Se trata de internos que cumplen el último trayecto de su condena con un régimen de libertad semiabierto

Personas privadas de su libertad adquieren hábitos y oficios mediante el trabajo en una granja de Lavalle.
Diez presos que cumplen el último tramo de su condena trabajaron durante la temporada del tomate en la Colonia y Granja Penal Gustavo André de Lavalle. Estas tareas les permitieron recibir instrucción sobre el cuidado del cultivo y el funcionamiento de maquinaria agrícola, según informaron desde el servicio penitenciario.
Con la asistencia técnica y operativa del personal de la Unidad de Producción Penitenciaria de este centro, así como de la agencia de extensión del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Lavalle, los internos se encargaron de la producción y el mantenimiento del cultivo.

La Cooperadora INTA de La Consulta, San Carlos, aportó la maquinaria y los plantines de tomate, cuya variedad permite su multiplicación y extracción de semillas para un nuevo cultivo.
“El objetivo principal de este tipo de iniciativas es la concientización de que las personas privadas de libertad cuentan con un oficio o habilidad, y que quienes se encuentran alojados en este establecimiento adquieran cotidianamente hábitos y capacitaciones que favorecen su reinserción social, a veces traduciéndose como una posibilidad de microemprendimiento”, expresaron desde la Unidad de Producción Penitenciaria.