El estrés económico superó el 50% por primera vez desde la postpandemia en 2021. Si bien en los últimos años se observa un empobrecimiento generalizado, los sectores medios-bajos son los que se vieron particularmente afectados.

Si bien en los últimos años se observa un empobrecimiento generalizado, la coyuntura reciente (2022–2024) muestra que los sectores medios-bajos se vieron particularmente afectados.
Si bien en los últimos años se observa un empobrecimiento generalizado, la coyuntura reciente (2022–2024) muestra que los sectores medios-bajos se vieron particularmente afectados.Reuters

Los procesos de aceleración inflacionariacaída de ingresos y el posterior deterioro de los haberes en los hogares generan lo que se denomina estrés económico, que según la medición del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA llegó al 50% en 2024, mientras que la pobreza se ubicó en el 38,1% y la indigencia en el 8,2%, según la última medición del INDEC.

El estrés económico superó el 50% por primera vez desde la postpandemia en 2021, según la serie histórica que presenta el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. El indicador logró perforar ese nivel clave del 50% en 2021, que alcanzó por primera vez en 2016, en medio de la aceleración de las tarifas y los precios, producto del “sinceramiento” del gobierno de Mauricio Macri.

Se trata de un indicador que amplía el análisis de la pobreza multidimensional, ya que mide la percepción sobre la capacidad de los ingresos totales del hogar para cubrir consumos básicos mensuales, sostener patrones de consumo y capacidad de ahorro. El hogar manifiesta suficiencia o insuficiencia de ingresos, es decir, que no le alcanza para cubrir sus consumos básicos y habituales, así como también declaran si tuvieron la posibilidad o no de ahorrar.

“El sentido común del ‘no me alcanza’ muestra un visión más realista de la pobreza por más que sea un factor subjetivo”, destacó en la presentación del informe “Estrés económico: cambios y continuidades de la evolución histórica (2010-2024) y el período reciente (2022-2024)” el coordinador Agustín Salvia.

En esa línea, el economista explicó que en el estrés económico se observa que “hay un aumento sostenido de la tasa de la pobreza entre 2022 y 2024”. Por el contrario al dato oficial, “no observa un pico en 2023 y una baja muy pronunciada en 2024”.

Estrés económico, indigencia y pobreza por ingresos del Observatorio Social Argentina de la UCA.

Estrés económico, indigencia y pobreza por ingresos del Observatorio Social Argentina de la UCA.

Estrés económico según el nivel socioeconómico

Si bien en los últimos años se observa un empobrecimiento generalizado, la coyuntura reciente (2022–2024) muestra que los sectores medios-bajos se vieron particularmente afectados, con una creciente proporción de hogares que ingresan a situaciones de estrés económico.

El nivel de estrés económico de acuerdo al nivel socioeconómico alcanzó el 75,3% en 2024 para los sectores muy bajos, incrementándose 6,1 puntos porcentuales (p.p.) frente al año previo, mientras que para los bajos se ubicó en el 61,5%, aumentando 8,4 p.p.

En tanto, en los niveles medio-bajo se observa un aumento un poco más medido (+2,9 p.p.) y se posicionó en el 35,7%, siendo el valor más alto desde la postpandemia. El medio-alto se ubicó en el 15,2%, con un aumento de 1,7 p.p. y también tocó su nivel más alto desde 2020, coincidiendo con el indicador general del estrés económico.

La medición del estrés económico de acuerdo a las carencias no monetarias, es decir acceso a la salud, la educación, la vivienda, la alimentación y la seguridad social, aumentan con mayor dureza entre aquellos que tienen menos carencias: para el decil que no poseía carencias el indicador subió de 15,5% a 22,8% entre 2023 y 2024 (+7,3 p.p.), mientras que para aquellos que tenían una o dos carencias subió 3,1 y 4,2 p.p., respectivamente, y para aquellos que poseían tres carencias o más avanzó solo 1,6 p.p.

Además, se observa un mayor estrés económico en los hogares con niños frente a los sin niños, demostrando también la significativa pobreza que existe entre la población más pequeña. El indicador se ubica en el 54,6% en los hogares con niñeces, mientras que se posiciona en el 38% en los que no hay presencia de hijos.

La mejora de los indicadores también fue dispar: el sector medio-bajo muestra un empeoramiento de su situación entre los años 2022, 2023 y 2024 en torno al 25%, mientras que los sectores bajos muestran un 15,6%, los muy bajos un 17,5% y los altos un 15%.

Por este motivo, desde el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA alegan que “se observa un empobrecimiento generalizado”, con los sectores medios-bajos particularmente afectados y un “empobrecimiento de sectores tradicionalmente estables”.

En ese sentido, Salvia resaltó que tanto las carencias en salud, que incluyen la seguridad alimentaria como el acceso a medicamentos; así como también la laboral inciden fuertemente en el estrés social. En los últimos meses el PAMI dejó de cubrir todos los medicamentos a los que acceden los adultos mayores y también se observó en 2024 una caída en el consumo de medicamentos recetados.

“La experiencia de estrés económico se constituye como una herramienta útil para identificar situaciones de vulnerabilidad que permanecen ocultas si se usa como único criterio el objetivo e indirecto. Hogares no identificados como pobres pero que manifiestan experimentar privaciones cotidianas o deterioro en su calidad de vida”, resume el informe.

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