El Santa Teresita de Las Heras fue escenario este miércoles de un importante operativo policial. Sus vecinos reclaman, además de seguridad, por las malas condiciones urbanas y de higiene pública, entre otros problemas.

Foto: El Sol.

El barrio de Santa Teresita de Las Heras suele ser destacado como una “zona roja”, que lo hace escenario de varios hechos de inseguridad de forma recurrente. Por este motivo, se efectuó un gran operativo de múltiples allanamientos en las primeras horas de este miércoles. Pero ese territorio marcado por las crónicas policiales también mostró el mal estado de la infraestructura en la que se encuentra esa popular barriada ubicada a pocas cuadras del Acceso Norte.

En este distrito existen alrededor de 600 viviendas, en 16 manzanas. En ese radio, hay dos escuelas y un polideportivo municipal. La mayoría de los vecinos no se involucran en actividades delictivas, pero igualmente sufren el estigma por su lugar de residencia, incluso a la hora de hacer reclamos en la municipalidad de Las Heras.

La familia Amarilla vivió en carne propia las consecuencias de la delincuencia cuando, en junio de 2022, dos delincuentes asesinaron a Lucas Amarilla. Casos como estos son los que, según la familia, crean una mala imagen al barrio que llevó a que denuncien estar totalmente abandonados“.

Las deficiencias estructurales

Al entrar a la barriada, la falta de infraestructura acorde se hace notoria: las calles están rotas; las acequias totalmente colapsadas, algunas con agua estancada y putrefacta, pero también con basura que se acumula por falta del servicio municipal.

Estos son algunos de los problemas que se evidencian con solo caminar por las calles del barrio, tal como lo hizo El Sol en la tarde del miércoles, cuando ya no había rastros de patrullas ni de policías armados.

En una vivienda del “Santa”, como suelen decirle, los propios vecinos enumeraron el resto de carencias con las que conviven día a día al vivir en esta zona: falta de alumbrado público, una red cloacal que está colapsada, entre otros inconvenientes con los que conviven.

Los arreglos en las cloacas son precarios a simple vista, ya que se reparó la avería rápidamente y se tapó el hueco de la calle con tierra. Las veredas están destrozadas. La cantidad de basura se amontona en un punto específico donde no hay basurero. El olor es nauseabundo.

Foto: El Sol.

Con el tiempo, se convirtió en un basurero precario que está a metros de un centro deportivo. Los vecinos aseguraron que “hay personas de otros barrios vienen a tirar su basura aquí”.

El agua estancada en las acequias es un peligro a la salud, principalmente porque son incubadoras del mosquito que transmite el virus del dengue, Aedes aegypti, que aprovecha estas condiciones para reproducirse.Video: El Sol.

El jefe de infectología del hospital pediátrico Humberto Notti, Pablo Melorani, explicó que, aunque el mosquito prefiere el agua limpia para que eclosionen sus huevos, las grandes acumulaciones suponen una amenaza para la salud comunitaria.

Esto, sumado al cambio climático, que llevó a que el verano pasado se presentaran una gran cantidad de casos en Mendoza, algo inaudito, según Melorani. En esta línea, el profesional de la salud explicó que para el 2024, “se espera que tengamos 8 veces más casos que el verano anterior”.

El especialista recordó que los municipios de Mendoza deben aplicar el plan de contingencia ante el dengue, confeccionado por el Ministerio de Salud de la Provincia. La principal forma de prevención al drenaje y limpieza de los espacios donde puede asentarse el mosquito, espacios como las acequias y zanjas que existen en el “Santa”.

Foto: El Sol.

La antigüedad y mal estado de las cañerías y cloacas en esa zona de Las Heras tiene un impacto directo en los más chicos. Los vecinos dieron cuenta de un brote de un virus en varios menores por consumir el agua de la red.

Estamos con un brote de chicos internados por el agua que tenemos. Nosotros compramos bidones porque podemos, pero al bañarse o lavarse los dientes, el virus le ha dado a un montón de niños“, señalaron los vecinos, y agregaron que todos los chicos que han llegado al Hospital Carrillo fueron diagnosticados con una bacteria por el agua.

Según informó Melonari, aunque los adultos también pueden ser fuertemente afectados por estas bacterias, que generan enfermedades como gastroenteritis, “los chicos son más vulnerables ante deshidrataciones“, por lo que suelen ser afectados con mayor gravedad en estos casos.

