
Cientos de pobladores y mineros marcharon este miércoles en Trujillo para exigir mayor seguridad en una de las ciudades de Perú más castigadas por el crimen organizado.
La protesta pacífica se realizó 16 días después del asesinato de 13 trabajadores de una mina de oro en Pataz, provincia de unos 88.000 habitantes ubicada en el mismo departamento de La Libertad, cuya capital es Trujillo.
«No más muertes en el Perú, ya no queremos que a las familias las sigan asesinando, que se respete el derecho al trabajo en la provincia», dijo a la AFP el alcalde de Pataz, Aldo Carlos.
Algunos mineros marcharon con cascos blancos como distintivo y cargaron carteles donde se leía: «No más muertes», «No a la delincuencia, no a la extorsión».
Trece trabajadores vinculados a la mina Poderosa, una de las grandes compañías mineras de Perú, fueron hallados muertos el 4 de mayo en un socavón de oro.
Tras la masacre, el gobierno declaró un toque de queda y suspendió la actividad minera por 30 días para instalar a la fuerza pública y brindar seguridad. Los manifestantes reclaman a las autoridades el reinicio de las actividades en la provincia.
Pataz fue declarada en estado de emergencia desde febrero de 2024 por la escalada de violencia ligada a la explotación del oro.