Un caso testigo es el asentamiento Estación Buenanueva en Guaymallén, que fue golpeado por las lluvias, el viento y el frío de estos días. Además, sus vecinos denunciaron varios hechos que empeoran su situación.

Las lluvias y el frío que trajeron la tormenta de Santa Rosa a Mendoza golpearon fuertemente en las zonas más necesitadas de la provincia. En el asentamiento Estación Buenanueva de Guaymallén, por ejemplo, la situación que relataron sus vecinos fue desesperante: casas completamente inundadas, bienes perdidos, niños y personas discapacitadas fuertemente afectadas y la nula respuesta del Estado.
Con la caída del agua a raíz de las condiciones climáticas, las viviendas de varios vecinos comenzaron a ceder y poco a poco a inundarse. Fotos y videos tomados por los propios habitantes del barrio mostraron el estado, no solo de sus hogares, sino también de las calles y espacios comunes de la barriada.
Una de las vecinas, Susana, comentó a El Sol como es la realidad de los miles de habitantes del barrio tras el azote de la tormenta: “En este barrio mínimo hay más de 3.000, 4.000 personas, y esta es la situación de todos. A todos los vecinos les pregunto cómo les fue con el agua y me muestran cómo ha llovido, cómo han perdido las cosas, los útiles, los muebles, hay una de las casas que prácticamente tiene todo afuera”.
Susana, quien recorrió las calles del complejo para conocer la situación de sus vecinos, indicó que en esta poblada hay muchas personas, adultas y menores, con diferentes discapacidades; desde autismos en varios grados a miembros amputados.
Este es el caso de Katerina, otra de las vecinas del sector y tía de Susana, quien relató que dentro de su hogar “tengo dos niños con discapacidad, uno de 9 años y uno de 16, y tengo mi pareja, de 32 años, que también tiene discapacidades”.
A la familia de Katerina la lluvia la golpeó fuertemente por el estado en el que ya se encontraba su vivienda, la que aquejó por una falta de presencia estatal. La tormenta significó que se inundará gravemente su vivienda y que necesite “mandar a mis hijos a la casa de mi sobrina. Yo y mi pareja dormimos arriba del agua prácticamente. Con el colchón arriba del agua”.

Denuncias de poca presencia estatal
Las dos vecinas consultadas denunciaron la falta de ayuda. “Es una vergüenza como el Estado está trabajando. Supuestamente, ellos dan las cosas, ellos te ayudan y la verdad es que he ido acá a casa que me da ganas de llorar”, aquejó Susana.
“No estamos pidiendo plata, estamos pidiendo ayudas para los techos de las casas porque están inundadas la gente“.
Entre las ayudas que podría esperarse en una situación como la que están atravesando los habitantes del asentamiento se incluye la entrega de nailon para evitar el avance del agua, o de asistencias a personas con dificultades médicas en estos momentos extremos.
“No recibo ayuda de ningún lado. Me están desamparando de todos lados”, denunció Katerina, y profundizó: “Lo que más quiero proteger a mi hijo y a mi pareja. Uno discapacidad también y no puedo protegerlo yo sola. Necesito que me amparen, pero no me quieren amparar, no me dan ninguna solución“.
“Hasta ahora no ha venido nadie. Desde que empezó la lluvia no ha venido nadie”, sentenció.
Desde la comuna de Guaymallén aseguraron estar asistiendo a este asentamiento, y otros dentro de su territorio, con entregas de colchones, zapatillas, mantas, nylon, módulos alimentarios. Sin embargo, se reconoció que “claramente es difícil llegar a todos al mismo tiempo”.
Vecinos “acomodados” vendiendo la ayuda
Otro llamativo factor que describieron las afectadas fue la presunta existencia de vecinos privilegiados, quienes según se relató, son los únicos que acceden cotidianamente a la ayuda estatal. Sin embargo, aún más alarmante, es que denunciaron que estos venden por el barrio los materiales entregados.
Una de las vecinas comentó que estas personas “como tienen parientes en el Estado, le traen las cosas y al rato las están vendiendo. A esos los llaman ‘los acomodados’ porque realmente hay gente que realmente lo necesitan y no los ayudan”
Dijo que esta situación diferencial no es nueva, y desde hace años esta parte de la barriada vende a sus vecinos “techos, colchones, frazadas, zapatillas, mercadería, entre otras cosas”.
“He visto varios vecinos que han recibido recursos, pero lo han estado vendiendo y yo quiero pedir para mis hijos, para protegerlos y me salen con que me quieren quitar a los niños“, relató Katerina, aquejando que servicio social busca separar a su familia.