Desde el sector expresaron preocupación por el aumento del desempleo y el “fuerte” impacto que vienen percibiendo las pymes por el comercio exterior.

El sector comercial de Mendoza asegura que atraviesa un momento “delicado” con respecto a la rentabilidad, una situación agravada por la apertura de importaciones y la falta de herramientas para competir en igualdad de condiciones con las “grandes fábricas”. Desde el sector reconocieron estar viviendo una situación “complicada” y con la idea de que incluso podría empeorar en términos de desempleo.
Debido a esto, el presidente de la Cámara de Empresarios de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de Mendoza (Cecitys), Adrián Alín, confirmó que el pequeño y medio comerciante atravesó una caída del 10% en los niveles de empleo durante los primeros meses de 2025.
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“Estamos preocupados por el desempleo, parece ser un ciclo que no se termina. Antes eran los chilenos que venían a comprar, ahora somos nosotros los que cruzamos la cordillera en busca de precios más bajos”, advirtió en diálogo con El Sol.
Solo en el sector de la indumentaria, la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) presentó un informe sobre las importaciones que se registraron desde enero hasta mayo, el cual arrojó un incremento abrupto del 77% en comparación con igual período de 2024. Algo que en términos de dinero llegó a totalizar 253 millones de dólares.
El principal foco de preocupación para los comercios es la libertad de importaciones, una medida impulsada por el Gobierno nacional que, según los propios trabajadores, beneficia a grandes empresas pero perjudica a los pequeños y medianos comercios. Esto debido a que los últimos no tienen capacidad logística ni financiera para competir.

“Una pyme no puede importar un contenedor como sí lo hacen las grandes fábricas. Este desbalance impacta directamente en su competitividad y en la supervivencia misma de muchos negocios”, aclaró Federico López de Stylo Cycles, una empresa que debió recortar empleados por el mal momento que atraviesa.
Lejos de mirar para otro lado, advirtió que el escenario actual podría derivar en el cierre de locales y sucursales, además del crecimiento de juicios laborales ante la imposibilidad de sostener las estructuras de empleo existentes.
Caída de empleo formal
Los datos presentados por la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) advirtió sobre el “fuerte retroceso” del aparato productivo nacional y el empleo formal durante la gestión de Milei. Incluso, en lo que va del año, se registró una pérdida de 150 mil puestos de trabajo formales, lo que significaría una transferencia brutal al trabajo precario, informal o monotributista.

De hecho, las pymes exportadoras, que representaban el 11% del sector, dejaron de hacerlo.
“Se está produciendo una transferencia del trabajo registrado hacia el empleo informal, precario o bajo modalidad monotributista. Es un modelo de exclusión”, agregó Facundo Contreras, dueño de un local de ropa de calle San Martín de Ciudad.
La vitivinicultura
Empresarios del sector vitivinícola dejaron en claro que aún no se ve un impacto profundo, pero se encendieron las alarmas. Un dato que sirvió para exponer la situación, es que en 2024 ingresaron 4 millones de litros de vino importado lo que equivale al 0,4% del consumo nacional.
Si bien la cifra parece menor, la advertencia de los productores puede ser un indicio de lo que viene si no se toman medidas. El propio presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), Fabián Ruggeri explicó que la viticultura no es rentable en algunos viñedos, pero que no es que suceda en todos por igual.
“Hay un porcentaje de productores que van desapareciendo de la actividad por falta de rentabilidad, como pasa absolutamente con cualquier actividad económica”, concluyó.
Por último, desde el sector indicaron que en algunas zonas existen uvas de menor precio y, en consecuencia, “tienen una crisis más profunda”.