los coletazos se siguen replicando“, expresó Aguirre.
Desde la DGE, confirmaron que “hay una preocupación real de que todo estudiante que ingresa del nivel Secundario y quiera continuar en la educación superior lo pueda lograr con éxito“.
Atención más dispersa, textos más cortos
Tras las dificultades alcanzadas, desde la UNCuyo reforzaron en varias carreras los módulos orientados a la comprensión lectora, también sumaron herramientas para abordar textos complejos.
“Por otro lado, hemos detectado, mediante un registro cualitativo, que cada vez les cuesta más a los jóvenes mantener la atención por un tiempo extenso en un mismo texto. Hay muchas microinterrupciones en su flujo de lectura que dificulta la comprensión de textos complejos. Esto está dado por el uso de tecnología y el sometimiento a múltiples estímulos“, detalló Aguirre.
Frente a esta dificultad, se está trabajando en acortar los textos o articularlos con recursos complementarios, normalmente audiovisuales, que contribuyen a mejorar la comprensión lectora.
Estas falencias académicas no derivan, al menos en la UNCuyo, en el abandono o la deserción de los estudios. Sin embargo, las autoridades están avanzando en varios proyectos, como el Sinceramiento Curricular (SICU) que está vinculado a la revisión constante de los planes de estudio, de cada una de las materias y las actividades evaluativas.
La situación en las universidades privadas
Lejos de contar con un mejor escenario, en las universidades privadas ocurre lo mismo que en la pública.
Roxana Lopresti, directora de Comunicación, Periodismo y Locución de la Universidad Juan Agustín Maza, manifestó que todos los años reciben estudiantes de diferentes colegios y, la mayoría, llega con serios inconvenientes en comprensión de texto y ortografía.
A pedido de los docentes de Periodismo, Locución y Publicidad, se ha puesto en marcha un curso de ortografía, con una duración de cuatro meses.
“Por el momento lo hemos realizado como prueba piloto y, luego, la idea es extender el proyecto a todas las facultades de la universidad. Los resultados se verán en un mes y deseamos que los estudiantes mejoren no sólo su nivel ortográfico, sino también su sintaxis“, expresó la profesional.
Lopresti aseguró que “los estudiantes vienen muy tecnológicos y nosotros no podemos permitir que un chico de Periodismo, de Publicidad o de Locución egrese de la universidad con problemas de comprensión de textos o de ortografía, problemas que vienen arrastrando desde el Primario y Secundario”
Teniendo en cuenta que son estudiantes que forman parte de la Generación Z, es decir, nativos digitales que nacieron entre mediados de los 90 y la década de los 2000 y nunca vivieron sin internet, la directora de la carrera anticipó que para el próximo año tienen previsto modificar el plan de estudio de Publicidad para que esté más focalizado a lo virtual, en línea y a la Inteligencia Artificial (IA), entre otros aspectos.
Desde la Universidad Aconcagua manifestaron que lo que más se observa en las aulas es una falta de atención plena. Los chicos no logran concentrarse por mucho tiempo y eso se analiza en los diferentes plantes de estudios.
Asimismo, advirtieron que “los estudiantes no llegan al nivel universitario con una rutina de estudio predeterminada“.