Hezbolá amenazó este martes con llevar a cabo ataques en «todo» Israel, que intensifica los bombardeos de bastiones del movimiento islamista proiraní y en otros puntos de Líbano.
En un discurso, el número dos de Hezbolá, Naim Qasem, afirmó que «la solución» para poner fin a la guerra en Líbano es «un alto el fuego», y aseguró que su movimiento no será «derrotado».
«Ya que el enemigo israelí apuntó contra todo Líbano, tenemos derecho, desde una posición defensiva, a apuntar contra cualquier lugar» de Israel, «ya sea el centro, el norte o el sur», señaló Qasem.
El movimiento proiraní indicó este martes que lanzó cohetes contra varias regiones del norte de Israel, incluyendo Haifa y Safed, y reportó combates con soldados «infiltrados» en el sur de Líbano.
También dijo que disparó misiles contra «tres topadoras y un tanque» del ejército israelí, que resultaron incendiados, cerca de una aldea del sur de Líbano.
Después de casi año de enfrentamientos armados con Hezbolá en la frontera israelí-libanesa y después de debilitar a Hamás en la Franja de Gaza, a mediados de septiembre el ejército israelí puso el foco de la guerra en Líbano, donde ha intensificado sus ataques contra los bastiones del movimiento chiita.
El objetivo es alejar a Hezbolá de las regiones fronterizas entre Líbano e Israel y poner fin al lanzamiento de cohetes para que puedan regresar a sus casas los cerca de 60.000 israelíes desplazados.
Para ello, emprendió el 23 de septiembre una intensa campaña de bombardeos aéreos contra feudos del movimiento proiraní, y el 30, una ofensiva terrestre en el sur del país.
Según el Ministerio libanés de Salud, los bombardeos del lunes causaron 41 muertos y 124 heridos. Desde el 23 de septiembre, al menos 1.356 personas han muerto en Líbano, según un recuento a partir de cifras oficiales.
La ONU ha reportado casi 700.000 desplazados.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, declaró el martes a AFP que Israel está llevando a cabo «breves incursiones» en el sur y añadió que su país está dispuesto a reforzar sus tropas en esa región, fronteriza con Israel, si se produce «un alto el fuego».
Su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, se dijo opuesto a un «alto el fuego unilateral, que no cambia[ría] la situación de seguridad en Líbano», durante una conversación telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron.
– Combatientes de Hezbolá capturados –
El ejército israelí lanzó el martes varios ataques en el sur del país y en la región de Becá (este), donde dejó inoperativo un hospital en la ciudad de Baalbeck, según la agencia oficial de noticias libanesa ANI.
Horas después, el ejército israelí anunció la captura de tres combatientes de Hezbolá en el sur de Líbano, hallados «junto a numerosas armas», pero no precisó cuándo.
Por su parte, la ONU reclamó que se investigue un bombardeo israelí ocurrido el lunes en la aldea cristiana de Aito, en el norte de Líbano, que dejó que dejó 22 muertos, incluyendo 12 mujeres y dos niños, según la ONU.
En el sur del país, la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, la Finul, decidió mantener sus posiciones pese a los tiros del ejército israelí contra sus posiciones y a que Netanyahu hubiera pedido que evacuaran la zona.
Al tiempo que continúan su guerra contra Hezbolá en Líbano y contra Hamás en la Franja de Gaza, los israelíes siguen preparando una respuesta al ataque de Irán del 1 de octubre, cuando la República Islámica lanzó cerca de 200 misiles contra Israel.
Netanyahu afirmó este martes que su país decidirá en solitario cuáles serán los objetivos de un eventual ataque contra Irán, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, lo instara a no apuntar contra sitios petroleros ni nucleares.
«Escuchamos las opiniones de Estados Unidos, pero tomaremos nuestras decisiones finales en función de nuestro interés nacional», dijo Netanyahu.