La isla danesa renovará 31 diputados en medio del debate por su búsqueda de independencia. En el fondo aparece el deseo de Donald Trump de que el territorio forme parte de Estados Unidos.

Groenlandia celebra elecciones este martes 11 de marzo para elegir legisladores locales que podrían definir un camino hacia la independencia buscada por gran parte de la población del territorio danés. La isla también es reciente objeto de deseo por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Groenlandia, isla del Ártico recubierta en un 80% de hielo, tiene 57.000 habitantes y es reconocida por poseer hidrocarburos e importantes minerales para la transición energética, atributos que han despertado la codicia del mandatario estadounidense, el cual ha intentado influir en las elecciones que buscan renovar los 31 diputados del parlamento local (Inatsisartut).
El presidente de Estados Unidos, quien asumió en el cargo el 20 de enero de 2025, dejó en claro ante el Congreso que tiene la firme intención de incorporar Groenlandia al territorio estadounidense, y que lo hará “de una manera u otra”. El hecho produce tanto rechazo como entusiasmo entre los habitantes de la isla.
En diálogo con AFP, un habitante de la isla sostuvo que Trump “pone a Groenlandia en el corazón de las relaciones internacionales y todo el mundo se interesa” y que “en este sentido, está bien”, mientras que otro agregó: “Viendo la forma como gestiona su política y su propio país y el rumbo que toman las cosas en Estados Unidos, no lo queremos”.
Más allá de los deseos del presidente estadounidense, los debates electorales hicieron foco en la sanidad, la educación y la relación con Dinamarca, la cual conserva las competencias diplomáticas, militares y monetarias de la isla. Cabe mencionar que los principales partidos buscan la independencia de la potencia colonial danesa.
El consenso se encuentra en la búsqueda de independencia pero se quiebra a la hora de debatir los tiempos. La principal formación de la oposición, los nacionalistas del Naleraq, buscan que el proceso se de rápidamente, mientras que la coalición del gobierno local saliente, la izquierda ecologista Inuit Ataqatigiit (IA) y los socialdemócratas de Siumut, buscan que sea más pausada considerando el progreso económico.
En la actualidad, Groenlandia depende económicamente de la pesca y de la ayuda anual de 530 millones de euros (575 millones de dólares) enviada por Copenhague, que representa el 20% del PIB local. Los independentistas más ansiosos consideran que el territorio sería autosuficiente solo con la explotación de sus recursos minerales, aunque sus reservas con modestas a nivel mundial y el sector minero aún se encuentra en desarrollo dados los altos costos de explotación.

Tras expresar en su primer mandato su idea de comprar la isla, rechazada por las autoridades danesas y groenlandesas, Trump volvió a la carga y reiteró una y otra vez su deseo de apropiarse de territorio considerado importante para la seguridad estadounidense ante Rusia y China.
Este lunes por la noche, pocas horas antes del inicio de la votación, el mandatario estadounidense aseguró seguridad y prosperidad para los groenlandeses que deseen “formar parte de la Mayor Nación del mundo”. No obstante, un sondeo público realizado en enero estimó que un 85% de los groenlandeses rechazan la idea.
En este marco, mientras que el primer ministro saliente del territorio, Mute Egede del IA, le pidió respeto a Trump, y lamentó que su carácter “muy imprevisible” haga que la “la gente se sienta insegura”, los nacionalistas opositores de Naleraq consideran al mandatario norteamericano como un posible apoyo antes de negociar con Dinamarca.