Este aumento responde tanto a ajustes por inflación como a alzas preventivas vinculadas a la devaluación. En este contexto, el acceso a la carne se volvió cada vez más restringido para amplios sectores de la población.

El consumo de carne sigue en mínimos históricos y es reemplazado por otros productos.
El consumo de carne sigue en mínimos históricos y es reemplazado por otros productos.Mariano Fuchila

A pesar de ciertos signos de recuperación económica, con un crecimiento del 5,7% en febrero, el consumo de alimentos esenciales como la carne vacuna continúa en declive, especialmente entre los sectores más vulnerables. La sustitución de cortes vacunos por opciones más económicas como el pollo, el cerdo e incluso productos básicos como fideos, arroz o polenta se volvió una constante en los hogares bajo la línea de pobreza.

El precio de los principales cortes experimentó fuertes subas en las últimas semanas. De acuerdo con el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), entre fines de marzo y esta semana, el roast beef pasó de $9.759 a $13.300 (+36%), la carnaza común de $7.381 a $10.100 (+36%), el cuadril de $12.719 a $17.500 (+33%) y la paleta de $10.152 a $13.400 (+32%). Otros cortes como la nalga, el lomo o la bola de lomo también tuvieron aumentos de entre 16% y 28%.

Esta suba responde tanto a ajustes por inflación como a aumentos preventivos vinculados a la devaluación. En este contexto, el acceso a la carne se volvió cada vez más restringido para amplios sectores de la población.

El consumo masivo sigue en retracción

Argentina atraviesa una crisis en el consumo masivo de alimentos, bebidas y productos de limpieza, con una contracción acumulada de 16 meses. Según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), el consumo de carne vacuna volvió a caer en marzo un 2,7% mensual y un 5,4% interanual. En términos históricos, el consumo promedio por habitante se ubicó en 47,8 kilos anuales, el nivel más bajo en 30 años.

La caída también se refleja en los puntos de venta: las ventas de carne en supermercados y autoservicios descendieron 7,1% y 3,7% respectivamente. El encarecimiento del producto y la pérdida del poder adquisitivo han llevado a muchos hogares a reducir su frecuencia de compra o directamente eliminar la carne vacuna de su dieta.

Esta suba de la carne responde tanto a ajustes por inflación como a aumentos preventivos vinculados a la devaluación.

Esta suba de la carne responde tanto a ajustes por inflación como a aumentos preventivos vinculados a la devaluación.

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Mientras tanto, los salarios siguen sin alcanzar a la inflación, que en marzo fue del 3,7% según el INDEC, con alimentos creciendo un 5,9%. La suba acumulada del Índice de Precios al Consumidor en lo que va del año llega al 8,6%, con un 55,9% interanual.

La crisis económica sigue modificando los hábitos de consumo en los hogares argentinos, especialmente entre los sectores más golpeados por la pérdida del poder adquisitivo. Según un informe de NielsenIQ, los consumidores están siendo cada vez más selectivos, priorizando el cuidado personal y el mantenimiento del hogar por sobre la compra de alimentos esenciales.

Este cambio se refleja en las estadísticas: en marzo, las ventas de alimentos básicos apenas crecieron un 0,5%, mientras que rubros como golosinas y alimentos no esenciales aumentaron un 2,2% y 1,9% respectivamente. Al mismo tiempo, las bebidas alcohólicas registraron una fuerte caída del 10%, y las no alcohólicas se mantuvieron prácticamente estables, con un alza de solo 0,5%.

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