Los datos son del primer trimestre de este año. La Paz, Lavalle y Rivadavia registran los porcentajes más altos de morosidad. Malargüe es el que más recaudó. En la comparación interanual, se observa fuerte caída en otras comunas.
La caída en la recaudación por la situación económica y el impacto de los cambios en el Impuesto a las Ganancias azotó a muchos municipios. Las tasas municipales son uno de los instrumentos propios que hay para recibir fondos, y en algunos casos registran el desplome.
Los informes de morosidad que exhibe la web oficial del Tribunal de Cuentas con respecto al primer trimestre de este año, muestra que La Paz encabeza el ránking, seguido por Lavalle y Rivadavia. Del otro lado de la tabla aparece Malargüe con 20% de morosidad. En la comparación interanual, algunos se mantienen o mejoran un poco y otros caen como Luján de Cuyo, Santa Rosa y Tupungato.
El 2024 venía complicado en materia de recaudación, así lo advertían desde los municipios a Los Andes y avizoraban una caída de, alrededor, 35%. De acuerdo a los números finales que entregaron al Tribunal de Cuentas, dando cumplimiento a la Ley de Responsabilidad Fiscal, en algunos casos es mucho más alto.
De acuerdo a un relevamiento realizado por este medio en cada uno de las 18 comunas, los porcentajes de morosidad oscilan el 90%. El Anexo 23 denominado “Informe de Morosidad” por cada uno de los Derechos, Tasas Municipales y Reembolsos que se despliega en cada comuna, muestra las distintas realidades porque hay diversas tasas de acuerdo a los servicios como puede ser alumbrado, barrido y limpieza (ABL), comercios, cementerio, etc.
POCA RECAUDACIÓN
En todos los casos se acarrea morosidad de períodos anteriores y se tiene en cuenta el monto emitido, no así la cantidad de morosos porque no todos los contribuyentes pagan lo mismo. Incluso, una misa persona puede tener varios servicios en su cuenta.
La Paz facturó, para el trimestre, $4,7 millones pero recaudó casi $400.000, es decir que el 91,5% del monto emitido no fue cobrado al 31 de marzo. Registra recupero de ejercicios anteriores pero el saldo de morosidad es de $32,5 millones.
El monto que podría ingresar no mueve la aguja dentro del total de gastos. $416,3 millones es lo que se pagó en sueldos en ese mismo período en los 737 empleados declarados (permanente y temporario). Es decir, la morosidad no llega el 8% de estas erogaciones.
La caída es notoria si se lo compara con el mismo período del año pasado, aunque también registraba poca recaudación. En ese momento, se computó un 22,5% de los fondos facturados. Es decir que, el menos en este análisis, experimenta una baja del 14%. Los Andes intentó consultar el intendente Fernando Ubieta pero no obtuvo respuesta.
Un poco más abajo aparece Lavalle, municipio administrado por Edgardo González que tenía previsto cobrar $141 millones y obtuvo $18,7 millones, lo que implica un 86,8 % de morosidad y un saldo a cobrar de $197,5 millones. El año pasado, durante la gestión de Roberto Righi, la situación fue muy similar con algunas décimas de diferencia.
Para tener una noción de cuánto implica, podría decirse que es un poco más que los $159,6 millones que costaron los 147 cargos transitorios en ese trimestre.
Desde la comuna refutaron, escuetamente, los datos: “Estamos por debajo del 50%. Los planes que hay: pago contado con quita del 100% de recargos; en 3 cuotas hay quita del 60% de recargos; en 6 cuotas se quita el 40% en los recargos y si se hace en 12 cuotas no hay quita”.
Rivadavia completa el podio de los municipios con mayor morosidad. La comuna bajo la administración de Ricardo Mansur emitió boletos por $293 millones pero recibió $57,3 millones. Así, la cuenta arroja un 80,5% de morosidad por tasas municipales.
Hay más de $705 millones de saldo que adeudan los contribuyentes. Desde la comuna no respondieron a la consulta de este medio. No obstante, en los gastos corrientes del municipio, los 822 empleados (permanentes y transitorios) demandaron en sueldos $890,2 millones, un poco más que la morosidad total.
Podría decirse que al actual intendente le fue peor que a su antecesor. En la era de Miguel Ronco, el primer trimestre le dejó un 70% de morosidad, casi 10 puntos menos que ahora.
