Federico Sturzenegger anunció una nueva desregulación que impacta en el sector que diseña estos vehículos. Desde la provincia pidieron más control y celeridad en los certificados de seguridad de las carrocerías.
El Gobierno nacional aplicó una nueva medida que permitirá abaratar costos para un sector del transporte que facilitará el turismo. Se trata de la obtención de Certificados de Seguridad Vial (CSV) para casas rodantes, al ampliar la cantidad de entidades que emiten esta documentación. En Mendoza, varios especialistas y profesionales involucrados en el diseño de estas viviendas móviles comentaron sus impresiones.
En concreto, el cambio afecta a los remolques, trailers y, por ende, a las casas rodantes “categoría 01”.
Hasta el momento, los certificados se emitían por medio de los talleres habilitados para efectuar la Revisión Técnica Obligatoria (RTO) nacional. Ahora, Nación determinó que estas habilitaciones puedan ser emitidas por más ingenieros y establecimientos independientes.

Sobre la modificación, el ministro de Desregulación del Estado, Federico Sturzenegger, hizo notar que había “poco turismo de casas rodantes en nuestro país”, y atribuyó esto a la burocracia. Luego consideró que el sistema actual de certificaciones era un “casi monopolio”, que “había dejado fuera a los pequeños productores” de este sector del transporte.
Sin embargo, Diego Molina, presidente de El Rural S.A., industria metalúrgica local especializada en el fabricado de remolques, trailers y casas rodantes, aseguró que no existía un problema con la situación de las matrículas previas a la modificación.
“Venimos de varios años trabajando así y no tenemos quejas, es bastante fluido”, consideró el empresario.
En El Rural S.A. tienen un ingeniero para realizar los trámites de sus fabricaciones. El costo del certificado de seguridad vial cuesta cerca de $250.000 y suelen tardar entre 20/30 días para que sean aprobadas por la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Por otro lado, el ingeniero Juan Pablo Salgado, de Reisen, un grupo de profesionales habilitados para emitir este tipo de documentación en Mendoza, explicó que los plazos de particulares muchas veces suelen extenderse, desde 30 días hasta casi 6 meses de espera.
Salgado compartió que, en muchos casos, el órgano de control suele volver para atrás los trámites iniciados. “Se ponen muy quisquillosos con los procedimientos. Trámite que subís, trámite que te tiran abajo. La gente se cansa”, describió el ingeniero.
No es el único problema que existe hoy para los profesionales de certificar la seguridad de las carrocerías. Según Salgado, “existe una competencia desleal” en esta actividad. Mientras él cobra $240.000 por este servicio, hay otros colegas que piden considerablemente menos, pero que no terminan haciendo verdaderamente la certificación.
“Algunos cobran mucho menos, pero sin el certificado. Hacen solo un informe técnico y la gente por desconocimiento cree que el trámite está homologado, pero no es así”, reveló.
No obstante, la principal cuestión a ojos de Salgado es que a estos documentos “no los están exigiendo“, lo que termina por atentar contra la seguridad de la ruta y de la gente.“¿Por qué gastar ese dinero?”, preguntó con lógica el profesional ante las fallas del sistema a cargo de la ANSV.
Aunque podría ver amenazado su trabajo por la medida del Estado, Salgado entiende que esta modificación puede ser beneficiosa si consigo trae más control y énfasis en que las casas rodantes o remolques que circulen deban tener esta documentación y, por ende, estén en condiciones para salir a la calle.
Las mejores zonas para el “turismo de casas rodantes” en Mendoza
A partir de lo que describió Sturzenegger, el móvil que llevó a la modificación de esta normativa fue fomentar el turismo en casas rodantes en todo el país. En el caso de Mendoza, desde el EMETUR enumeraron los mejores lugares para este tipo de acampes.
Marcelo Reynoso, director de Desarrollo Turístico e Innovación de la Provincia, destacó que estos espacios están por “toda la provincia”, pero remarcó al “encadenamiento” de campings en la Ruta 7 y Ruta 40.
En Malargüe, sobre la Ruta 40, son ideales para acampar en casa rodante lugares como Real del Pehuenche, Castillos de Pincheira y el Camping Municipal.
En San Rafael, Valle Grande y en Los Reyunos son espacios preferidos para este tipo de turismo móvil.

Por su parte, en la zona este de la provincia hay campings en San Martín, Rivadavia y Junín que permiten estacionar y pernoctar.
Otros puntos fueron los campings aledaños a las orillas del río Atuel, en General Alvear. En Valle de Uco, se encuentran espacios recreativos en San Carlos, Tupungato y en El Manzano Histórico.
Por último, en la zona precordillerana, los campings de Potrerillos y Uspallata.
Reynoso también compartió su valoración sobre lo que puede suponer el cambio de normativa para la actividad recreativa en Mendoza.
“Los viajes individuales y a la carta, que se pueden realizar con todo tipo de casillas rodantes, campers o motorhomes, van a tener un incremento cada vez más pronunciado en las próximas décadas“, y agregó que “Mendoza se prepara como destino turístico a los fines de poder captar esa demanda, que siempre ha sido aislada y temporal por parte de alguna demanda específica de Europa o Norteamérica, pero que ahora vemos que se va acrecentando con mayor frecuencia en una diversidad de destinos”.