Al aumento de patologías se suman los consumos de sustancias, que pueden conformar un combo con graves consecuencias. Factores psicosociales como determinantes.
Advierten que el suicidio y el consumo problemático se han extendido por toda la provincia, clases sociales y rangos etarios
Especialistas en salud mental de Mendoza están preocupados por un incremento de los suicidios asociados al consumo problemático de sustancias ilegales. El responsable de la Dirección de Salud Mental, Manuel Vilapriño, advirtió que cada vez se ven más casos de este tipo en un contexto en el que en el área están fortaleciendo estrategias por un incremento de la demanda de atención en salud mental en general.
“Hay una enorme prevalencia de trastornos mentales”, advirtió esta semana el psiquiatra y agregó: “En este momento, el suicidio y el consumo problemático se han extendido por toda la provincia, clases sociales y rangos etarios”. En ese sentido dijo que es importante ayudar a quienes se encuentran inmersos en estas situaciones ya que muchos pueden recuperarse. El asunto es que la gran mayoría de quienes tienen consumos problemáticos no suelen buscar asistencia y en general quienes llegan, lo hacen en estado crítico.
En un contexto de deterioro de la salud mental de las personas, desde el Ministerio de Salud han incorporado guardias específicas de esta especialidad en hospitales públicos así como camas de internación. Con esto apuntan a que haya oferta de estos servicios en los efectos de los distintos departamentos y así poder dar respuesta a situaciones que pueden a veces volverse de vida o muerte.
Además, las últimas semanas han incorporado a la estrategia las que han llamado Casas de Medio Camino, una instancia intermedia hasta el alta de quienes están en proceso de recuperación de su autonomía y reinserción social luego de haber estado internados y donde cuentan con acompañamiento profesional.
Un largo sufrimiento
“La gran mayoría de las personas que se han suicidado han tenido historia de consumo, algo que es significativo y habla de la gravedad”, expresó el profesional. Dijo que ven un incremento de estos casos, con una edad promedio de suicidio en Mendoza en torno a los 25 años. La franja etaria de la mayoría se extiende entre los 15 y los 35 años. Detras hay sufrimiento, pero un sufrimiento que viene de larga data, acumulado, ya que llegar al suicidio es un proceso.
El trasfondo de esta problemática es esa previa y es ahí que ponen la mirada los expertos, en que la gente no llega a tiempo a pedir ayuda al sistema de salud.

Con el consumo de sustancias se presentan cuadros de salud mental que complejizan la situación de salud.
En ese sentido, Vilapriño dio detalles que son una señal de alarma, para los afectados y sus allegados: “Un suicidio no es algo que sucede de la noche a la mañana, uno viene pensando en la posibilidad, en un proceso de suicidio, que pasó por diferentes etapas”. Y agregó: “Entonces, esa persona es muy probable que sufra trastornos o consumos problemáticos que se extienden desde tiempo antes. Sabemos que la mayoría de las enfermedades mentales empieza entre los 15 y los 25 años”.
En cuanto a las causas del sufrimiento, de mayores consumos y más afectación de la salud mental de las personas, Vilapriño marcó el alto impacto de las circunstancias psicosociales a las que se suma la chance de una predisposición genética.
“Todo lo que tiene que ver con lo psicosocial es un factor fundamental que juega un rol clave en el ingreso al consumo y en la persistencia del consumo después. Y ahí ya interactúan con los genéticos, con los biológicos, empiezan a retroalimentarse entre ellos”, comentó.
Se está tratando de sistematizar la información sobre suicidios, ya que es escasa. En principio, en la Dirección de Salud Mental señalaron que las tasas de suicidio se mantienen relativamente estables en la provincia: 8,9 cada 100.000 habitantes en 2022 y 8,1 en 2023. Pero Vilapriño se mostró esperanzado en las estrategias que se están implementando y dijo que esperan que en 2024 se haya registrado una baja, datos que aún se están procesando.
Un informe de Los Andes de mediados del año pasado daba cuenta de que en la provincia hay mas de un intento de suicidio por día (1,5 para más exactitud), según datos del Departamento de Epidemiología de Mendoza.