Otro de los departamentos con caída importante es Santa Rosa, aunque en este caso la gestión está bajo la misma persona: Flor Destéfanis. La intendenta recibió cerca de $22 millones por tasas municipales de los casi $114 que había facturado para el primer trimestre.
Así, la morosidad es del 80,5% como en Rivadavia y hay $128,5 millones en el saldo declarado. Los fondos que se adeudan superan lo que piensa invertir la intendenta en el Centro Sustentable para tratamiento de residuos, casi $80 millones.
No obstante, el año pasado la deuda de los contribuyentes al municipio santarrosino, no llegaba al 40%: cae a la mitad el porcentaje de la recaudación en este recorte trimestral en la comparación de un año al otro.
En Luján de Cuyo pasaron de recaudar el 62% de lo emitido el primer trimestre del 2023 durante la gestión de Sebastián Bragagnolo, a un 25% este año en los primeros meses de Esteban Allasino: de $8.600 millones se obtuvieron $2.100 millones.
El saldo en morosidad, teniendo en cuenta lo que se acarrea y todos los ítems, ronda los $13.000 millones según muestra el informe del Tribunal de Cuentas. Recordando el reclamo por el coeficiente de equilibrio regional, el intendente aseguraba que perdería $2.680 millones este año.
La misma situación se da en Tupungato que cayó de casi el 52% de recaudación con Gustavo Soto en la intendencia, a un 34% (18 puntos) en el primer mandato de Gustavo Aguilera. El jefe comunal calculó boletos por $53,8 millones y le llegaron $18,3 millones y tiene cerca de $246 millones a cobrar.
Al cierre del trimestre, la comuna declaró 412 empleados entre permanentes y temporarios. Los gatos por personal fueron de $660 millones. Es decir que si se recaudara toda la deuda, es casi el 40% del gasto trimestral en recursos humanos.
MÁS FONDOS QUE DEUDA
Hay mucha variación de porcentajes entre lo emitido y lo recaudado. Los que están mejor posicionados llegan a casi la mitad. Es decir que han cobrado cerca del 50% de lo facturado en el trimestre, como es el caso de Godoy Cruz y un poco más abajo aparecen tanto Guaymallén como San Rafael.
Por arriba de esa media hay un municipio que salta la banca y es Malargüe. El intendente Celso Jaque ajustó los mecanismos y ostenta apenas un 20% de morosidad. Emitió boletos por $60,3 millones y recaudó cerca de $48 millones quedando un saldo total de $232 millones a cobrar.
Es notable la mejora si se lo compara con la gestión de Juan Manuel Ojeda que, que al cierre del primer trimestre del año pasado, computaba una morosidad cercana al 53%. Es decir que el actual jefe comunal bajó en 30 puntos la morosidad en los primeros tres meses de su gestión.
Otro de los municipios que registra más recaudación que morosidad (en porcentajes) es la Ciudad de Mendoza. El intendente Ulpiano Suárez mantiene ingresos del 68% de los fondos que esperaba que llegaran a las arcas municipales en función de lo que emitió en boletos por distintos servicios: $3.800 millones emitidos frente a los $2.600 millones acreditados. Estos ingresos representan el 26% del total que llega a la caja municipal y tiene $862 millones pendientes de pago.
En Tunuyán también hay repunte aunque la morosidad llegue al 60%. Lo cierto es que el año pasado, en la gestión de Martín Aveiro, la deuda por tasas era del 67,5% de lo emitido. Sin embargo, ya con Emir Andraos en el sillón municipal, la morosidad bajó 10 puntos porque al 31 de marzo, declaró un 42% porque obtuvo $147,5 millones de los $345,8 millones que facturó. Tiene casi $845 millones en el saldo final.
Es cierto que hay municipios que le dan mucha importancia a la recaudación de las tasas y muestran los logros. Otros, aseguran que son un ingreso ínfimo en el total de fondos que entran, siendo la coparticipación el más importante.
Así, evitan la tensión con los vecinos a la hora de reclamarles los incumplimientos. “Hay intendentes a los que les gusta ir a la panadería, que la gente los abrace y les de un beso. Por eso no no quieren ser los malos y cobrar deudas por tasas”, decía un funcionario provincial.