La Justicia ordenó una excavación para llegar al centro del pasadizo subterráneo, que estaba a más de tres metros de profundidad. Hasta el momento no hay detenidos por el caso. La pista que llevó a un taller mecánico en desuso
Por un hecho insólito, las autoridades lograron prevenir esta semana un posible robo millonario a un banco situado en el centro de San Isidro. Gracias a la alerta de un repartidor de delivery, una varilla de hierro que surgía entre los adoquines de la calle Chacabuco comenzó a ser investigado. Tras perforar tres metros con una excavadora, se halló un túnel creado con la intención de robar las bóvedas del banco cercano. Así, la historia del reconocido “robo del siglo” que tuvo como blanco al Banco Río de Acassuso en 2006 estuvo a punto de ser repetida casi 20 años más tarde.
Fuentes policiales consultadas por Infobae precisaron que el descubrimiento ocurrió ayer miércoles cerca de las 9.30 de la mañana, cuando un joven repartidor de materias primas que se encontraba detenido a bordo de su camioneta, mientras esperaba entregar un pedido en un local gastronómico, escuchó unos ruidos extraños que provenían del chasis de su vehículo.
Ante la incertidumbre, bajó de la camioneta se percató de la presencia de la varilla metálica que se encontraba clavada debajo de la calzada.
La varilla metálica que fue extraída de la calzada (Fotos: PBA)
A raíz de esto, el repartidor se acercó hacia el personal de seguridad del banco para advertir sobre la situación. De esta manera, los guardias denunciaron lo sucedido a la línea de emergencias del 911, por lo que un móvil proveniente de la Comisaría 1ª de San Isidro se presentó en el lugar para inspeccionar la anomalía hallada en la vía pública.
Notificado del misterioso hallazgo, el municipio, a través de la Secretaría de Espacio Público, envió una inspección al lugar para ver de qué se trataba.
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El personal constató que la varilla había sido cortada al ras del suelo por un camión de caudales para no dañar sus ruedas al estacionar.
Debido a que la varilla había sido cortada, se comenzó a excavar con máquinas para determinar su origen. Cerca de las 15 se logró cavar alrededor de 2,80 metros y comenzó el procedimiento para retirar la varilla, que media 3,60 mts. Esto motivó la intervención de la fiscal del área Criminal del Departamento Judicial San Isidro, la doctora Carolina Asprella, que hoy conforma un equipo para esclarecer el caso bajo las directivas del fiscal general John Broyad.
En simultáneo, un analista técnico acudió a la sucursal para evaluar si las alarmas del edificio estaban en funcionamiento. Después de que el especialista confirmara que todos los dispositivos estaban activados, los efectivos policiales extrajeron la varilla metálica y descubrieron que no era la única que se encontraba enterrada en el lugar.
“Al comenzar a sacarla se establece que la misma está conectada por tramos por un largo aproximado de tres metros”, precisó un vocero de laPolicía Bonaerense a este medio, para luego informar que los agentes solicitaron la intervención de las autoridades de la DDI de San Isidro y de la fiscal que se encontraba de turno en ese momento, la doctora Asprella.
Asimismo, se reforzó la seguridad en el área ante cualquier intento de ingreso en la entidad bancaria.
Luego de que la doctora Asprella se hiciera presente en el lugar de los hechos, se ordenó un operativo de excavación en la zona de interés, con el objetivo de determinar si efectivamente se trataba de un túnel creado para irrumpir en la sucursal. La situación fue tan insólita que el intendente de San Isidro, Ramón Lanús, también estuvo presente durante el procedimiento.
“Son las 2 de la mañana del día jueves. Tenemos la buena noticia de que gracias al trabajo en conjunto entre la Policía de la provincia de Buenos Aires, la Fiscalía General del MPF de San Isidro y el trabajo de la Municipalidad se pudo desbaratar un intento de boquete para atentar contra, supuestamente imaginamos, la caja de seguridad del banco Macro en pleno centro de San Isidro”, explicó el intendente en un video que filmó durante la madrugada de hoy desde el lugar del hallazgo.
Hasta el momento, las autoridades confirmaron que el pozo que comenzó a cavarse con la ayuda de una máquina excavadora alcanzó una profundidad de unos tres metros aproximadamente para el final de la jornada. No obstante, las tareas se frenaron momentáneamente y se espera que la misión sea finalizada a lo largo de este jueves.
Operarios trabajaron para descubrir la totalidad del túnel.
Por el momento, la causa no cuenta con ningún detenido o sospechoso por el hecho. Sin embargo, se estima que varios perfiles podrían surgir como resultado del descubrimiento del punto cero del túnel. En este sentido, se espera que las cámaras de esa zona pudieran haber captado el momento en el que el o los responsables comenzaron a trabajar en el conducto subterráneo.
Así, en un primer análisis, descubrieron que el túnel tenía 150 metros de largo y que comenzaba en un taller mecánico en desuso sobre la misma calle Chacabuco: la obra de los hampones contaba con paredes encofradas para evitar derrumbes y un sistema de ventilación, además de tendido eléctrico.
