Fue la demanda principal pero no la única. Marcharon luego de la ya tradicional ronda de cada miércoles en plaza San Martín, esta vez, la número 74.

Un numeroso grupo de jubilados invadió hoy a una oficina de Pami en Mendoza en reclamo por su asistencia de salud. Foto: Ramiro Gómez

Están hartos. Un numeroso grupo de jubilados fue hoy a una oficina de Pami en Mendoza, pero esta vez no ha resolver gestiones sino a reclamar por la falta de resolución a sus problemáticas con la entidad.

Jubilados y afiliados a Pami en Mendoza realizaron hoy su marcha número 74, como cada miércoles. Pero esta vez, desde allí marcharon hasta la sede ubicada en calle Belgrano para reclamar por sus medicamentos. Piden a las autoridades de la obra social que respete los dispuesto por la Justicia y retrotraiga los recortes en las coberturas. Es que la jubilación de una buena proporción de ellos ya es bastante magra y la medida fue u n verdadero golpe a su bolsillo y su salud. En las farmacias observan que muchos deben elegir qué llevar porque no pueden pagarlo y que ha caído 30% la venta a través de Pami.

Un numeroso grupo de jubilados invadió hoy a una oficina de Pami en Mendoza en reclamo por su asistencia de salud. Foto: Ramiro Gómez

Un numeroso grupo de jubilados invadió hoy a una oficina de Pami en Mendoza en reclamo por su asistencia de salud. Foto: Ramiro Gómez

Una vez allí, presentaron un petitorio para las autoridades pero muchos de los participantes tomaron la iniciativa de ingresar a la sede donde expresaron su disconformidad con cánticos y diversos carteles. No fue solo por los medicamentos, sino por la serie de situaciones que el contexto ha hecho que afecte su acceso a la atención de su salud y su calidad de vida. Los llevó hasta el lugar una serie de demandas irresueltas que mantienen con la prestadora.

El día nublado y con bajas temperaturas no fue impedimento, estuvieron firmes como cada miércoles en la plaza San Martín. Contaron con el apoyo de diversas organizaciones sociales, gremiales y políticas, quienes además acompañaron la columna de tres cuadras que peregrinó hasta el Pami.

Jubilados de Mendoza reclaman y resisten

Las organizaciones de jubilados protagonizaron una contundente protesta para exigir que la entidad cumpla el fallo judicial que ordena restablecer la cobertura de medicamentos eliminada el año pasado. En ese sentido, pidieron que se reactive el programa Vivir Mejor, destinado a garantizar el acceso a tratamientos esenciales para adultos mayores, y suspendido por el gobierno nacional.

Luego de un trabajo de hormiga, entregaron más de 300 planillas con firmas, recolectadas durante un mes en diferentes departamentos de la provincia, para exigir que la obra social cumpla el fallo judicial. “Las autoridades se niegan a obedecer”, denuncian.

Un numeroso grupo de jubilados invadió hoy a una oficina de Pami en Mendoza en reclamo por su asistencia de salud. Foto: Ramiro Gómez

Un numeroso grupo de jubilados invadió hoy a una oficina de Pami en Mendoza en reclamo por su asistencia de salud. Foto: Ramiro Gómez

“Reclamamos que el director ejecutivo de Pami, Esteban Leguizamo, obedezca al juez federal y retrotraiga la medida que tomó el Gobierno nacional. El fallo es claro, pero las autoridades se niegan a obedecer”, señaló Raúl Bonotti, miembro de Jubipen y Coirón, dos organizaciones de jubilados.

“El director de Pami no estaba, como siempre, no aparece. Tuvimos que entregar las planillas en mesa de entrada”, relató Bonotti. Sin embargo, la protesta fue creciendo. “Éramos muchos. Cuando quisimos acordar, muchos de los manifestantes entraron y se llenó todo el local con cánticos, consignas y cantamos el Himno”, agregó.

Largo reclamo al Pami en Mendoza

La actividad formó parte de la ronda de jubilados, su estrategia de resistencia ante el ajuste del gobierno nacional. “Creo que fue un hecho político muy importante para Mendoza, producto de la movilización y de la permanencia. Nos seguimos organizando porque no podemos permitir que se sigan vulnerando nuestros derechos”, consideró Bonotti respecto de las rondas.

El tema de los medicamentos no es el único frente de conflicto que Pami tiene abierto en Mendoza. La obra social más grande del país presta servicios a 247.000 afiliados en la provincia, en su mayoría adultos mayores. Los conflictos se acumulan sin resolución y afectan directamente la salud y el bolsillo de los jubilados.

Un numeroso grupo de jubilados invadió hoy a una oficina de Pami en Mendoza en reclamo por su asistencia de salud. Foto: Ramiro Gómez

Un numeroso grupo de jubilados invadió hoy a una oficina de Pami en Mendoza en reclamo por su asistencia de salud. Foto: Ramiro Gómez

El conflicto que lleva más tiempo los últimos meses, es el recorte en la cobertura de medicamentos, que afecta tratamientos esenciales, como antibióticos, analgésicos, antidepresivos y psicofármacos. Luego de un amparo presentado por jubilados de Mendoza, la Justicia Federal local ordenó en diciembre restituir la cobertura, pero Pami desoyó la medida. La causa judicial aún sigue abierta, con multas impuestas al director nacional de la entidad, pero sin cambios concretos.

Otros conflictos con Pami

La problemática más reciente es el de la deficiente entrega de pañales, ya que desde junio Pami decidió cambiar la modalidad. Dejaron de entregarse en farmacias para llevarse a domicilio, un nuevo sistema a cargo de la empresa Urbano Express. Sin embargo, cientos de afiliados denuncian no haber recibido el insumo esencial y tampoco encuentran respuestas en Pami ni en la empresa. Largas filas bajo el frío, falta de actualización en las bases de datos y peregrinajes sin solución entre oficinas resumen una situación crítica que también se replica en otras provincias.

Otro frente de conflicto local fue la interrupción en la atención de traumatólogos desde abril, por reclamos en los pagos. Aunque el servicio fue parcialmente restituido con acuerdos precarios, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia ordenó a las partes llegar a un acuerdo formal.

Pami no ha emitido declaraciones ni ha dado respuestas ante las consultas. Mientras tanto, los jubilados se enfrentan a un sistema que no garantiza ni medicamentos, ni atención médica, ni insumos básicos, todo en un contexto de ingresos mínimos que apenas alcanzan los $380.000 mensuales con bono incluido.

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