El organismo que evalúa la calidad de los medicamentos y autoriza el consumo en el país advirtió que no estaba analizando ningún pedido sobre remedios fabricados en la India. Sospechan que hay un rechazo hacia la idea importadora, y no a los medicamentos.
Cuando alguien niega una acción antes que ese hecho se produzca, entonces lo que se resiste es el posible efecto de esa acción que terminaría afectando el interés de un sector.
Esta sería la teorización del efecto no querido que Rodolfo Montero, el ministro de Salud de Mendoza, produjo con sus gestiones con la India para obtener medicamentos de laboratorios de aquel país asiático convertido en un proveedor global de remedios.
La resistencia la expresó la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos), que hace un mes exactamente expresó que “no ha recibido ni se encuentra evaluando ninguna presentación por la importación de medicamentos”. El ente evaluador de medicamentos de Argentina reaccionó ni bien se enteró de las negociaciones del ministro mendocino con el embajador indio en el país. Antes de esa posición oficial, mandó mensajes reservados a Montero que le anticiparon que la ANMAT califica a la India con baja puntuación como productor medicinal. Sin embargo, los laboratorios indios ya compiten con sus productos en la Comunidad Europea y eso contrasta con la posición de la ANMAT.
Montero puntualizó que ha trabajado sobre “un abanico muy grande de medicamentos en donde hay posibilidades, dependemos que la ANMAT autorice a esos medicamentos“.
Montero sabe y advierte que el ahorro que implique para la Provincia dependerá de los medicamentos que autorice la ANMAT y el volumen que se compre. “En principio, con los laboratorios que hemos hablado son los que ya exportan a la Unión Europea y a Estados Unidos. Nosotros estamos cotizando 178 medicamentos, pero si compráramos un grupo de 25 medicamentos para todo un año implicaría un ahorro de 700 mil dólares“, describió antes de desembarcar en CABA para continuar con las tratativas.
El ministro también es consciente que puede convertirse en el artífice de un hecho trascendente y acorde con la impronta de Javier Gerardo Milei y que sea Mendoza que abra la puerta de las importaciones farmacéuticas. Por eso Montero señaló que tiene en carpeta la importación de medicamentos contra la hipertensión (enalapril, losartan), diabetes (metformina), antipirético y analgésico (ibuprofeno), antiácido (omeprazol), hipotiroidismos (levotiroxina), antibióticos (amoxicilina, cefalexina, azitromicina), antifúngico (fluconazol).
Más allá de la postura de ANMAT, este viernes Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, apoyó la iniciativa del Gobierno de Mendoza, ya que se manifestó a favor de flexibilizar las regulaciones para facilitar la importación de medicamentos genéricos de origen indio, argumentando que esta medida permitiría reducir significativamente los costos para los consumidores en Argentina.
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Sturzenegger enfatizó que la política de desregulación es clave para mejorar la economía y facilitar el acceso a productos esenciales, como los medicamentos. Considera que una mayor apertura y competencia en este sector beneficiaría a los ciudadanos, y si bien es consciente de los posibles riesgos que puedan surgir, cree firmemente en corregir el rumbo si alguna desregulación resulta excesiva.