El árbol limonero debe ser perfectamente podado para obtener grandes beneficios. ¿Cuáles son las ramas que se deben eliminar?

El árbol limonero debe ser podado una vez al año
El limonero es uno de los ejemplares más tenidos en cuenta en los distintos hogares, sobre todo por la gran cantidad de beneficios que este aporta más allá del jardín. A la hora de mantenerlo, uno de los aspectos más importantes es el de la poda del mismo.
Si bien el mejor momento para podar el árbol limonero es a finales de invierno o principios de la primavera, es fundamental saber cuál es la manera correcta de hacerlo para obtener beneficios.

La poda del limonero es fundamental para mejorar el árbol
Qué tipo de ramas se deben eliminar en la poda del árbol limonero
Sin entrar en rodeos, se debe aclarar que las primeras ramas a eliminar en el limonero son las ramas secas, enfermas o dañadas que crecen hacia adentro. Estas ramas no aportan beneficios al árbol y pueden ser foco de enfermedades o plagas.
Las ramas que crecen hacia adentro o se cruzan en el limonero también deben de ser eliminadas, ya que compiten por espacio y por luz dificultando el desarrollo de otras formaciones.
El roce constante de las ramas del árbol limonero puede dañar la corteza y crear heridas que facilitan la entrada de enfermedades al ejemplar. Además, las ramas débiles no hacen crecer frutos en el mismo.

El mejor momento para podar un limonero es a finales de invierno o principios de la primavera
En este mismo sentido, se recomienda eliminar las ramas que no produzcan frutos o que estén muy cargadas para favorecer una buena producción de limones de calidad en el árbol.
Beneficios de realizar una poda correcta en el árbol limonero
- Estimula el crecimiento: al eliminar ramas improductivas, se concentra la energía del árbol en las ramas saludables, promoviendo un crecimiento más fuerte y rápido.
- Mejora la producción de frutas: una poda adecuada mejora la circulación del aire y la entrada de luz, lo que favorece el desarrollo de frutos más grandes y jugosos.
- Previene enfermedades: un árbol bien podado con buena ventilación y acceso a la luz solar es menos propenso a enfermedades y plagas.
- Mejora la estructura del árbol: la poda ayuda a darle al limonero una forma más equilibrada y resistente, evitando ramas débiles o cruzadas que puedan romperse fácilmente.
- Facilita la cosecha: un árbol podado con ramas bien distribuidas y accesibles facilita la recolección de los limones.