Desde el sector provincial aseguraron que la falta de diésel y gasolina paralizó a cientos de camiones bolivianos, pero que no afectará “en gran medida” los precios de los productos.

La crisis de combustibles en Bolivia se ha convertido en un problema con efectos sobre la logística y el comercio exterior de dicho país. En el ámbito regional, las alertas se extendieron hacia los mercados del noroeste argentino y Mendoza, que mantienen intercambios, aunque los especialistas coincidieron en que por ahora el impacto es “limitado”.
Es que la falta de diésel y gasolina ha dejado fuera de circulación a más de 11.000 camiones, lo que representa una reducción del 70% en las operaciones de transporte internacional.
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Para el sector logístico, la crisis implica mayores costos operativos, atrasos en las entregas y una capacidad de transporte limitada. Cada camión detenido significa un eslabón más roto en la cadena de suministros, afectando especialmente al transporte de carga, insumos y alimentos.
El titular de la Unión Frutihortícola Argentina, Omar Carrasco aclaró que la crisis de combustibles boliviana no ha generado aún un impacto directo en los precios o en la disponibilidad de productos en los mercados de Mendoza.
“Por el momento no va a afectar, porque lo que llega desde Bolivia es poca banana, y hay oferta de Paraguay, Salta y, sobre todo, Ecuador. Algunos productos locales subieron por cuestiones estacionales, pero las ventas están tan caídas que los precios no logran sostenerse”, señaló en diálogo con El Sol.
Carrasco también advirtió que el mercado interno argentino atraviesa una desaceleración marcada desde hace meses y que no solo responde a la situación de Bolivia: “No se vende, por lo que los mercados no pueden fijar precios que dejen margen ni al productor ni al operador”.

Los productos de Bolivia
En la misma línea, Anael Carrasco, integrante del sector frutihortícola, remarcó que los productos bolivianos tienen una participación marginal en el comercio de la provincia.
“El único producto que se suele traer de Bolivia, a veces, es banana y tomate. Puede haber algo más, pero no mucho. No hay cambios importantes en los precios ni en la oferta”, aclaró.
El comerciante Marcelo Astudillo del Mercado Cooperativo de Guaymallén, por su parte, también minimizó el impacto del conflicto energético boliviano sobre la plaza mendocina que ocupa en el sector.
“Con Bolivia se hace poca mercadería. El intercambio más fuerte es con Brasil y Chile. Esporádicamente, se importa banana boliviana, pero eso no mueve la aguja. Siguen llegando camiones, quizás menos, pero no afectó los precios porque hay otras ofertas”, sentenció.

El motivo de la situación
El desabastecimiento responde a la dependencia del país de las importaciones de hidrocarburos, Bolivia importa el 85% del diésel y más del 50% de la gasolina que consume, sumada a la caída de las reservas internacionales y la escasez de divisas, factores que dificultan las compras externas.
Aunque los especialistas coincidieron en que el efecto inmediato sobre Argentina es leve, advierten que una prolongación del desabastecimiento podría “alterar los costos logísticos regionales y encarecer las importaciones agroalimentarias”.
