La conexión principal entre ambos países es uno de los epicentros de los fuertes choques que se producen en la Provincia. Según los expertos, esto se debe a una gran cantidad de factores.

Los 207 kilómetros que recorre la ruta nacional 7 desde la ciudad de Mendoza hasta la frontera con Chile convierten el tramo en la vía más transitada para el comercio con el Mercosur. Desde el empalme de la ruta 40 hasta la boca del túnel internacional Cristo Redentor, hay por lo menos unos 10 puntos críticos de mayor riesgo por accidentes.

Camiones de carga, colectivos de larga distancia y vehículos particulares, son los móviles que transitan la ruta 7 en el sector cordillerano todos los días. Aunque el peligro de accidente está presente en todas las partes del camino, existen ciertos sectores donde la amenaza es mayor por varios factores, con un agregado: este es un momento donde creció el tránsito internacional con el vecino país.

Quienes transitan regularmente por trabajo -es decir, son conductores profesionales- expusieron que, generalmente, el tramo que conecta Potrerillos y Uspallata es donde más peligros al volante se presentan.

Este sector, compuesto por más de 50 kilómetros, fue descrito por Gustavo González, chofer de carga con más de 34 años de experiencia, como “un desastre”. Misma calificación que le dio al tramo que une Punta de Vacas con el Túnel Cristo Redentor.

En estas partes de la ruta, el camionero apuntó que en la noche la visibilidad es casi nula, pero principalmente que “la ruta es muy fina” y tiene “un metro de banquina como mucho”. Esto dificulta cualquier maniobra con un vehículo de la envergadura de un camión o colectivo.

Miguel Mammana, empresario en el trasporte de pasajeros, sumó a la lista de “puntos críticos” el tramo entre Uspallata y el Puente Sobre Arroyo Cortaderas, porque es “muy estrecho y sinuoso“. También entre Punta de Vacas y Las Cuevas.

“Por lo general, (los accidentes) ocurren al salir de curvas pronunciadas, describió el empresario transportista.

Pero, entre la gran cantidad de curvas que copan el camino a Chile, la conocida comúnmente como “Curva de Guido” es destacada por los conocedores como uno de los puntos más peligrosos.

En lo que va del 2025, la Curva de Guido, situada sobre el kilómetro 1115, fue el escenario de tres siniestros viales. El primero, en el mes de febrero, donde un camión chocó contra dos autos, se rompió la valla de contención y, tanto el pesado rodante como uno de los automóviles, terminaron desabarrancando.

Luego, los dos últimos episodios ocurrieron el 9 y el 11 de marzo. En plena noche, un camión que transportaba manzanas volcó en solitario. Tres días después, otro camión, un automóvil y un móvil de la Policía chocaron en simultáneo.

Otro punto específico marcado por los registros de accidentes es la zona de Agua de Avispas, que cuenta con varias curvas, agravadas por las pronunciadas subidas y bajadas.

Allí, el 6 de marzo, tuvo lugar un impresionante accidente con varios lesionados luego de una colisión frontal entre un camión y un auto que quedó registrada en este video.

Desde la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (APROCAM), indicaron que tuvieron reuniones con el Ministerio de Seguridad de Mendoza durante el año pasado, que sirvieron para delimitar algunos puntos de alto peligro.

A partir de esto, se agregaron a los ya nombrados las siguientes zonas:

En la Curva del Yeso, precisamente, ocurrió la mayor tragedia de los últimos años: el accidente de Turbus -se detalla más abajo-.

Además del peligro que representan las curvas de la alta montaña, los profesionales consultados destacaron de forma unánime que las condiciones de este camino deja mucho que desear en varios aspectos, lo que agrava el peligro de accidentes.

El estado de la ruta

Tal vez el principal problema a la hora de transitar la ruta es el estado de la propia vía. Sobre esto, todos los consultados coincidieron que la condición del asfalto es una amenaza constante a la seguridad.

“La ruta está totalmente destrozada, pozos a doquier, donde por esquivarlo los autos se salen del eje de la ruta y se desbarrancan”, graficó Mamanna.

Además de las fallas en el propio asfalto, el empresario de transporte de personas y el chofer González, coincidieron en la falta de señalización adecuada en varios puntos del camino.

