Una encuesta que realizó la UNCuyo a estudiantes, padres y docentes arrojó que el 28, 4% de los alumnos pidió ayuda por los perjuicios causados en los juegos de azar virtuales. Iniciaron charlas y talleres informativas para prevenir.
El acceso a plataformas de juegos de azar y apuestas online, tanto legales como ilegales, se convirtió en un problema cada vez mayor entre los adolescentes mendocinos. La Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) detectó el problema, hace un par de años, en las aulas de sus colegios secundarios y decidió visibilizarlo mediante una encuesta que se publicó recientemente y cuyos resultados preocupan.
Según el relevamiento, más del 80% de los estudiantes reconoce el riesgo que conlleva participar de apuestas virtuales, mientras que el 28,4% de los alumnos encuestados admite que debió pedir ayuda, ya sea a familiares, amigos, escuela o en espacios terapéuticos para poder salir de ese tipo de consumo problemático.
El secretario académico de la UNCuyo, Julio Aguirre, aseguró a Los Andes que además del “número elevado” en el porcentaje de jóvenes implicados en las apuestas, hubo otros resultados que llamaron su atención porque implican el accionar de la familia.
“Sorprende la facilidad que tienen los chicos para disponer dinero de las billeteras virtuales. Los papás le dan un monto para dar cierta autonomía a los chicos, pero creo que no tenemos idea del riesgo. Y, por otro lado, en la encuesta salta también que hay un gran porcentaje de papás que tienen conocimiento de que sus hijos apuestan. Por eso rápidamente empezamos a trabajar en charlas y talleres para concientizar a los padres”, indicó el académico.
En esa línea, María Ana Barroso, directora general de colegios secundarios de la UNCuyo y la encargada de implementar las acciones concretas de prevención y concientización, señaló a este diario que hay “un número alto de chicos que juegan y tienen problemas con el consumo”, y una gran cantidad de padres “que desconocen esa situación”.
Sin embargo, y lejos de restringir el uso de celulares o tener una reacción punitiva con los adolescentes, Barroso explicó que “la única forma de prevenir es informando” a toda la comunidad educativa sobre los riesgos de la ludopatía. En eso están desde principio de este año, fecha en que ya tenían los primeros esbozos de la encuesta recientemente difundida por la UNCuyo.
“Tenemos un porcentaje no menor de chicos que han pedido ayuda y parecería que el 28 % se atreve a decir que pidió ayuda. Por lo tanto, habría otros chicos que sí juegan o apuestan y, por miedo a quedar expuestos, no lo admiten en la encuesta”, advirtió.
Los números
La encuesta se realizó a 2.376 estudiantes de primero a sexto año de los colegios universitarios (casi el 50 % de la población estudiantil del nivel medio de la UNCuyo; es decir, es una muestra amplia y representativa), a 1.853 familias y a 239 docentes. Fue un trabajo conjunto entre el Servicio de Orientación de las escuelas secundarias y la obra social universitaria Damsu.
La distribución, en el caso del alumnado por año, fue de 615 respuestas en primero, 464 de segundo, 404 de tercero, 424 de cuarto, 396 de quinto y 73 de sexto. De ese universo, 332 estudiantes manifestaron no conocer información sobre las apuestas online, en tanto que 1.532 dijeron saber algo y 512 explicitaron conocer más en profundidad el tema. En ese sentido 2.146 aclararon que conocen que apostar en línea representa un riesgo y 230 dijeron que desconocían ese riesgo.
Y acá el dato clave y preocupante para las autoridades universitarias: con respecto a pedir ayuda sobre una posible adicción o conflicto económico con las apuestas, 277 estudiantes explicitaron que habían pedido ayuda a la familia, 185 a un amigo, 164 a un terapeuta, 49 a la escuela, mientras que 64 no habían pedido ayuda. Es decir que 675 de los 2.376 adolescentes encuestados (28, 4 %) reconocieron haber pedido ayuda en diferentes ámbitos.
Acerca de las apuestas en alguna plataforma online 2.028 dijeron que no las han utilizado, en tanto 348 sí lo hicieron. Un 1% de la muestra manifiesta utilizar billeteras virtuales para apostar, aunque no se estableció la frecuencia semanal con la que lo hacen.
Acerca del conocimiento sobre las apuestas online de las 1.853 familias encuestadas, 1.336 dijeron conocer algo sobre el tema, 251 nada y 266 explicitaron saber. En relación con eso, 1.587 contestaron no saber que existen leyes que regulan este tema y 215 sí las conocen.
Con respecto a los riesgos, 1.802 dijo saber que al apostar hay riesgos y 52 respondieron que no. En tanto, y con respecto a las plataformas de apuestas online, 1.787 padres respondieron que no las han usado y 62 contestaron que sí.
Acerca del conocimiento de que sus hijos hayan realizado apuestas online, 103 saben que sus hijos lo han hecho, 159 respondieron que no saben y 1.532 contestaron que sus hijos no lo han hecho. Es decir que casi el 90 % niegan cualquier posibilidad de que sus descendientes sean consumidores de los juegos de azar online.