El consumo y las patologías mentales
El asunto es que se estima que en Argentina, 90% de quienes tienen problemática de consumo, no acuden al sistema, no solicitan ayuda, lo cual puede atribuirse a que no perciben que tengan una problemática como para hacerlo. Vilapriño apuntó que en el mundo esto se estima en 80%. Lo que observan es que cuando llegan a pedir ayuda ya están en una situación más complicada, de mayor complejidad.
Esta es una de las variables que pueden explicar la relación con el suicidio: cuadros más graves, que afectan la salud de diversas maneras y entre ellas, la salud mental. La otra, es “un combo” de patologías mentales que suelen presentarse en estas personas.
El asunto es que cuando el consumo llega a ser una adicción ya es considerado una enfermedad. Sucede cuando, pese a las innumerables consecuencias que tiene la persona en su vida laboral, familiar, económica, y pese a sus esfuerzos, no puede dejar el consumo.
“El consumo problemático deja de serlo para transformarse en enfermedad adictiva cuando ya hay un compromiso del funcionamiento global de la persona y, sin duda, tiene mucha incidencia la alta comorbilidad que tiene el consumo de droga”, se explayó. En definitiva, el consumo termina por afectar su calidad y condiciones de vida pero además, su salud tanto física como mental. Hay una biología y una psicología comprometida, es decir que la adicción suele ir acompañada de otras patologías mentales. “Hay muchas personas con cuadro depresivo que tienen consumo problemático, trastorno de ansiedad, trastorno bipolar, cuadro psicótico y desorden en la personalidad”, enumeró Vilapriño respecto de los más habituales.
Sin embargo, no puede asegurarse que llegó primero. “Una persona con depresión, empieza a tomar alcohol, a fumar marihuana en exceso, para controlar síntomas. Es como si se automedicara para dormir mejor, porque creen que les va a calmar la ansiedad, y en realidad empiezan a entrar en un proceso adictivo. Es decir, que la depresión, los trastornos de ansiedad, pueden llevar a que la persona ingrese al consumo, o bien el consumo puede disparar la enfermedad que estaba antes como dormida”, refirió.
Qué se consume en Mendoza
En la mayoría de los casos hay consumo de más de una droga, policonsumo. “Lo que nos documentan los centros de adicciones de la provincia es que el 37% de los pacientes que asisten ahí tienen una problemática relacionada con la cocaína, y en mucho menor porcentaje, alcohol y marihuana”, detalló el director.
Pero esto no quiere decir que lo que más se consume sea la primera sino que, de acuerdo a la percepción que tienen, las más consumidas son las segundas a lo que sumó el tabaco (aunque es legal, pero también produce adicción). Pero es más probable que la cocaína afecte gravemente su salud y por eso deban asistir. Vilapriño refirió que generalmente quienes consumen cocaína, consumen marihuana y señaló: “El problema es que quienes consumen esas sustancias son los que tienen mayores consecuencias y enfermedades y mayor comorbilidad de otras enfermedades”
Cambio de paradigma: de suicidio sí se habla
Hay algunas variables que han hecho que se ponga más el foco en estas problemáticas. Por un lado, como se dijo, que se observa que hay un incremento de la demanda de atención en salud mental a lo que se suma la prreocupación por los consumos problemáticos. Pero además, en lo específicamente referido al suidicio, ha habido un cambio de paradigma. Hasta hace un tiempo era un tema solapado, del que se prefería no hablar demasiado por considerarse que podría propiciarlo. Sin embargo, los últimos años el criterio fue en sentido contrario para ponderar que es importante hablar del tema y dar información para prevenir. Por lo mismo, no ha habido demasiados datos estadísticos y en el marco de este nuevo contexto es que se busca sistematizar la información para contar con datos seguros y actualizados que permitan generar estrategias.
En la dirección detallaron que se están implementando instrumentos estadísticos para evaluar la accesibilidad a los tratamientos y ampliar la cobertura, además de que se está fortaleciendo la implementación de la ficha epidemiológica de intento de suicidio, tanto a nivel público como privado, lo que permite tener una dimensión más exacta de la problemática.