En la última década creció la cantidad de personas de entre 19 y 30 años que logran completar el nivel de educación media. Pese a los avances, persiste una deuda ya que la universalización de la secundaria aún no se cumple y las desigualdades impactan en la terminalidad de los estudios en tiempo y forma.

La secundaria es clave para la trayectoria académica y la formación de mano de obra calificada para el mercado del trabajo.
La secundaria es clave para la trayectoria académica y la formación de mano de obra calificada para el mercado del trabajo.

En los últimos10 años, la Argentina logró un avance sostenido en uno de los puntos más críticos de su sistema educativo: la finalización de la secundaria. Según un informe, pese a la mejora en las cifras de la terminalidad del nivel medio de estudios en los sectores más bajos, el factor socioeconómico sigue siendo la causa de mayor impacto para los estudiantes que no pueden lograr concretar la etapa de estudios obligatorios, situación que además afecta el desarrollo de mano de obra calificada en la inserción en el mundo del trabajo.

Las cifras surgen del trabajo titulado “Terminalidad educativa: foco en la secundaria”, publicado este jueves por Argentinos por la Educación. El relevamiento fue elaborado por Viviana Postay (especialista en gestión educativa), María Sol Alzú y Martín Nistal, a partir de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC.

El estudio relevó las tasas de finalización de los niveles primario, secundario y universitario en los jóvenes argentinos de entre 25 y 30 años en tres momentos: 2014, 2019 y 2024. Allí se vio que la proporción de jóvenes que completó la escuela media pasó del 67,6% en 2014 al 74,2% en 2024. El dato muestra una mejora, pero también revela que uno de cada cuatro argentinos de entre 25 y 30 años todavía no tiene el título.

Si bien la mejora fue general, se detectaron diferencias especialmente entre los sectores más pobres, donde la terminalidad de la secundaria creció de 41,5% a 60%, un salto de casi 20 puntos (ver gráfico 1). En cambio, entre los jóvenes del quintil más alto de ingresos (mejor situación socioeconómica), pasó de 87% a 92%. “Se redujo la brecha, pero sigue habiendo una desigualdad enorme”, advierten los autores.

En la Argentina la escuela secundaria es obligatoria por Ley N° 26.206.

En la Argentina la escuela secundaria es obligatoria por Ley N° 26.206.

Se observó que la secundaria sigue siendo el “cuello de botella” del sistema educativo, dado que mientras la primaria alcanza niveles de finalización cercanos al 100%, y la universidad se mantiene estancada en el 9%, la escuela media concentra las mayores desigualdades, con la cuestión socioeconómica como el principal elemento que atenta tanto contra el tiempo (terminalidad) como la calidad de los aprendizajes de los estudiantes de la enseñanza media.

El dato alentador que muestra el éxito en el resultado de las políticas educativas, con el estandarte de la escuela secundaria obligatoria por ley, es contundente: mientras en 2014 solo el 52% tenía el título a los 19 años, en 2024 esa cifra subió al 71%.

Gustavo Romero, vicerrector del Colegio Nacional de Buenos Aires, aseguró que “el crecimiento sostenido de la terminalidad en el nivel secundario, sobre todo entre los sectores más vulnerables, es una buena noticia que contrasta con el clima de desconfianza hacia la escuela”. Sin embargo, enfatizó que “el desafío no es solo alcanzar la universalización, sino cómo se termina: la expansión de la cobertura debe ir acompañada de aprendizajes significativos y trayectorias completas dotadas de sentido para el mundo adulto y del trabajo”.

En ese aspecto, la investigadora de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Felicitas Acosta, planteó que allí hay dos cuestiones a tener en cuenta. “Por un lado, sus límites para garantizar el egreso de toda la población en tiempo y forma; y por otro, la necesidad de impulsar políticas que aseguren condiciones efectivas de escolarización, en un escenario donde persiste una amplia brecha entre los sectores más acomodados y los de menores recursos”, puntualizó.

Gráfico1: finalización de la secundaria por nivel socioeconómico de los años 2014, 2019 y 2024.

Gráfico1: finalización de la secundaria por nivel socioeconómico de los años 2014, 2019 y 2024.

Argentinos por la educación

Radiografía de la secundaria: calidad de aprendizaje educativo y género

Pero no todo es color de rosas, puesto que el informe comprobó que el rezago educativo sigue siendo alto, con el 26% de los jóvenes entre 19 y 25 años que no completaron la secundaria, factor que incide directamente tanto en las capacidades para conseguir empleo como el desarrollo de su historial académico en el nivel universitario. Además, la calidad de los aprendizajes sigue siendo una deuda pendiente: solo 10 de cada 100 alumnos egresan en el tiempo teórico y con los conocimientos adecuados.

“Los progresos son reales, pero todavía insuficientes”, advierte Viviana Postay, especialista en gestión educativa. “El desafío ya no es solo que los chicos lleguen a la escuela, sino que puedan terminarla y aprender lo necesario para su vida y su trabajo”, resaltó.

Al analizar las diferencias por género, se observa que las mujeres tienen niveles más altos de finalización que los varones, tanto en primaria (97,6% vs 95,1%) como en secundaria, donde la brecha se amplía: 77,4% de las mujeres de 25 a 30 años terminaron la secundaria, en comparación con 70,9% de los varones de ese rango etario (ver gráfico 2). Sin embargo, esa ventaja desaparece en la universidad, donde la terminalidad femenina cayó del 13,4% al 9,8% en la última década.

Gráfico 2: proporción de personas de 25 a 30 años por nivel educativo, por género, de los años 2014, 2019 y 2024.

Gráfico 2: proporción de personas de 25 a 30 años por nivel educativo, por género, de los años 2014, 2019 y 2024.

Políticas que impulsan la terminalidad de la escuela secundaria

De acuerdo al análisis de los investigadores, parte del avance en los buenos resultados de la terminalidad de la escuela media se debe a los programas públicos y comunitarios que apuntan a la revinculación escolar, como las becas Progresar y los planes Egresar, además del crecimiento de la secundaria para adultos, cuya matrícula de egresados se duplicó entre 2001 y 2022.

También destacaron el rol del Acuerdo por la Educación, una iniciativa colectiva que busca fijar prioridades comunes en materia educativa. “La mejora es real, pero no alcanza con más egresos: hace falta sostener aprendizajes de calidad”, señaló Viviana Postay.

Terminar la secundaria es el nuevo piso social en la Argentina, como un punto de partida que sustenta la base de la formación de cada sujeto en la sociedad. Ello le servirá para llevar adelante un nuevo recorrido en la universidad para desarrollar conocimientos o bien mostrar más aptitudes para empleos calificados en la inserción en el mundo del trabajo. El desafío es que no haya que nacer en determinado hogar o sector social para lograrlo.

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