Precarización y tratamientos interrumpidos: las familias deben cubrir cada vez más vacíos y los pacientes no reciben la atención adecuada. Consecuencias.

En Mendoza, acceder a una atención adecuada, a tiempo e integral para personas con discapacidad se ha vuelto un desafío cada vez más complejo

En Mendoza, acceder a una atención adecuada, a tiempo e integral para personas con discapacidad se ha vuelto un desafío cada vez más complejo

En Mendoza, acceder a una atención adecuada, a tiempo e integral para personas con discapacidad se ha vuelto un desafío cada vez más complejo. En un contexto donde crecen los diagnósticos -particularmente en el espectro de la neurodiversidad-, los profesionales disponibles son insuficientes, lo que genera listas de espera, tratamientos interrumpidos y una sobrecarga para las familias.

Detrás del problema hay múltiples factores: falta de especialistas, precarización laboral, honorarios bajos y demoras en los pagos por parte de obras sociales y prepagas. Todo eso empuja a muchos profesionales a abandonar el sistema o atender solo de forma particular, restringiendo así el acceso a quienes no pueden afrontar los costos.

El diagnóstico es unánime entre los especialistas: el sistema de atención a la discapacidad en Mendoza está en tensión. La falta de profesionales y la precarización impactan en la calidad y continuidad de los tratamientos, y las familias deben cubrir cada vez más vacíos.

Carencia de profesionales especializados en discapacidad

“Están colapsados todos los equipos y por eso tenemos listas de espera para tomar pacientes”, reconoció Sebastián Quiroz, director médico de Vinculat, institución dedicada al acompañamiento terapéutico.

“Hay mucha carencia de profesionales especializados, mucho más en la parte de neurodiversidad. Y sobre todo, por lo que ha pasado con los convenios, hay menos gente y la mayoría está atendiendo de manera particular. La realidad es que hay pocos en relación con la demanda y las necesidades, en psicología, psiquiatría, terapia ocupacional y fonoaudiología”, explicó.

Discapacidad: falta de especialistas y problemas para acceder a tratamientos
Discapacidad: falta de especialistas y problemas para acceder a tratamientos

Según el médico, el panorama es especialmente crítico en la atención de adultos.

El problema no se limita a la falta de recursos humanos, sino también a la sobrecarga de quienes continúan en el sistema. La combinación de bajos aranceles y demoras de pago agrava el escenario. Muchos terapeutas cobran sus prestaciones a los 90 días o más, lo que lleva a que varios abandonen el circuito de la discapacidad o emigren hacia otras áreas e incluso al extranjero.

Los especialistas más difíciles de conseguir

Desde la Dirección de Atención a la Persona con Discapacidad, la licenciada Lorena Pozzoli confirmó que el faltante de profesionales es real y se ha profundizado.

“Sí, en la provincia de Mendoza existe una marcada falta de profesionales especializados para el abordaje de personas con discapacidad o neurodivergentes, un problema que se ha agudizado en los últimos años”, afirmó.

Según detalló, los especialistas más difíciles de conseguir son, en este orden:

  • Fonoaudiólogos
  • Terapeutas ocupacionales
  • Psicólogos especializados
  • Kinesiólogos

“Hay muy poca formación y prestación en atención temprana especializada”, aseguró, y también hizo hincapié en la atención de personas con desarrollo neurodivergente ya que dijo que no hay una especialización en el abordaje. Sumó que la mayoría de las instituciones carece de terapistas visuales.

La difícil tarea de conseguir turno con un neurólogo o psiquiatra

La acompañante terapéutica Laura Privitera retrató el problema desde su experiencia diaria: “Trabajo con minoridad, neurólogos infantiles, psiquiatras infantiles, psicomotricistas… Son los que más faltan. Es muy difícil conseguir turno, más que nada con neurólogos y psiquiatras. Los turnos son muy distanciados y muy caros porque no te reciben ninguna obra social”.

La atención de personas con desarrollo neurodivergente: falta especialización en el abordaje. Foto: Gentileza Sanatorio Allende.
La atención de personas con desarrollo neurodivergente: falta especialización en el abordaje. Foto: Gentileza Sanatorio Allende.

A esa situación se suma el peso económico para las familias: “Encima de lidiar con la discapacidad, tienen que pagar terapias particulares. Cuando los niños necesitan medicación y es urgente, tienen que esperar”, lamentó.

Privitera apuntó también a otro fenómeno creciente: la emigración de profesionales de la salud. “Muchos se fueron a Chile porque cobraban en dólares: psicólogos, médicos, enfermeros. Se ha ido mucha gente del área de salud al extranjero. Las obras sociales pagan poco y tarde, a los noventa días. Es un desastre”, dijo.

La precarización también golpea de lleno a su propio rubro: “Nosotros, los acompañantes terapéuticos, no tenemos una ley en Mendoza que nos respalde. No hay un valor de referencia por hora y eso genera competencia desleal. Te dicen: ‘Tengo otro acompañante que me cobra más barato’, y perdés el trabajo. Nos negrean muchísimo, en institutos o de forma particular, y se cobra dos pesos con cincuenta”.

Pese a las dificultades, la profesional aclaró que el acompañamiento terapéutico sigue siendo una labor con alta demanda, tanto en discapacidad como en ámbitos judicializados, violencia de género o cuidados paliativos.

Consecuencias para los pacientes

Este complejo escenario obviamente tiene consecuencias, sobre todo para las personas que requieren de esta asistencia, que terminan por no tenerla o accediendo a destiempo. Pero también para las familias y los profesionales.

Pozzoli mencionó al respecto:

Tratamientos interrumpidos: La escasez de profesionales y los problemas de pago provocan la suspensión de terapias esenciales, con graves consecuencias en el desarrollo y la calidad de vida de los pacientes.

Colapso de la atención: largos tiempos de espera para acceder a un tratamiento que dura 20 minutos

Regresión en el desarrollo: La falta de estimulación y terapias adecuadas puede generar un retroceso en los avances logrados, especialmente en niños y niñas.

Aumento de la carga para las familias: “Ante la falta de respuesta institucional, las familias deben asumir una mayor responsabilidad en el cuidado y la gestión de los tratamientos, en un contexto de incertidumbre y angustia”, remarcó.

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