La Justicia ordenó una excavación para llegar al centro del pasadizo subterráneo, que estaba a más de tres metros de profundidad. Hasta el momento no hay detenidos por el caso. La pista que llevó a un taller mecánico en desuso
Por un hecho insólito, las autoridades lograron prevenir esta semana un posible robo millonario a un banco situado en el centro de San Isidro. Gracias a la alerta de un repartidor de delivery, una varilla de hierro que surgía entre los adoquines de la calle Chacabuco comenzó a ser investigado. Tras perforar tres metros con una excavadora, se halló un túnel creado con la intención de robar las bóvedas del banco cercano. Así, la historia del reconocido “robo del siglo” que tuvo como blanco al Banco Río de Acassuso en 2006 estuvo a punto de ser repetida casi 20 años más tarde.
Fuentes policiales consultadas por Infobae precisaron que el descubrimiento ocurrió ayer miércoles cerca de las 9.30 de la mañana, cuando un joven repartidor de materias primas que se encontraba detenido a bordo de su camioneta, mientras esperaba entregar un pedido en un local gastronómico, escuchó unos ruidos extraños que provenían del chasis de su vehículo.
Ante la incertidumbre, bajó de la camioneta se percató de la presencia de la varilla metálica que se encontraba clavada debajo de la calzada.
La varilla metálica que fue extraída de la calzada (Fotos: PBA)
A raíz de esto, el repartidor se acercó hacia el personal de seguridad del banco para advertir sobre la situación. De esta manera, los guardias denunciaron lo sucedido a la línea de emergencias del 911, por lo que un móvil proveniente de la Comisaría 1ª de San Isidro se presentó en el lugar para inspeccionar la anomalía hallada en la vía pública.
Notificado del misterioso hallazgo, el municipio, a través de la Secretaría de Espacio Público, envió una inspección al lugar para ver de qué se trataba.
El personal constató que la varilla había sido cortada al ras del suelo por un camión de caudales para no dañar sus ruedas al estacionar.
Debido a que la varilla había sido cortada, se comenzó a excavar con máquinas para determinar su origen. Cerca de las 15 se logró cavar alrededor de 2,80 metros y comenzó el procedimiento para retirar la varilla, que media 3,60 mts. Esto motivó la intervención de la fiscal del área Criminal del Departamento Judicial San Isidro, la doctora Carolina Asprella, que hoy conforma un equipo para esclarecer el caso bajo las directivas del fiscal general John Broyad.
En simultáneo, un analista técnico acudió a la sucursal para evaluar si las alarmas del edificio estaban en funcionamiento. Después de que el especialista confirmara que todos los dispositivos estaban activados, los efectivos policiales extrajeron la varilla metálica y descubrieron que no era la única que se encontraba enterrada en el lugar.
“Al comenzar a sacarla se establece que la misma está conectada por tramos por un largo aproximado de tres metros”, precisó un vocero de laPolicía Bonaerense a este medio, para luego informar que los agentes solicitaron la intervención de las autoridades de la DDI de San Isidro y de la fiscal que se encontraba de turno en ese momento, la doctora Asprella.
Asimismo, se reforzó la seguridad en el área ante cualquier intento de ingreso en la entidad bancaria.
Luego de que la doctora Asprella se hiciera presente en el lugar de los hechos, se ordenó un operativo de excavación en la zona de interés, con el objetivo de determinar si efectivamente se trataba de un túnel creado para irrumpir en la sucursal. La situación fue tan insólita que el intendente de San Isidro, Ramón Lanús, también estuvo presente durante el procedimiento.
“Son las 2 de la mañana del día jueves. Tenemos la buena noticia de que gracias al trabajo en conjunto entre la Policía de la provincia de Buenos Aires, la Fiscalía General del MPF de San Isidro y el trabajo de la Municipalidad se pudo desbaratar un intento de boquete para atentar contra, supuestamente imaginamos, la caja de seguridad del banco Macro en pleno centro de San Isidro”, explicó el intendente en un video que filmó durante la madrugada de hoy desde el lugar del hallazgo.
Hasta el momento, las autoridades confirmaron que el pozo que comenzó a cavarse con la ayuda de una máquina excavadora alcanzó una profundidad de unos tres metros aproximadamente para el final de la jornada. No obstante, las tareas se frenaron momentáneamente y se espera que la misión sea finalizada a lo largo de este jueves.
Operarios trabajaron para descubrir la totalidad del túnel.
Por el momento, la causa no cuenta con ningún detenido o sospechoso por el hecho. Sin embargo, se estima que varios perfiles podrían surgir como resultado del descubrimiento del punto cero del túnel. En este sentido, se espera que las cámaras de esa zona pudieran haber captado el momento en el que el o los responsables comenzaron a trabajar en el conducto subterráneo.
Así, en un primer análisis, descubrieron que el túnel tenía 150 metros de largo y que comenzaba en un taller mecánico en desuso sobre la misma calle Chacabuco: la obra de los hampones contaba con paredes encofradas para evitar derrumbes y un sistema de ventilación, además de tendido eléctrico.