Se trata de uno de los 11 sospechosos de integrar la red que movía millones por año. Lo sorprendieron en calle Los Pescadores. Llevaba cocaína. Con esta captura de la Gendarmería, ya son nueve los acusados tras las rejas.
La investigación que desbarató en parte una de las organizaciones de narcomenudeo más importantes de los últimos años en Mendoza sumó este miércoles por la tarde un nuevo capítulo: la captura de Agustín Nicolás Fúnez, uno de los tres prófugos que seguían en la mira de la Gendarmería y la Justicia federal. Lo sorprendieron en la vía pública, cuando llegaba al complejo de departamentos donde residía.
Funez, quien está sospechado de ser uno de los revendedores de drogas al menudeo que respondía directamente en confianza a Marco Antonio Besacho -señalado como uno de los principales referentes de la banda-, fue detectado luego de un seguimiento de inteligencia. Circulaba en un vehículo tipo remís, en el asiento trasero detrás del acompañante, con un “bochita” de cocaína de casi 25 gramos.
Los investigadores lo apuntan, además, como administrador de su propia billetera virtual, desde donde recibía los pagos de las transacciones ilegales, lo que lo convertía en una pieza relevante para mantener el flujo financiero de la banda.
La captura se concretó tras un operativo de seguimiento y tareas de calle realizado por la Unidad de Inteligencia Criminal de Gendarmería Nacional, tal como informaron fuentes del caso a El Sol. Los efectivos lo localizaron en su domicilio de un complejo de departamentos calle Los Pescadores, en el límite entre Las Heras y Ciudad, donde lograron reducirlo sin incidentes.
De acuerdo con las fuentes, será trasladado a la Unidad 32 de los Tribunales federales de calle España y Pedro Molina para quedar a disposición del juez federal Marcelo Garnica.
Con este procedimiento, ya son nueve los integrantes de la red que están tras las rejas. Solo quedan dos prófugos con pedido de captura ordenado por los investigadores, entre ellos, el fiscal federal Fernando Alcaraz.

La investigación comenzó gracias al análisis de dispositivos y una pista clave vinculada al mundo narco. Hace varios meses, la Unidad de Inteligencia Criminal de la Gendarmería Nacional trabajó el dato de un preso por tráfico de armas. Supieron que se…
La caída de esta megabanda se produjo tras más de un año de trabajo silencioso de inteligencia criminal. Todo comenzó con el análisis de dispositivos de un sospechoso detenido por tráfico de armas, lo que permitió detectar conexiones con el comercio de estupefacientes entre varios personajes.
Con tareas de campo, seguimientos de redes sociales y análisis de cuentas digitales, los gendarmes establecieron que el grupo operaba con una logística de reparto tipo “delivery”, lo que le permitía evadir puntos fijos de venta y dificultar su detección.
El golpe principal se dio el viernes pasado, cuando se realizaron nueve allanamientos simultáneos en San Martín, Rivadavia, Las Heras y Guaymallén. Ocho personas fueron detenidas, entre ellas Besacho y su pareja, Aldana Ayelén Garay Díaz, sindicada como encargada de mover el dinero.
El procedimiento permitió el secuestro de 280,8 gramos de cocaína, 1,6 kilos de marihuana, 83 plantas, cinco vehículos, dos motos, 27 teléfonos celulares, tres balanzas digitales, un invernadero móvil y más de 5,9 millones de pesos en efectivo, además de 1.800 dólares.
Según el análisis de las cuentas bancarias, en apenas cuatro o cinco meses la organización movió más de 90 millones de pesos en transferencias y depósitos, y se estima que el volumen anual de operaciones alcanzaba los 400 millones de pesos. Por esta razón, no descartan que se investiguen maniobras de lavado de activos.
Durante las medidas del fin de semana, también cayeron Alejandro Javier Herrera y su pareja, Brisa Betiana Aballay, Cristian Emanuel Brain Raya, Oscar Sosa y la pareja godoicruceña conformada por Ana María Casanova y Diego Sepúlveda, con pasado carcelario y también sindicado como uno de los máximos referentes de la organización.