Los pequeños productores aseguran que enfrentan pérdidas millonarias, retroceso en la superficie cultivada y el impacto de la importación
A fines de agosto de este año, una helada tardía provocó graves pérdidas en plantaciones de bananos de Laguna Naineck, Formosa (Revista Chacra)
A fines de agosto de este año, una helada tardía sorprendió a los productores de Laguna Naineck y dejó graves pérdidas en cultivos regionales como la banana, el zapallo, el melón y la mandioca. Pánfilo Ayala, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) de Formosa, aseguró en Chacra Agro Continental que el impacto es tanto productivo como social.
“Fue devastador para la gran mayoría de los pocos cultivos que todavía tenemos”, lamentó el dirigente. Según explicó, con la banana como emblema, los costos de producción superan ampliamente los precios que recibe el productor: mantener una hectárea cuesta más de 4 millones de pesos al año, mientras que una caja de 22 kilos de fruta verde se paga entre 3.000 y 3.500 pesos.
Ayala también cuestionó la falta de políticas públicas de apoyo a las economías regionales y apuntó contra la pasividad de las autoridades. “No estamos en la agenda del Estado desde hace varios años. No hay una reacción rápida para auxiliar al productor”, afirmó. En ese sentido, recordó que Formosa supo tener 12.000 hectáreas destinadas a la producción de bananas, pero hoy apenas sobreviven 200.
Pánfilo Ayala, presidente de la Federación Agraria Argentina de Formosa, advirtió que la producción de bananas atraviesa “una crisis terminal” en la provincia (INTA)
Ayala aseguró que esta actividad “atraviesa su crisis más profunda, al punto de encontrarse en “una situación terminal” producto de la “ausencia de políticas productivas y la desidia”.
El dirigente federado cuestionó, además, la falta de políticas de protección ante los fenómenos climáticos como heladas, sequía y tormentas, así como de planes de fomento para la tecnificación y el desarrollo del sector.
A la crisis climática y de costos, se suma la competencia de la fruta importada, que según el dirigente golpea directamente a la economía local. Ayala advirtió que la situación genera un “retroceso productivo” y un fuerte impacto social en los pueblos rurales. “No llegamos al costo de producción y así se va destruyendo la agricultura familiar”, concluyó.