Los menores, al igual que todos los ciudadanos de la zona, deben atenderse en el Carillo, que está a más de un kilómetro y medio del barrio, casi media hora a pie. El centro de salud que asistía a esos barrios del noroeste lasherino fue “tirado abajo“, según explicó una vecina del barrio Independencia, distrito aledaño al Santa Teresita.

La vecina contó que tras hacer este reclamo en medios de comunicación, su nombre fue borrado de la asistencia social de mercadería que entrega el municipio de Las Heras.

Estas situaciones hacen muchos vecinos decidan no hablar sobre las necesidades que tienen en el barrio.

El problema urbanístico

La doctora en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible, Silvina Liceda, compartió la importancia de “abordar las falencias del sector, tales como las infraestructuras básicas colapsadas, la falta de accesibilidad a equipamientos sociales de calidad, las opciones de movilidad urbana y la remediación de focos de contaminación de manera integrada“.

Foto: El Sol.

Para hacer frente a las deficiencias del barrio, la profesional expuso que “el Plan provincial de ordenamiento territorial aprobado por Ley 8999, en su programa 3, habla que los municipios deben definir áreas prioritarias de intervención socioterritorial, para que en conjunto con la provincia se tomen acciones integrales para la solución de las problemáticas del hábitat“, que no solo influye en viviendas sino en el resto de factores que componen un hábitat saludable.

Además, consideró que “el municipio tiene las herramientas para priorizar acciones y pedir financiamiento”, dicha solicitud sería efectuada en el Banco Integrado de Proyectos de la Provincia.

Qué dijeron en Las Heras

El secretario de Obras de Las Heras, Bruno Ferrari, definió que “los servicios como alumbrado, barrido y limpieza de cunetas son muy difícil hacerlos, ya que roban y violentan a los trabajadores de las distintas áreas”, y agregó que “hace una semana a la gente de limpieza la desvalijaron”.

En esta línea, el funcionario definió que los trabajadores de Aysam “no pueden entrar a ese barrio, por ende no pueden atender sus redes de agua y cloacas”.

Foto: El Sol.

Convivir con la inseguridad

La delincuencia en esta barriada se ha vuelto una preocupación constante en sus vecinos. Casos como el de Amarilla llevaron a que muchos de los adultos responsables de menores tengan miedo cada vez que sus hijos salen a la calle.

Tengo que irme a trabajar con el corazón en la boca cuando mando a mi hijo a la escuela. Solo queda a dos cuadras, pero tengo que estar preguntándole a la directora todos los días si llegó bien”, comentó una madre del barrio.

El crecimiento de la delincuencia debería ir de la mano con una mayor presencia policial. No obstante, en el día a día son pocos los patrulleros que pasan por sus calles.

Uno tiene que defenderse con lo que tiene, nosotros tenemos las manos, pero el chorro no te va a venir a asaltar con las manos. Muchas veces pasa que llamo a la Policía, porque veo que hay uno robando y la Policía dice que van a mandar un móvil, pero sólo da una vuelta y se va. No es algo que esté siempre presente y que te ayude a evitar la inseguridad, explicó un vecino.

La estigmatización es tal que los residentes del barrio describieron que, al salir a otras partes de Mendoza y tener que relacionarse con otras personas, suelen verse obligados a ocultar su barrio de procedencia.

Momentos como postularse a un trabajo o simplemente llamar un taxi, son interacciones donde sienten que se los prejuzga y se les cierran puertas. “Cuando voy a trabajar no digo de dónde soy, cuando pido un remís, digo la dirección de la casa de mi suegro. Nos marginan”, lamentó una residente.

Un mejor futuro para las próximas generaciones

La esperanza que aún conservan los vecinos del barrio Santa Teresita, es que la situación comience a cambiar para que sus hijos, y los hijos de sus hijos, puedan vivir tranquilos y mejorar las condiciones que sus padres y abuelos hoy viven.

Acá hay muchos niños, que es lo más importante de todo. Cuando pase el tiempo ellos van a ser el futuro y qué futuro le estamos trayendo. No les estamos dando la misma oportunidad porque no todos tenemos la misma oportunidad y no todos vivimos en el mismo mundo”, definió el padre de un niño de pocos años.

Nosotros queremos que nuestros hijos sean mucho mejores que nosotros, y que nuestros nietos sean mucho mejores que nuestros hijos. Yo siempre le dije a mis hijos: ‘La escuela la hacen ustedes, el barrio lo hacen ustedes“, concluyó la madre del fallecido Lucas Amarilla.

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