Especialistas en ciberseguridad explayaron como las nuevas herramientas se convirtieron en el principal “enemigo” de los nenes y personas mayores. ¿Qué se debe hacer para proteger nuestros datos y qué rol debe cumplir la sociedad para evitar esto?

La inteligencia artificial ya no es solo una herramienta poderosa: también se convirtió en un riesgo creciente. En los últimos meses, su uso para clonar voces, suplantar identidades y vulnerar contraseñas abrió la puerta a una nueva generación de estafas virtuales. Mientras los ciberdelincuentes afinan sus métodos, especialistas advierten que la prevención sigue siendo la mejor defensa.
Este martes 10 de junio se celebró la Conferencia de Ciberseguridad “Reloaded” 2025 en el campus Juan Carlos Rabbat de la Universidad Siglo 21. El evento se desarrolló durante toda la jornada con charlas y talleres llevados a cabo por especialistas en cibercrimen tanto nacionales e internacionales.
El enfoque estuvo puesto en los nuevos desarrollos tecnológicos y cómo se utilizan para realizar estafas virtuales. En los últimos meses, el avance de la inteligencia artificial hizo que pasara de ser una herramienta funcional a una preocupación por sus usos para ataques cibernéticos. La suplantación de voces, identidades y personalidades famosas hizo que los ciberdelincuentes encuentren un nuevo nicho para realizar estafas.

Por esa razón, el hincapié y el principal tema de la conferencia fue cómo ayudar a chicos y mayores a prevenir estos ataques de ciberseguridad. Además de los consejos ya conocidos como reforzar contraseñas, desconfiar de lo desconocido, validar identidades y realizar autenticaciones, algunos voceros, en diálogo con TN, dieron más detalles sobre la alarmante situación que se vive actualmente en el mundo tecnológico.
Francisco Rodríguez, Global Senior del Cuerpo Técnico de Investigación y parte del equipo del SWAT de Apura, empresa brasileña dedicada a la ciberseguridad, explayó: “En cuanto a la protección de ataques, existen centros educativos y de adultos que cuentan con fuerzas de seguridad o empresas que aportan charlas de concientización, intentando evitar en la medida de lo posible que sean víctimas”.

“Lo principal es saber que existen este tipo de amenazas. La sociedad debe formar parte de charlas y estar al tanto de lo que ocurre. Hoy dependemos de la tecnología y por eso es importante activar toda medida de seguridad, porque nuestras contraseñas pueden ser expuestas, no solo de ciudadanos sino de empresas”, enfatizó.
“Existen varias aplicaciones para contrarrestar este tipo de fraudes, aunque lamentablemente esto va a seguir y no va a tener solución por muchos años”, agregó Rodríguez.
Joseph Albors -Jefe de Conciencia e Investigación en ESET España-, por su parte explicó: “En cuanto a las capacitaciones hay que ser muy cuidadoso, al menos para mí. Entrar a un portal, leer un tema y contestar un test no es capacitación, no sirve para nada. Para mí una capacitación seria consiste en hacer un simulacro, pero hacerlo bien, no culpando a la persona que hace clic, sino que aprenda y que sirva como divulgador con sus cercanos. Existen campañas muy agresivas, donde se eligen redactan correos con temáticas sensibles como ‘aumento de sueldo 2025’ o ‘calendario 2025’ y la gente cae. Eso hace que la gente desconfíe hasta de comunicaciones legítimas y puede ser contraproducente. El enfoque no tiene que ser castigar sino enseñar”.
Marcelo Felman, director de Ciberseguridad de Microsoft para América Latina, sostiene que la ola de ataques cibernéticos tienen dos capítulos: el primero tiene que ver con las medidas que se deben tomar para que no seamos víctimas y el segundo, aceptar que a todos nos puede pasar y qué podemos hacer al respecto.

“Hablamos del avance de herramientas, de las tácticas y demás, pero hay una dualidad. El principal problema en América Latina es el cibercrimen, donde los ciberdelincuentes quieren sacar dinero de sus víctimas. Cuando un cibercriminal busca dinero, está buscando maximizar su retorno. Esto significa o ganar más o gastar menos. Si pasa lo segundo, usa todos los mecanismos ya conocidos. Ahí es a donde voy con lo de la dualidad, ya sabemos a qué nos enfrentamos a pesar de que avanza. Todo lo que sabemos que funciona es lo que hay que hacer”, dijo en diálogo con TN.
“Las empresas están comprando herramientas y nuevas tecnologías cuando los cibercriminales usan métodos básicos. Hay que empezar de lo más chico a lo más grande. La gran mayoría de ataques son por mensajes o correos. En el top cinco de amenazas está el phishing, que ocurre porque las personas no quieren pagar el Word o las actualizaciones del sistema, y las empresas no lo tienen en cuenta porque ya trabajaron en eso años antes”, retomó Joseph Albors.
Felman agregó: “Esto hay que tomarlo como una inversión. Hemos avanzado mucho en América Latina durante los últimos años, pero todavía estamos lejos comparado a otros mercados”.

Luciano Monchiero, director de la Especialización en Cibercrimen de la Universidad Siglo 21, respondió cómo se acompaña y qué herramientas se le brindan a los adolescentes, especialmente en edad universitaria, en cuanto a la ciberseguridad.
“Esa franja etaria está en un proceso distinto al resto por los cambios abruptos de tecnología que tuvieron. Ayudan mucho a los adultos, pero del otro lado, está el mal uso de esas herramientas. En la actualidad, está el tema de las apuestas. Muchos aprovechan eso para sacar una ventaja, pero no están bien informados en cómo se utiliza. Se trata de un trabajo comunitario, y por eso se crea este espacio. Para que padres y estudiantes puedan ver de qué se trata y qué peligros se enfrentan”, señaló.

“Que haya habido muchos estudiantes en la conferencia fue importante. Para nosotros, que el estudiante se forje en estos espacios es clave para poder ver diversos recursos. También depende de una política de estado, de normativas que ayuden a desincentivar algunas cuestiones y proteger otras, como la Ley de Protección de Datos o la Ley de Ludopatía”, sentenció.
Marcela Tello, Vicerrectora de Innovación, Investigación y Posgrado en la Universidad Siglo 21, cerró: “Desde la universidad, en esta búsqueda continúa de pensar en las habilidades y trabajos del futuro, creo que las habilidades digitales hay que completarlas como concepto, no solo para manipularlas y producir, sino la conciencia del impacto en su uso. Hay una gran responsabilidad de no solo formar en esta habilidad, sino también en el humano que va a hacer uso de esas herramientas y el impacto que se puede generar con eso”.