En el caso de los docentes, la negación no predomina, pero el desconocimiento sobre el uso de este tipo de plataformas digitales en las aulas también reflejaría una desconexión entre el alumno y el profesor adentro y afuera del aula.
Es que, de las 239 respuestas, 171 (más del 50 %) desconoce si sus estudiantes apuestan online. En general la cifra es un espejo de la falta de conocimiento sobre esta práctica en general, ya que 184 profesores respondieron conocer “algo” sobre apuestas online, mientras que 34 no conocía nada. Menos del 10 % de los encuestados (21) sí tenía una idea certera sobre las apuestas.
Sobre el desconocimiento por parte de los adultos responsables en materia de consumo y consumo problemático de los jóvenes, Aguirre aclaró que “en esto, el juego se parece a otros consumos problemáticos: son prácticas normalmente ocultas que no se hacen abiertamente. Esto las hace particularmente complejas de tratar”.
Para Barroso, el consumo problemático de apuestas online es “sólo una adicción más”, por lo tanto, es la punta del iceberg de otros problemas que subyacen en los adolescentes. “Si un chico termina en una adicción es porque detrás hay un montón de otras cuestiones vinculadas a su situación social, familiar y emocional”.
Actividades para todos
Con los números en la mano, la pregunta es: ¿qué acciones concretas habrá a partir de ahora en los colegios universitarios? En el informe difundido esta semana por la UNCuyo se mencionan proyectos de conversatorios, campañas de concientización y educación financiera en todo el ámbito educativo.
Traducido en la práctica, Barroso aseguró que, como la encuesta finalizó a fines del año pasado “hubo tiempo para diseñar un plan de acción para este ciclo lectivo”: se agregó en la currícula obligatoria sobre consumos problemáticos del primer año un apartado específico sobre los riesgos de los juegos y apuestas online.
En el caso de los años superiores se plantearon charlas con el equipo de Programas Preventivos de la obra social Damsu. Aunque todavía esta iniciativa no se ha concretado en la mayoría de los colegios.
No obstante, la directora de escuelas secundarias universitarias señaló que habrá jornadas institucionales con los docentes el 20 de septiembre y el tema de las apuestas online será uno de los ejes a trabajar, mientras que, con los padres de todos los colegios de la UNCuyo, se prevé ofrecer una charla online e informativa sobre este tema “antes de que termine el año”. Allí se darán a conocer los resultados de la encuesta y se brindarán algunas herramientas para prevenir el consumo problemático de estas plataformas, según la profesora.
La educación financiera también es otra medida para desalentar las apuestas. En ese sentido, el secretario académico de la UNCuyo planteó que se reforzarán los cursos y talleres destinado a estudiantes para darles herramientas en el manejo del dinero.
“Más allá de una actitud adictiva, está la fantasía de que se puede llegar a ganar mucho dinero con el juego online y todo lo que tiene que ver con el dinero en Internet. Los jóvenes están bombardeados con la publicidad de cómo hacerte rico fácilmente en la web. El objetivo es desmitificar esos procesos y estímulos y explicar de que la banca nunca pierde”, completó Aguirre.
El Hackathon, una encuesta provincial y un proyecto para restringir las apuestas online
No solo desde la UNCuyo se está abordando el fenómeno de las apuestas online en menores de edad. El Instituto Provincial de Juegos y Casinos se encuentra en plena desarrollo de un relevamiento a nivel provincial sobre el consumo de los juegos de azar en todos los jóvenes y, la Universidad Nacional de Cuyo será la entidad responsable de tabular y analizar los datos obtenidos.
Esta semana, por si fuera poco, también se realizó en la provincia el primer Hackathon con el foco puesto en adolescentes y apuestas online y fue en la Nave Cultural de la Ciudad de Mendoza. Allí asistieron más de 450 estudiantes de escuelas secundarias públicas y privadas. Hubo tres mesas de reflexión y debate donde los estudiantes fueron los protagonistas y conclusiones finales.
La ideóloga del encuentro fue la diputada provincial del Pro, Sol Salinas, quien desde hace varios meses viene trabajando en un proyecto para modificar la Ley provincial de Juegos y Casinos virtuales, vigente desde el 2020.
Salinas dijo a Los Andes que busca modificar la Ley 9.267 con un único objetivo: restringir el acceso de menores de edad a plataformas que ofrecen apuestas online y otro tipo de juegos de azar.
Su proyecto tiene dos grandes ejes. Por un lado, implementar una aplicación que solo permita revalidar la mayoría de edad a través del sistema biométrico SID (Sistema de Identidad Digital). Y, por el otro lado, denunciar a las plataformas ilegales, que son a las que más acceso tienen los menores de 18 años.
“Sumaría una tarea conjunta. Charlas informativas en las escuelas, campañas por parte de los municipios e incluso la intervención del Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones) para que detecte las páginas web y las bloquee”, explicó Salinas.
El proyecto de ley sigue sin avanzar en el recinto legislativo porque faltan “datos duros” que avalen y justifiquen la modificatoria. Por eso, la encuesta de la UNCuyo y la que viene elaborando el Instituto provincial de Juegos y Casinos –asegura la diputada– serán clave para la reforma y, al fin, proteger a los adolescentes del consumo problemático y el juego clandestino.