Se trata de cursos cortos, certificados por la DGE. Los cupos son limitados y entre los requisitos hay que ser mayor de 16 años.
La Dirección General de Escuelas (DGE) propone diferentes formaciones profesionales, con rápida salida laboral. Los mismos no sólo están pensados para mayores de 16 años que no hayan podido completar su educación formal, sino que la matrícula también está conformada por personas con diferentes grados de discapacidad.
Se trata de cursos cortos y gratuitos, de no más de 100 horas cátedras, con certificación emitida por la DGE que se dictan en 80 los Centros de Capacitación para el Trabajo (CCT) y 8 las Aulas Talleres Móviles de toda la provincia.
Un desafío que no todos asumen
A diferencia de la formación laboral, que cuenta con homologación de la Nación y una duración de 500 horas cátedras, en las carreras cortas pueden acceder jóvenes desde los 16 años en adelante y no es requisito contar con el Secundario completo.
“Los cupos para las personas con discapacidad son limitados, es una realidad que no podemos negar y mucho tiene que ver con que el sistema no está capacitado para afrontar los desafíos“, expresó Marcelo Navarta, director de la Escuela de Capacitación para el Trabajo Nº 6-203, ubicada en Godoy Cruz.
En el establecimiento concurren cerca de 700 jóvenes y adultos, de ellos, 22 poseen Certificado Único de Discapacidad (CUD) y se encuentran incluidos en los cursos de acuerdo con sus capacidades.
“Por una cuestión de orden y teniendo en cuenta que los que dictan los cursos no son docentes sino profesionales capacitados en diferentes oficios, cada sala cuenta con hasta dos personas con discapacidad”, contó el director y anticipó que “no todas las personas discapacitadas pueden estudiar cualquier tipo de oficio”.
El CCT 6-203 es el único en Mendoza que cuenta con un Servicio de Orientación Educativo (SOE) que permite conocer el perfil de cada estudiante y teniendo en cuenta esto es donde se lo orienta para su capacitación.
El funcionario relató que si bien estas personas demoran un tiempo mayor en su formación, respecto al resto, logran sus objetivos, sin embargo, “no todos logran insertarse en el mercado y mucho tiene que ver la mentalidad de la sociedad. Aún no estamos preparados para dar el paso, a diferencia de otros países”, dijo Navarta.
Por su parte, Pablo Alanis, uno de los tantos docentes que brinda capacitaciones en el instituto advirtió que “es un verdadero desafío capacitar a estos jóvenes, muchos de ellos, con discapacidades cognitivas o motrices, porque uno observa el esfuerzo que ponen para lograr sus objetivos”.
Asimismo, el educator dio cuenta que “el aprendizaje en ellos es mucho más lento que en el resto de los estudiantes, pero no imposible”.
Las preferencias de las personas con discapacidad
Si bien la matrícula de personas con discapacidad varía año a año, durante el ciclo lectivo vigente han sido más hombres que mujeres los que se han inscripto en los cursos.
Según Navarta, el rango etario va de los 17 a los 44 años y la mayoría de los estudiantes se inscribió en: Gastronomía (7 personas), le sigue Carpintería (4), Operador de PC (3).
El listado de preferencias continúa con Electrónica (2), Soldadura (2), Bromatología (2), Inyección y Tornería.
Facundo Acevedo es uno de los estudiantes que decidió capacitarse en un oficio para tener una salida laboral y poder salir adelante por sus propios medios. “Estos centros de capacitación son muy buenos para personas que quieren progresar”, dijo.
Pese a la experiencia y las ganas que ponen estos chicos y docentes, la salida laboral no es una cuestión sencilla.
“Una vez que los estudiantes egresan de los CCT no siempre encuentran un oficio, algunos, optan por emprender y otros aguardan la oportunidad. En el medio, lo que hacemos es un seguimiento para poder insertarlos en el mercado laboral, pero no es siempre probable, pese al intento”, comentó Navarta.
El director, además, explicó que muchos de los egresados logran realizar pasantías no rentadas en diferentes empresas. “Les sirve mucho para alcanzar experiencia y, en algunos casos, logran un vínculo que trasciende lo laboral”, explicó.
Asimismo, Alanis desde su experiencia personal contó que “muchos ejercen el oficio como una recreación, un hobby y, en algunos casos, lo usan para hacer algún tipo de changas”.
“Lo importante es que mientras estudian o se capacitan disfrutan muchísimo, pese a las limitaciones”, cerró.
Dónde se pueden inscribir
Los que quieran acceder a este tipo de cursos pueden inscribirse en cualquier CCT de la provincia, entre noviembre y diciembre o en febrero y marzo. En todos los casos, es requisito que tengan 16 años cumplidos al momento de la inscripción.
En el caso de querer acceder al que está ubicado en Godoy Cruz, los alumnos con discapacidad luego de anotarse son citados para tener una entrevista con personal del SOE a fin de brindarles un seguimiento y orientación especial.