Desde el sector confirmaron que el contexto es “lamentable” y que son insectos que pueden tener un impacto mayor al 50% en un lote de producción.
La Mosca de los Frutos, conocida como Mosca del Mediterráneo, y la Lobesia (Botrana) o “polilla de la vid” se han convertido en dos de las plagas más perjudiciales para la producción de Mendoza. Fueron los mismos productores y las cámaras empresariales vinculadas a la industria vitivinícola quienes afirmaron que se “necesita ayuda para combatirlas” porque las medidas “no alcanzan para controlarlas, al igual que la financiación, y es muy grave”.
La Lobesia es un insecto que pudre el racimo de uva y que puede tener impacto, según los especialistas, en el 50% de un lote, o en algunos casos aún más. De hecho, la plaga en la actualidad es responsable de la pérdida de muchos kilos en productores de la provincia, sobre todo de Tupungato, y en San Juan.

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Un productor vitícola puede gastar entre U$S 150 y U$S 200 por hectárea, una vez que se hacen presente este tipo de plagas. El daño a los cultivos los hace la larva, cuando está en su etapa de alimentación. La polilla solo vuela por el cultivo, pone los huevos y se dispersa volando.
El problema del financiamiento
Mauro Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, aseguró que el gran culpable del difícil panorama con las plagas es la falta de recursos. Una campaña puede considerarse como mala cuando se subestima la problemática y la insuficiencia de suministros para combatirla.

La cuestión temporal, en palabras de Sosa, es clave en la lucha contra el insecto porque si se actúa en tiempo y forma, se logra cumplir con las etapas de trabajo previstas bajo el enfoque de manejo integral de plaga: monitoreo, trampas, feromonas, entrega de insecticidas, aplicaciones aéreas, entre otras.
“Sólo la provincia de Mendoza dispuso de fondos, mientras que la Nación, como ya lo han hecho en anteriores oportunidades, negaron los fondos y permitieron el ingreso de la plaga. Hasta este año, el peor antecedente había sido la campaña 2015-2016”, sentenció el empresario.
El pensamiento del ISCAMEN continúa esa misma línea, ya que se ha trabajado con presupuestos pequeños y que únicamente responden a tareas de mantenimiento. Es aquí donde sólo se puede hacer foco en las áreas con mayor afección de la plaga, permitiendo que crezca en los sectores en los que no se trabajó de la misma manera.
“Valle de Uco tiene serios problemas de plaga y el Este tiene algunos puntos con bastante presión de los insectos. Esto es algo que deja en vista que va a haber que trabajar de alguna manera en la campaña que viene, sobre todo en las estrategias donde lo público y lo privado puedan afrontar esta situación”, concluyó el secretario técnico Guillermo Azín.
Los referentes del sector coincidieron en la importancia para que la parte pública cubra la plaga y el productor pueda hacer su trabajo y tener éxito. Sin embargo, la proyección para los próximos años no son las mejores entendiendo que no se ha logrado controlar la expansión de las moscas.
El bodeguero Walter Bressia, titular de Bodegas de Argentina, explicó el sábado en el Agasajo de ese sector que se “necesita ayuda” para combatir la Lobesia y reconoció que se “está haciendo un esfuerzo”.


“Si bien las bodegas y productores están haciendo un gran esfuerzo, no alcanza para controlarla. Es una cuestión de Estado combatir las plagas que nos aquejan“, consideró.
Mario González, titular de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), reconoció que la polilla se ha transformado en “una plaga nacional muy importante” para la vitivinicultura argentina y dejó en claro que se debe crear un mecanismo de “acción inteligente” para combatirla.

“Es clave la unión entre todos los involucrados del sector privado más el sector público, para lograr bajar los efectos adversos que se vienen produciendo”, sentenció en su participación durante el tradicional desayuno de la Coviar.
El titular del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este apuntó que gran parte de la consecuencia de la presencia de la plaga es el hongo Botrytis. Este último lo que hace es acelerar el proceso de deterioro del racimo y disminuye los rendimientos, lo que se traduce en una “merma de la producción”.
Sosa también señaló que para tener un “balance general del daño”, se debe tener presente los efectos de la primera generación del insecto, al momento de la floración, más el que fue provocado sobre la fruta inmadura en la segunda generación. Luego quedaría la tercera generación, que es la verificada y que estamos atravesando.

Desde el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN) precisaron que, al tener una temporada con altas temperaturas y humedad, generaron un entorno ideal para que las plagas sean más prolíficas.
“El cambio climático provocó que la Lobesia tenga una mayor supervivencia, al igual que sus crías, y que las hembras sean más fértiles. De esa forma se complejiza lo que es el control”, informó Azín.
Con respecto a la eliminación de la polilla, el especialista precisó que están utilizando técnicas de “confusión sexual” y que pueden ser aplicadas por el mismo productor. Otras de las aplicaciones es el de “feromonas pulverizables”, que producen la confusión sexual del insecto y que el “macho no pueda encontrar a las hembras y no a la descendencia”.
La situación de la Mosca del Mediterráneo
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) declaró este martes la emergencia fitosanitaria en el distrito de La Arboleda, departamento de Tupungato, por la Mosca de los Frutos.
Es una de las plagas más perjudiciales para la producción, en lo que son los frutales y hortalizas, y su presencia puede generar restricciones en la exportación, lo que implica tomar medidas inmediatas para evitar mayores daños económicos.

Según el SENASA, la plaga fue identificada el pasado 28 de febrero en la zona, por lo que se estableció un área reglamentada con un radio de 7,2 kilómetros desde el punto de detección. Luego de la detección, se efectuaron tareas para evitar la propagación, incluyendo la recolección y destrucción de frutos infectados, aplicación de productos fitosanitarios y la inmovilización del traslado de frutas hospedantes.
Azín, por su parte, reveló que, si bien la “situación es compleja”, con la mosca de los frutos se viene trabajando desde hace años y que se tienen que ir adaptando las estrategias de control de acuerdo a los cambios climáticos y al contexto productivo.
“Una emergencia por esta plaga en Tupungato, significa que hubo una detección en un área libre. Se está trabajando en la zona puntual de La Arboleda para que haga un control efectivo y que se vuelva un área libre dentro de algunos meses”, manifestó el secretario técnico de ISCAMEN en diálogo con El Sol.
El ISCAMEN será el encargado de coordinar las acciones junto con los productores de la región. También se autorizará, de manera excepcional y por tiempo limitado, el uso de los principios activos Cipermetrina, Lambdacialotrina y Spinosad para el control de la plaga.