Según detallaron desde el CEC, un total de 14 personas trabajaban en el lugar. El gremio pide la reubicación de los empleados.
Un nuevo cierre sacudió al sector del comercio en Mendoza. El local 181 de la cadena VEA cerró esta semana. Se trata de la sucursal 14, ubicada en calle Godoy Cruz entre Garay y Marcelo T. de Alvear.
Desde el Centro de Empleados de Comercio, gremio que nuclea a los trabajadores de la empresa, emitieron un comunicado para expresar su preocupación ante el hecho y calificaron el cierre como “inesperado”.
En ese marco, la entidad sindical solicitó la reubicación del total de los trabajadores que se desempeñan en dicho local ante las autoridades de la Subsecretaría de Trabajo y Empleo del Ministerio de Gobierno, Infraestructura y Desarrollo Territorial de Mendoza.
Sin embargo, algunos de los trabajadores, de acuerdo a lo expresado por el gremio, habrían solicitado “no continuar con la relación laboral, siempre que se respeten sus derechos indemnizatorios correspondientes”.

Según pudo saber el Post, un total de 14 empleados quedó en una situación incierta. Si bien desde el gremio se pidió la reubicación de ellos, desde la empresa aún no se han expresado al respecto.
Incertidumbre en Cencosud
Este cierre de una sucursal se suma a una ola de cierres que tuvo lugar apenas días atrás. La misma cadena Vea -que pertenece al grupo Cencosud- bajó las persianas en al menos otras cuatro sucursales del país, ubicadas en San Juan, Catamarca y la provincia de Buenos Aires dejando a más de un centenar de empleados en una situación incierta.
El escenario de incertidumbre se basa en distintos pilares: el consumo en retroceso, el aumento de los costos fijos y una competencia que está reconfigurando el mapa del retail.
En silencio, Cencosud avanza con una reestructuración interna para mejorar su rentabilidad, en medio de un movimiento estratégico mayor. Meses atrás se especulaba con la posible compra de Carrefour Argentina, operación que podría cambiar por completo el tablero supermercadista local. Sin embargo, el pasado viernes y de forma repentina, el grupo chileno anunció que se bajaba de la puja por los supermercados.
En ese contexto, se dieron en distintas localidades cierres “sorpresivos” como el que tuvo lugar esta semana en Guaymallén. El primero de ellos se dio a comienzos de octubre en Villa Krause (Rawson, San Juan). Allí, 17 trabajadores fueron notificados con pocos días de anticipación.

Días después, se confirmó el cierre del Vea de la Terminal de Ómnibus de San Fernando del Valle de Catamarca. En ese caso, la empresa prometió reubicaciones en otras sucursales del Valle Central, aunque los empleados reclaman definiciones concretas.
En el Conurbano bonaerense, las sucursales de Castelar y Moreno también cerraron sus puertas. En total, se estima que unas 80 personas quedaron sin funciones, aunque la compañía no informó cifras oficiales.
De acuerdo a un informe publicado por el Post semanas atrás, “solo uno de cada diez supermercados considera que la situación es ‘buena'”. En cuanto a la situación comercial actual, el informe detalló que el 31,6% de los encuestados consideró que atraviesa un mal momento, mientras que el 57,9% la calificó como normal y solo el 10,5% la definió como buena. Esto da un balance negativo de -21,1%, según los datos del Indec.
Pese a este escenario, el grupo Cencosud continúa moviendo fichas. Este año completó la adquisición de Makro y Basualdo, reforzando su presencia en el canal mayorista. Y lo que parecía ser su gran jugada: avanzar en la compra de Carrefour Argentina, quedó trunca en los últimos días, en medio de los cierres de estas sucursales.
Por el momento, y pensando en los trabajadores de la empresa, la escena es de incertidumbre con relación a lo que pueda pasar con ellos. Catorce familias siguen atentamente las novedades para saber qué pasará con sus fuentes de trabajo.
