El cónclave para elegir titular de la Suprema Corte hasta 2027 comenzará este martes y el peronista Mario Adaro se declaró presidenciable contra Dalmiro Garay. La política tendrá la última palabra

La suerte está casi echada: Dalmiro Garay (52) se encamina a la tercera reelección como presidente de la Suprema Corte de Justicia al cierre del cónclave que comenzará este martes a las 6 de la tarde en el cuarto piso de los Tribunales y que podría prolongarse hasta el miércoles.

Lo de casi, es decir el suspenso -bien a lo Hitchcock- lo instaló el peronista Mario Daniel Adaro (56), que en las últimas horas alzó una mano y -tras la negativa presidenciable de Julio Gómez, también peronista- se declaró públicamente en carrera para enfrentar a Garay en una definición que pinta, en principio, como maratónica.

Hasta ahora se avizora un duelo de campanillas. Pero sólo hasta ahora porque, como se ha dicho largamente en los comités, en estas páginas y hasta en los pasillos tribunalicios, en política todo puede suceder y de pronto lo que parecía ser blanco termina siendo negro. O viceversa.

Dalmiro Garay y Mario Daniel Adaro, ministros de la Suprema Corte de Justicia que este martes elije presidente hasta 2027. El primero va por la tercera reelección consecutiva y el palmirense le salió al cruce. Todo puede suceder.
Dalmiro Garay y Mario Daniel Adaro, ministros de la Suprema Corte de Justicia que este martes elije presidente hasta 2027. El primero va por la tercera reelección consecutiva y el palmirense le salió al cruce. Todo puede suceder.

La Suprema Corte de Justicia: escenario de cabildeos

La definición de quién presidirá la Suprema Corte de Justicia hasta noviembre de 2027 sucederá en una votación secreta de la que únicamente participarán los 7 supremosGaray, Teresa Day, José Valerio, Norma Llatser, Gómez, Omar Palermo y Adaro.

Sin embargo, las negociaciones, los visteos y los típicos cabildeos personalizados en los despachos comenzaron hace algunas semanas, más precisamente después de las elecciones legislativas de octubre.

Y el resultado en Mendoza, claramente favorable al oficialismo, fue como un trampolín para que Garay decidiera ir por un nuevo mandato, el tercero de 2 años que debe sumarse al primero de 1 año (2020-2021), cuando fue ungido como sucesor del renunciante Jorge Nanclares (luego reemplazado por Day) en los primeros tiempos de la pandemia de coronavirus.

Este martes a la tarde, los supremos Garay, Day, Valerio, Llatser, Gómez y Palermo estarán presentes en el Salón de Acuerdos, en el cuarto piso del edificio de los Tribunales provinciales. El séptimo participará de modo virtual: se trata de Mario Adaro, de regreso desde Brasilia, donde ha sido distinguido en Jornadas referidas a su especialidad: la innovación tecnológica.

Habrá café, té y alguna confitura que fueron guardados el miércoles último cuando debió cancelarse el cónclave convocado súbitamente por el presidente Dalmiro Garay para la previa del finde extralargo. Fue por el viaje de Valerio a Villa La Angostura, donde participó de un congreso de especialistas en Derecho Penal.

José Valerio se autoexcluyó de competir por la presidencia de la Suprema Corte otra vez.
José Valerio se autoexcluyó de competir por la presidencia de la Suprema Corte otra vez.

Los “no” que precedieron al “sí” de Adaro

A esa altura, algunos supremos ya habían manifestado anticipadamente, puertas adentro y en conversaciones privadas, su negativa a encarnar el recambio en la presidencia: el mencionado Gómez, Palermo y Valerio, este último claramente enfrentado -durante los últimos años- con el oficialismo de Garay, Day y Llatser en la Corte y hasta con el mismísimo gobernador y otras figuras de otros estamentos judiciales y políticos.

Para muchos, era el momento de Julio Gómez para representar al ala opositora en la puja por la presidencia de la Suprema Corte.
Para muchos, era el momento de Julio Gómez para representar al ala opositora en la puja por la presidencia de la Suprema Corte.

Desde el ala opositora emergió entonces la figura presidenciable de Mario Adaro, quien sostiene que la renovación en la conducción de la Suprema Corte es “necesaria y urgente, porque que no es bueno que una misma persona se mantenga tantos años seguidos en lo más alto más allá de resultados electorales políticamente favorables” y que, de una vez y para siempre, “debería legitimarse un mecanismo rotativo de presidencia de la Corte”, algo que el palmirense viene pregonando hace años sin eco favorable.

Y que la Justicia sea gobernada no sólo por todos los ministros de la Suprema Corte sino por un equipo más amplio que completen magistrados, empleados y funcionarios, algo que Mario Adaro define como “el ecosistema judicial”. En definitiva, mucho por hacer.

Inquietudes en la previa de la elección en la Suprema Corte

¿Se ve hoy el oficialismo dejando la presidencia de la Corte en manos de la oposición tras la victoria electoral de octubre?

¿Se ve hoy el gobernador Alfredo Cornejo culminando el último tramo de su mandato con una Suprema Corte gobernada por el peronismo?

¿Se ve hoy el presidenciable Mario Adaro presidiendo la Suprema Corte de Justicia durante los 2 últimos años de la gestión de un gobernador que hace algunas semanas lo trató de “vago” a través de la prensa y que hace algunas semanas recortó el Presupuesto Judicial 2026?

Alfredo Cornejo, gobernador. ¿Se ve en el final de su mandato con una Corte gobernada por el peronismo?
Alfredo Cornejo, gobernador. ¿Se ve en el final de su mandato con una Corte gobernada por el peronismo?

Vamos por partes. Por ahora, se impone un poroteo, algo así como un juego de posibilidades.

Entonces, asoma una conclusión: Adaro sabe que cuenta -por ahora y sólo por ahora- con los votos necesarios para erigirse en presidente de la Suprema Corte hasta noviembre de 2027.

Pero en la tercera ronda, donde 1 voto será decisivo, y no en la primera ni en la segunda porque no cuenta con los 5 votos que exige el reciente mecanismo fijado por reglamento para elegir presidente.

En la vereda de enfrente -por ahora y sólo por ahora- el oficialismo intuye que el momento de capitular sobrevuela porque 3 votos no alcanzan para imponerse en primera ronda y tampoco en la segunda.

¿Y en la tercera? Bueno, eso sería otro cantar. Ahí sí podría retener la presidencia de la Corte porque con un sólo voto de diferencia sería suficiente para revalidar a Garay hasta 2027.

Final abierto en el cuarto piso de Tribunales

Sin embargo, este martes todo puede suceder en la elección de presidente de la Corte hasta 2027.

Podría haber primera ronda de votación y hasta segunda. O tercera y definitiva tal vez termine definiéndose el miércoles.

O podría haber una sola votación unánime que derive en la tercera reelección de Dalmiro Garay y en que cada supremo vuelva a lo suyo.

Por la política.

Aunque algunos elijan hablar de consenso y de acuerdos que sienten las bases de un Poder Judicial eficiente y actualizado a los tiempos que corren y a las necesidades de los ciudadanos, los denominados judiciables.

Porque la política es así. ¿Vio?

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