El director de Salud Mental Manuel Vilapriño afirmó que están apareciendo casos en los servicios de emergencia por cuadros de intoxicación
Los piperos o luciérnagas. Así llaman a los pibes de bajos recursos que consumen la cocaína fumada.
El director de Salud Mental, Manuel Vilapriño se mostró alerta por la aparición de casos de intoxicación en los servicios de emergencia por cocaína fumada y aseguró que están trabajando rápidamente en el abordaje de esta nueva tendencia de consumo para prevenir a la población que afecta a los sectores más empobrecidos.
Las cocaínas fumadas son sustancias baratas, nocivas y altamente adictivas, que se obtienen como residuos en el proceso de extracción y purificación del clorhidrato de cocaína. Para su comercialización se vuelven a estirar con otros productos. Entre las más conocidas se ubican el paco y el crack. Algo que no es tan usual verificar en las guardias, según confirmaron otras fuentes del Ministerio de Salud.
“Los efectores de Salud nos están informando que se hizo presente la demanda en torno al consumo de cocaína fumada que tiene efectos tremendamente tóxicos y que nos preocupan”, reconoció el especialista y recalcó que están trabajando en esta etapa en los registros para dimensionar el problema.
“Es algo nuevo, en el sentido de la forma del consumo y por lo tanto estamos dando los primeros avances. Y estamos actuando rápido. Se observa un aumento en las consultas y lo que se ve es el efecto que provoca en muy poco tiempo en los pacientes”, amplió el profesional.
El ministro de Salud Rodolfo Montero junto a la vicegobernadora Hebe Casado y el director de Salud Mental, Manuel Vilapriño.
Ministerio de Salud de Mendoza
Las luciérnagas o los piperos de las zonas más humildes
Las cocaínas fumables son sustancias derivadas de la hoja de coca que después de su procesamiento químico adquieren características físicoquímicas que le dan puntos de fusión bajos y pueden ser volatilizados por sublimación o ebullición utilizando calor. Tanto la Pasta Básica de Cocaína (PBC), como el crack y la base libre, son cocaínas fumables. Su popularidad creció en el país en la pandemia, según explican investigadores en el tema y se asentuaron por la crisis económica.
En los sectores más vulnerables llaman a quienes consumen estas drogas piperos o luciérnagas, por los encendedores que se prenden en medio de la noche para fumar la cocaína.
Hay un aumento de la demanda de los centros de adicciones por las consecuencias de la cocaína fumada.
Vilapriño agregó: “Los datos sobre cocaína fumada surgen de la percepción de los profesionales de los equipos de los Centros Preventivos y Asistenciales en Adicciones (CPAA), que desde febrero de 2024, refieren creciente preocupación por el consumo de pacientes que presentan un cambio en la vía de administración de la cocaína que ha pasado de ser esnifada a ser fumada”.
“La consecuencia que se observa en los usuarios es un deterioro clínico general que aparece más temprano que con la cocaína esnifada y mayor compulsividad. Respecto al cambio de vía de administración, los usuarios afirman que buscan en la cocaína fumada mayor intensidad en el efecto de la sustancia”, explicó.
El tema se centró en la agenda de la problemática de las adicciones y se puso sobre la mesa en la Reunión Regional del Consejo Federal de Drogas, que se hizo en Mendoza.
La cocaína fumada provoca un rápido deterioro psicofísico
Desde Salud se encendieron las alertas al observar cómo llegaban los pacientes a los centros de tratamientos de adicciones con un rápido deterioro cognitivo.
Incluso, hay trabajos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el que advierten de un abandono más pronunciado de las normas sociales, junto con graves desórdenes psicológicos que se manifiestan en forma de deterioro cognitivo y en un comportamiento antisocial impulsivo y agresivo.
“Hoy es muy incipiente todo, pero lo estamos mostrando lo más rápido posible para su abordaje social. Estamos viendo que la mala calidad, por la mezcla y combinación de productos que se usan para la cocaína fumada provoca consecuencias que son más severas para el cerebro”, puntualizó.