Un informe de CICCRA señala que, aunque los cortes vacunos escalaron casi 47% interanual, el consumo por habitante subió a 49,1 kilo anuales.
En octubre de 2025, el consumo interno de carne vacuna en Argentina creció un 4,4 % frente al mismo mes del año previo, según datos difundidos por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
Al considerar el promedio móvil de doce meses, el consumo per cápita alcanzó los 49,1 kilos al año, lo que representa una mejora interanual del 3,2 %.
Pese a ese avance en el consumo, los precios de los cortes vacunos experimentaron un fuerte aceleramiento. En octubre, la carne subió 47,3% en relación al mismo mes del año anterior; en septiembre, el alza anual había sido del 45%.
En comparación con septiembre de 2025, los cortes vacunos aumentaron 3,8% mensualmente, mientras que el precio del kilo de pollo entero, por contraste, cayó 1,1%.
Entre los cortes más afectados, el de cuadril presentó el incremento más elevado, con un alza anual del 65,2 %. Le siguieron el asado (63,8%), la nalga (63,3 %), la paleta (59,6 %) y la carne picada común (48,8%).
Para referencia, el kilo de asado llegó a un promedio de $ 11.775,6 en octubre, mientras que el pollo entero se ubicó en $ 3.681,6 por kilo tras la baja mensual.
En el ámbito de la producción, la industria frigorífica reportó 2,635 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h) de carne vacuna en los primeros diez meses del año, una cifra prácticamente idéntica a la registrada en el mismo período de 2024.
Sin embargo, en octubre la producción cayó un 4,9 % respecto a octubre de 2024, pese a que en ese mes se observó un incremento mensual del 2,3 % frente a septiembre.
Por otro lado, las exportaciones de carne vacuna se redujeron un 10,2 % interanual en el período de enero-octubre, con una caída estimada de cerca de 79.650 toneladas r/c/h exportadas. La cifra total exportada quedó en torno a 704.350 toneladas r/c/h, según el informe de la CICCRA.
Este escenario plantea un contraste interesante: mientras el precio sube con fuerza, el consumo crece. Algunos factores podrían estar operando en el trasfondo, como hábitos alimenticios, sustituciones entre proteínas o presión económica en distintos segmentos de la población que optan por mantener la carne vacuna pese a su costo.
