Estados Unidos anunció este lunes 6 de enero una rebaja de las restricciones para la entrega de ayuda humanitaria a Siria, en una muestra limitada de apoyo al nuevo Gobierno de transición, aunque sin llegar a levantar las sanciones que pesan sobre el país.

Estados Unidos anunció el lunes 6 de enero una exención de sanciones para las transacciones con instituciones gubernamentales en Siria durante seis mese tras el fin del régimen de Bashar al-Assad, en un esfuerzo por facilitar el flujo de asistencia humanitaria.
Maher Khalil al-Hasan, ministro de Comercio del gobierno interino de Siria , dijo el lunes que el país no puede hacer acuerdos para importar combustible, trigo u otros bienes clave debido a las estrictas sanciones estadounidenses, a pesar de que muchos países, incluidos los estados árabes del Golfo, desean hacerlo.
Siria se enfrenta a una “catástrofe” si las sanciones no se congelan o se levantan pronto, afirmó.

La medida anunciada hoy refleja la disposición de Estados Unidos a asistir a la población siria, pero también su cautela a la hora de eliminar las sanciones más duras, a la espera de que quede clara la orientación del nuevo liderazgo sirio, encabezado por Abu Mohammed al-Jolani, líder del islamista Organismo de Liberación del Levante (-Hayat Tahrir al Sham- HTS), considerado por Washington una organización terrorista.
En la práctica, la decisión permite a Washington realizar ciertas transacciones financieras con el Gobierno sirio, incluidas algunas ventas de energía, y facilita el trabajo de las organizaciones humanitarias para proporcionar servicios esenciales, como agua y electricidad, según informó el Departamento del Tesoro en un comunicado.
Siria sufre graves cortes de electricidad: en la mayoría de las zonas, el suministro eléctrico estatal sólo dura dos o tres horas al día. El Gobierno provisional afirma que su objetivo es proporcionar electricidad hasta ocho horas al día en dos meses.