Mientras se negocia el plan arancelario con Estados Unidos, la devaluación del real se sumó a los problemas de las exportaciones mendocinas.

La estrepitosa devaluación del real brasilero significó otro inconveniente para la producción y las exportaciones mendocinas. Según los titulares de las principales organizaciones comerciales de la provincia, el escenario no es para nada alentador y podría extenderse por varios meses.

El mercado brasilero es el principal socio comercial de la provincia. Desde el Ministerio de Producción graficaron que Brasil abarca el 30% de las exportaciones de Mendoza.

Las exportaciones que más se verán afectadas son las de vino, ajo, tomate y otros frutos.

Por esto, se entiende que cualquier desequilibrio económico en el país vecino, donde el valor de su moneda cayó en un 4,7%, encendió las alarmas de la economía local. Ya en 2024 había aplicado una devaluación que superó el 27% y afectó, principalmente, a la industria del turismo en Mendoza. Todo esto suma un panorama de incertidumbre por la “Guerra de Aranceles” que desató Donald Trump, otro factor que preocupa.

Los empresarios mendocinos consideraron que el problema es la competencia con otros países por el codiciado mercado brasilero. Los productos que exporta la provincia y que por años estuvieron asentados allí, ahora corren el peligro de ser desbancados por los producidos en otras partes del mundo. Lisa y llanamente porque son más baratos, describieron.

“Es un escenario complejo”, manifestó Santiago Laugero, titular de la Federación Económica de Mendoza, y definió que la situación internacional es un tema que “venimos tratando permanentemente”.

Dentro de la FEM entienden que la devaluación brasilera supone un “problema fuerte para Mendoza, tanto para el mercado de productos como para el turismo”.

Para ejemplificar, Laugero explicó que el durazno de origen mendocino está amenazado por la exportación de este fruto desde Grecia, mientras que el vino puede verse desbancado por las producciones de España.

El ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, expuso que, aunque el comercio con Brasil es “importantísimo“, el foco debe estar en la situación económica del país: “Nuestro principal problema está dentro de la Argentina”.

Tenemos que hacer hincapié en el superávit financiero y en bajar la inflación, va a costar mucho bajar del 30% al 10%”, profundizó el funcionario.

Sobre llovido, mojado

Sin embargo, Vargas Arizu reconoció que la devaluación del real afecta a Mendoza, y que el contexto internacional se encuentra en “momentos de cambio”. Sobre todo por las políticas arancelarias iniciadas por Estados Unidos, que junto a Brasil es mercado de recepción de productos mendocinos.

La combinación de factores exteriores, y su implicancia en la provincia, fue descrita por Daniel Ariosto, presidente de la Unión comercial e Industrial de Mendoza: “Si al real le sumamos que Trump se va a jugar al golf y mantiene los aranceles al país, nos vamos a embromar más”.

A esto, Laugero agregó que estiman que “en Estados Unidos puede generarse un proceso inflacionario”, lo que puede complicar y beneficiar a la producción de Mendoza. Por ejemplo, planteó la posibilidad que la venta del tomate mendocino comience a llegar a nuevos mercados que antes estaban dominados por la presencia norteamericana.

Otras repercusiones de la devaluación y el consumo local

Ariosto señaló otro problema que podría traer el decrecimiento en la cotización del real: la compra de productos brasileños frente a la oferta argentina, tal como ocurre en Chile con los Tours de Compras.

A pesar de la distancia entre Brasil y Mendoza, el empresario aseguró que “la gente va a ir a comprar a Brasil, empezando desde el Litoral, pero va a llegar, por lo menos, hasta la mitad del país”, con Mendoza incluida.

Esta situación lleva mucho tiempo instalada en Mendoza, por la tendencia de compras en el país vecino de Chile. Esto fue destacado por el titular de la FEM, como uno de los principales problemas que enfrenta el comercio local.

Laugero aseguró que, en lo que va de año, la federación registró una baja del consumo local, a causa de las compras hechas en el exterior, pero también por una disminución del poder adquisitivo del mendocino, que data desde diciembre de 2024.

La situación es tal que Ariosto describió que entre los empresarios “se habla de sobrevivir” y sumó la carga impositiva: “No solamente afecta lo que está pasando afuera, se junta con el sistema fiduciario, y estamos ‘en la lona’”.

Aunque reconoció que el Gobierno de Javier Milei encontró un Estado “saqueado”, los buenos datos de la macroeconomía “siguen sin derramar” en la economía local, la que “está en caída libre”.

El pronóstico también es desalentador para el empresario hotelero para todo lo que resta de 2025: “Creo que este va a ser el panorama durante el resto del año”.

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