Los comerciantes aseguraron que se trata de un mercado en ascenso, gracias a que las personas encuentran todo “en un sólo lugar” y eso los lleva a no perder tiempo.

El centro de la Capital se ha transformado y dio paso a nuevos comercios, los conocidos “bazares chinos” que desembarcaron en un momento de inflación con algunas oportunidades de productos importados. A los dos que ya existen, se agregó un tercero para una competencia que, según los propios encargados, no es algo nuevo en los hábitos del consumo mendocino, pero que se volvió cada vez más agresiva en precios, ubicaciones estratégicas y variedad de productos.

Al margen de las cuadras que separan un local de otro, la principal clave radica en poder adaptarse a una sociedad que exige “mejores precios”. Por lo que los comerciantes reconocen que se ha convertido en una carrera para conquistar a las personas con ofertas y promociones permanentes, sumado a horarios de atención extendidos.

“Son los lugares donde las personas vienen a comprar una cosa y terminan llevando muchas más. Pero es una realidad que la competencia crece cada vez más, por eso es clave no quedarse y seguir innovando tanto en los productos como en las ofertas”, aclararon desde el Bazar y Regalería Brío, que abrió recientemente en calle Colón.

En la provincia, los bazares chinos dejaron de ser simplemente un lugar de paso y se transformó en un espacio de oportunidades. Sobre todo para aquellos que compran, como para quienes lo eligen como punto de partida para su propio negocio

Bajo este último escenario, los responsables de estas estructuras comerciales ven a la competencia no sólo como “inevitable”, sino “el motor para estar activos y creativos”.

“Tenemos una mirada global de los productos y no nos encasillamos en sólo un selecto grupo, tratamos de ir incorporando siempre más. De hecho, si hay un producto en tendencia, como fue el caso de los capibaras, tratamos de sumarlos al negocio para no quedarnos afuera”, sentenciaron en el Bazar Chino, sobre Sam Martín, a metros de Alem. 

El fenómeno detrás de los “bazares chinos”

Estas tiendas, mayormente administradas por ciudadanos de origen asiático, pero con empleados locales, se caracterizan por ofrecer desde artículos de cocina, decoración y limpieza, hasta productos escolares, ferretería y electrónicos económicos. Según detallaron en “Bazar Chino”, el modelo de negocio se basa en el alto volumen de ventas, rotación constante de productos y una cadena de abastecimiento directa desde importadores o distribuidores de Buen.

Sin embargo, según comerciantes locales y algunos vecinos, la competencia ha llegado a niveles de copias de estrategias de marketing e incluso apertura de locales similares frente a la competencia directa son parte de este nuevo escenario. 

“Todos trabajamos, vendemos cosas parecidas, pero el cliente elige. No hay pelea si hay respeto”, afirmó uno de ellos.

El principal “miedo” que los comerciantes dejaron en claro es la “saturación del negocio”. Es decir, para los encargados de bazares como Brío, Chino y Yafanni -el imponente local en una tradicional esquina de avenida Las Heras-, la meta es evitar, si bien entiende el juego, estructuras similares en un mismo radio, ya que puede derivar en cierres, rotación acelerada y precarización laboral.

Abastecimiento para otros comerciantes

Este tipo de negocios, en muchas oportunidades, está siendo utilizado como una especie de “proveedor” para aquellas personas que quieren empezar un emprendimiento sin hacer grandes inversiones iniciales. Esto puede ser desde ofrecer los productos de forma online o asistir a las tradicionales ferias los fines de semana

Las redes sociales y plataformas de comercio electrónico han potenciado aún más esta tendencia. Muchos emprendedores arman catálogos con fotos propias o directamente replican imágenes de los productos y los ofrecen a través de WhatsApp, Instagram o Facebook Marketplace

Si bien no todos los bazares venden al por mayor, varios ya se adaptaron a esta nueva clientela emprendedora y ofrecen descuentos por cantidad. Desde “Bazar Chino” aclararon que “conocemos a varios que vienen seguido y los asesoramos sobre los artículos que más se venden”.

Además de precios competitivos, los pequeños comerciantes valoran la posibilidad de comprar sin intermediarios. Algo que se ve reflejado en la posibilidad de poder adquirir el producto sin tener que contactar a importadores ni hacer trámites que suelen ser “complicados”

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