La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, anunció este jueves un paquete de ayudas por valor de 10.000 millones de euros (más de 11.000 millones de dólares) para los damnificados por las graves inundaciones en Europa central.

En una rueda de prensa desde Breslavia (oeste), la ciudad polaca donde el Gobierno polaco ha establecido su gabinete para coordinar la crisis, Von der Leyen dijo que por un lado se podrá utilizar el Fondo de Solidaridad de la Unión Europea (UE) para reconstruir las infraestructuras dañadas, y por otro el Fondo de Cohesión.

“Se necesita la máxima flexibilidad y rapidez. Y por eso vamos a movilizar los Fondos de Cohesión de una forma poco habitual, de manera que, en primer lugar, se puedan utilizar de forma muy flexible para lo que se necesite y donde los daños sean peores, y en segundo lugar, se puedan utilizar como prefinanciación, de manera que primero fluya el dinero y luego se pueda invertir”, dijo.

“Y normalmente el Fondo de Cohesión va con cofinanciación de los Estados miembros. Aquí decimos que es dinero 100 % europeo, sin cofinanciación. Son tiempos extraordinarios y los tiempos extraordinarios necesitan medidas extraordinarias”, recalcó Von der Leyen, acompañada de los primeros ministros de Polonia, Donald Tusk, de la República Checa, Petr Fiala, de Eslovaquia, Robert Fico, y del canciller de Austria, Karl Nehammer.

“Estoy aquí para asegurarles que Europa está a su lado. Este es un momento de necesidad, de desastre, de catástrofe natural y tenemos que permanecer todos juntos para superar el desafío”, recalcó.

Por su parte, Tusk se congratuló de que solo fuesen necesarios “45 minutos de conversaciones” entre los líderes de cada país y la presidenta del Ejecutivo comunitario para “ponernos de acuerdo en nuestras peticiones y expectativas y encontrar una respuesta satisfactoria de la Comisión Europea”.

El primer ministro polaco explicó que “cada uno de los Estados será responsable de sus respectivos planes de reconstrucción después de la inundación”, y avanzó un programa de ayudas para su país que combinará “fondos nacionales, europeos y de los gobiernos locales”.

El canciller austríaco, que mencionó la igualmente difícil situación en Rumanía, se mostró de acuerdo con la decisión de destinar dinero del Fondo de Cohesión sin cofinanciación a programa de ayudas, lo que, dijo, “facilitará las cosas” y permitirá que esos fondos se puedan “utilizar rápidamente para ayudar a los afectados”.

“(…) la población de nuestros países está especialmente preocupada por las consecuencias de esta catástrofe. Muchos han perdido sus casas, han tenido que abandonarlas para encontrar un alojamiento seguro y los daños en las infraestructuras, viviendas, escuelas y guarderías son enormes”, explicó.

“Es bonito ver la solidaridad europea”, enfatizó además.

Por otra parte, tanto el eslovaco Fico como el checo Fiala coincidieron en destacar la buena cooperación y la coordinación rápida y efectiva entre los gobiernos nacionales y Bruselas en “un momento de crisis como éste, el más importante que recuerdo”, en palabras del primero.

Mientras tanto, Breslavia, la ciudad que acogió este jueves a los líderes de los países más afectados por la borrasca Boris, que ha dejado 23 muertos y cuantiosos daños materiales en su conjunto hasta el momento, se prepara para contener la crecida del río Óder.

Desde hace dos días cientos de vecinos colaboran con 1.100 militares para levantar barreras de sacos de arena.

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