Muchos lugares no están señalados como debería ser. Te marca que es una curva, pero no que es una curva pronunciada en subida, por ejemplo“, aseveró el camionero. Así, dio a entender que, si para alguien que conoce este camino esto supone un gran peligro, para un turista las consecuencias podrías ser mayores.

Otros carteles como los de máxima velocidad “no existen el todo el tramo cordillerano“, según dijo Mammana, que lo definió como un factor que podría “evitar muchos accidentes”.

Desde entes oficiales, sostuvieron que la falta de señalización acorde se debe al vandalismo y a los propios accidentes que presuntamente terminan por romper un gran parte de los carteles de la ruta.

Mayor flujo de vehículos

David Bizzotto, empresario dedicado al transporte de carga, consideró que uno de los principales problemas es que “el tramo de Mendoza a la boca del túnel, ha quedado muy chica para el flujo de vehículos que hay“, y ejemplificó la situación al destacar que “todo el tránsito de carga del Mercosur que viaja a Chile” pasa por ahí. Para dimensionar: sólo el martes 4 -feriado de Carnaval- ingresaron al país desde Chile más de 14 mil personas.

La gran cantidad de vehículos, no solo de cargamentos, sino también personas viajando de un lado de la frontera a otro, por turismo o trabajo, llevan a que en los controles aduaneros se genere un grave embudo de personas, que empuje a los conductores a arriesgarse por adelantar los máximos lugares posibles antes de afrontar las largas filas.

“La gente sale desesperada por ganarle a 20 o 30 autos”, describió el empresario en el transporte de cargas.

“Todos corren para llegar primero“, indicó Mammana, y agregó que “se generan colas de hasta 5 kilómetros, para entregar un papelito de aduana”.

En esta “carrera” por intentar ahorrarse algunas horas de espera, los conductores suelen saltearse las normas de velocidad, algo que lógicamente es clave para la producción de accidentes y que estos sean más graves.

Según explicaron, esto se terminó instaurando en la ruta 7 por la falta de presencia de las autoridades. “No existen los controles de ninguna naturaleza“, aseguró Mammana.

El rol de la Aduana

Según denunciaron los consultados, la administración de la Aduana Argentina juega un papel clave en que hace años esta sea la realidad en el cruce.

El caso de los camiones de carga, que deben tramitar su cruce en Uspallata, no es el mejor. El camionero González relató que al llegar a este punto de control, “hay 10 personas adentro y una sola trabajando”.

Las largas esperas juegan un factor clave para los camioneros, ya que “trabajamos por viaje. Es decir, que si te demoran perdés mucho tiempo de trabajo, y un viaje normal de 3/4 días pasa a ser de una semana”.

Para Bizzotto, esto tiene un gran impacto psicológico para los choferes. Esperas de 24 o 48 o más horas, “los ‘mata’”.

El último factor que termina afectando es el sueño de los conductores profesionales que llevan una gran cantidad de horas al volante. “Después tantas horas en aduanas en Horcones y Libertadores, tanto automóviles y buses, el sueño traiciona. Y en cualquier momento se pestañea y ocurren accidentes no deseados“, concluyó Mammana.

La mayor tragedia de la ruta 7

En febrero de 2018, un colectivo de larga distancia, de la línea Turbus, que llevaba a 40 pasajeros, volcó en la Curva del Yeso, ubicada al kilómetro 1224 de la R7, al estar circulando a aproximadamente 100 kph, más del doble de lo permitido en ese tramo en dirección a Chile. Como resultado, 19 personas perdieron la vida y 25 terminaron heridas.

Los sobrevivientes aseguraron que les exigieron a los choferes, de nacionalidad chilena, disminuir la velocidad, pero hicieron caso omiso a esta advertencia.

Un año después del siniestro, el conductor del colectivo, Javier Sanhueza, fue condenado a 20 años de prisión, al ser considerado como el mayor responsable del mortal accidente.

Curva del Yeso.

En ese momento, el procurador Alejandro Gullé declaró que la causa por la que el móvil iba a gran velocidad fue que los colectivos “no quieren tardarse cuatro horas en la Aduana”. Y profundizó: “Entonces van jugando una carrera para ver quién llega primero, pasándose unos a otros, lo cual es terrorífico”.

Fotos: Delfo Rodriguez

Las palabras del procurador mendocino en 2017 dan a entender que las situaciones que llevaron a la mayor tragedia en el camino nacional de alta montaña son las mismas que los expertos aquejan todavía a día de hoy.

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