Es un ejemplo claro de cómo el idioma puede ser mucho más que un medio de comunicación: se ha transformado en una herramienta indispensable para quienes desean insertarse en un mundo cada vez más interconectado.

En las últimas dos décadas, el idioma chino ha dejado de ser una curiosidad para convertirse en una herramienta clave en el ámbito laboral y cultural en Argentina. Con la creciente influencia económica de China a nivel global, cada vez más personas buscan aprender el idioma para mejorar sus oportunidades profesionales y entender mejor a una de las potencias emergentes más importantes del siglo XXI.

Este fenómeno comenzó a consolidarse a comienzos del siglo XXI, en paralelo al aumento del comercio y la inversión entre Argentina y China. Un programa pionero en la enseñanza del chino fue lanzado por el Centro Universitario de Idiomas (CUI), que rápidamente se posicionó como uno de los principales referentes del país. A lo largo de estos 20 años, más de 40.000 estudiantes han pasado por sus aulas, lo que refleja el interés creciente por el chino no solo como herramienta cultural, sino también como una ventaja estratégica en el mercado laboral.

Uno de los puntos clave en el desarrollo del programa fue la alianza con el Instituto Confucio, la institución oficial del gobierno chino para la difusión y certificación del idioma chino a nivel mundial, y una de las organizaciones más influyentes en la promoción de la lengua y la cultura chinas a nivel global.

En colaboración con la Universidad de Buenos Aires, el Instituto Confucio eligió a este programa como su representante oficial en Argentina, reforzando aún más la calidad académica y el alcance del proyecto. Esta vinculación permitió la realización de intercambios educativos y la formación continua de docentes en China, consolidando así un puente entre ambos países.

“Nuestro programa no solo se ha enfocado en enseñar el idioma, sino en generar un puente cultural y profesional entre Argentina y China. En estos 20 años, hemos visto cómo aprender chino se ha convertido en una herramienta clave para el crecimiento profesional de nuestros estudiantes, y también en una puerta hacia nuevas oportunidades en el mundo globalizado”, comentó Roberto Villarruel, Director General del Centro Universitario de Idiomas.

En sus inicios, el interés por el chino en Argentina provenía mayormente de quienes exploraban la cultura oriental por curiosidad filosófica o terapéutica. Sin embargo, con el tiempo, el perfil de los estudiantes cambió: hoy, la mayoría busca dominar el idioma como un activo profesional clave en áreas como el comercio internacional, el turismo o las relaciones diplomáticas.

El crecimiento de la enseñanza del chino no solo responde a la curiosidad cultural, sino también a las necesidades del mercado. El programa ha ampliado su oferta de capacitación a empresas que requieren mejorar su comunicación con socios chinos, como la Cámara de Comercio Argentino China, Huawei y Albano Cozzuol, entre otras. Esto evidencia que el idioma ha dejado de ser una simple disciplina académica para convertirse en un activo estratégico en el mundo empresarial.

El auge del chino en Argentina es un ejemplo claro de cómo el idioma puede ser mucho más que un medio de comunicación: se ha transformado en una herramienta indispensable para quienes desean insertarse en un mundo cada vez más interconectado. Y aunque los programas educativos han jugado un rol clave en este proceso, el creciente interés por el chino en el país muestra cómo el intercambio entre Argentina y China continúa expandiéndose, no solo en el ámbito económico, sino también en el cultural y

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