El sistema de salud de la provincia no da abasto. Los pacientes acuden a las guardias porque no les queda otra alternativa. Mientras tanto, los médicos migran a otros países por los bajos salarios.
En Mendoza, la saturación de las guardias de hospitales es un síntoma más de la profunda crisis que está sufriendo el sistema de salud. Un reciente trabajo realizado por la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio reveló que el 85% de las consultas atendidas en las clínicas privadas del país no son urgencias. Esto provoca una saturación del sistema y la acerca cada vez más al colapso. En Mendoza la situación es igual o incluso peor.
Rodolfo Torres, coordinador de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza, explicó en MDZ Radio las consecuencias que tiene esta problemática sobre el sistema hospitalario y la atención a los pacientes.
El doctor confirmó que la situación que se vive en la provincia es grave. “Creo que todos los que han concurrido a la guardia en el último trimestre han visto que la guardia están con una atención saturada”. De todas formas, aunque estén saturadas, todavía se encuentran lejos del colapso. “Las guardias siguen atendiendo y todos los mendocinos se van con su atención en mayor o menor tiempo, pero se van atendidos”. Aunque sí que están “cada vez más saturadas y cada vez es más difícil tener un acceso a la guardia“.
Las razones
Las razones tras la problemática son muchas, “algunas fácil de interpretar como el alto costo que están teniendo los pacientes para ir a los consultorios”. También complican el proceso los nuevos métodos de verificación de identidad que han implementado algunas obras sociales como el PAMI o Swiss Medical, donde el paciente tiene que generar un token descartable que solo es válido por unos minutos y sin el cual no puede ingresar a la consulta. Entonces muchos prefieren acudir directamente a la guardia para atenderse rápidamente, incluso sin estar en una situación de urgencia.
Otra de las grandes razones son los topes de atención. “Por ahí los médicos tienen turnos, pero el financiador le pone un tope que puede atender una o dos veces por mes al paciente y no alcanzan las consultas para hacer un seguimiento”. Por ejemplo, un paciente que necesita operarse “necesita por lo menos cuatro o cinco consultas. Lo tiene que ver el cirujano. Lo tiene que ver el anestesiólogo. Lo tiene que ver el cardiólogo. Y si a la obra social pone un tope de tres consultas mensuales, no tiene ninguna chance de hacerlo”, explicó. Entonces eligen la guardia. Te podría interesar
El objetivo de cualquier clínica es un “seguimiento horizontal” de las necesidades de cada paciente para poder tratarlo de la manera más eficiente posible. Cuando hay consulta médica, la atención es lógica y el paciente cuenta sus síntomas a detalle. Después se piden “los estudios complementarios que sean para volver al médico y hacer un seguimiento”. Esta posibilidad queda descartada cuando los pacientes se atienden en las guardias masivamente. “En la guardia, al ser el equipo rotativo, es difícil ese seguimiento y en realidad perdemos oportunidades muy importantes de diagnóstico, que es lo más grave de toda esta situación”.
Las consecuencias
La falta de accesibilidad al primer nivel de atención repercute en el segundo nivel, “saturando los hospitales y quitando accesibilidad a urgencias, ya que las guardias clasifica a los pacientes”. Los que tienen mayor espera son los pacientes de código verde o azul, “que son los que se deberían atender en consultorio sin ninguna duda”.
Al saturarse las guardias, las clínicas y los hospitales tienen que dedicar más recursos para satisfacer la alta demanda. Esto significa más trabajo para el personal. Para los médicos la situación es desesperanzadora. “Los que tenemos los sobrecargamos con tareas que no son las que están diseñadas y no son las que quieren hacer. El que está haciendo urgencia estudió y se formó y eligió ese trabajo porque quería atender urgencias. El que está haciendo terapia intensiva lo mismo. Cada uno elige su profesión y nosotros estamos forzando a las guardias a hacer tareas a las que no están totalmente formados y no es lo que eligieron para estar en ese lugar”.
“Por otro lado, los pacientes tienen que seguir la receta que normalmente la mayoría de los financiadores las hacen por dos o tres meses. Y cuando no hay más vienen y el médico de guardia, hasta por una cuestión de humanidad, termina haciendo otra receta así no se corta el tratamiento. Pero eso requiere tiempo, aunque sean diez minutos, requiere tiempo”. Esos diez minutos multiplicados por las casi doscientas consultas que da una guardia por día termina siendo una cantidad de tiempo muy considerable. “Y después, cuando llega la urgencia, el profesional está cansado, está estresado. Es el peor de los escenarios el que estamos viviendo en este momento“.
La sobrecarga laboral, tareas no corresponden al sector y bajos salarios terminan desembocando en una gran migración de médicos a otros países, principalmente Chile.
Las soluciones
“La respuesta no está en salud. No hay respuesta en el corto plazo”, aseveró Torres. “La Asociación de Clínicas, más allá de ser una de las entidades que representa a la mayoría de las clínicas privadas de la provincia, tienen otras tareas que nos ocupamos, como es la seguridad del paciente y la calidad de atención. Es muy fuerte el trabajo que se hace de la sección de clínica para asegurarnos que la calidad sea adecuada y cumpla los estándares internacionales”. En ese sentido, el doctor se mantiene firme con “centrar la experiencia en el paciente”.
Lograr que un hospital sea eficiente “es un trabajo que lleva muchos años de esfuerzo por parte de instituciones”. La Asociación se encarga de analizar los factores que puedan perjudicar dicha eficiencia. “Y la sobrecarga de trabajo innecesario es una de esas que afecta a la seguridad de los pacientes y de la atención”, resaltó.
Entonces, para Torres es fundamental informar a la población sobre el funcionamiento de las guardias y la importancia de acudir a los lugares adecuados para su atención. “Sobre todo sirve para que los pacientes, el usuario y todos los que vivimos en Mendoza sepamos cómo funciona el sistema de salud para lograr que la atención la hagan en donde corresponde”, concluyó.