Nación y Provincia compartían los costos pero Milei ya avisó que no habrá aportes para la campaña 24/25. La mitad de las hectáreas están afectadas por la plaga
Fumigación aérea contra la polilla de la vid.Foto: Prensa Gobierno de Mendoza
El presupuesto estimado de costos para combatir la polilla de la vid esta temporada es de 13 millones de dólares. Así lo presentó el Iscamen en un informe al que accedieron productores mendocinos.
Hasta ahora, entre Nación y Provincia se repartían el costo de las campañas para el control de la plaga pero el ministro de Producción Rodolfo Vargas Arizu ya reveló que el gobierno de Javier Milei se corrió de la lucha y este año no enviará Aportes No Reembolsables (ANR) para este fin.
El reclamo a la Nación por fondos para combatir la polilla de la vid no es nada nuevo. Ya durante el gobierno de Alberto Fernández, la Provincia peleaba año tras año para conseguir los millones de dólares convenidos para mitigar los efectos de la lobesia botrana. Con la campaña 2024/2025 encima, la situación asoma más complicada.
Los reclamos a la Nación por fondos para lucha contra la polilla de la vid han sido reiterados en los últimos años.
Foto: Prensa Gobierno de Mendoza
La ley nacional que declara de interés la lucha contra la plaga data del 2015. En ella se adelanta que a los cinco años de su vigencia serían los productores los que deberían asumir los costos pero esto no se aplicó. Si bien nunca se determinó un presupuesto por ley para este fin, la jefatura de Gabinete de la Nación asumió como responsabilidad cada año el envío de ANR a las provincias para suplir parte de los costos y desde la temporada 2018, Mendoza tomó la posta financiando una parte.
Dada la decisión nacional, el gobierno local anticipó que Mendoza se unirá a San Juan y a San Luis para insistir en la posibilidad de que el aporte nacional no se caiga o para afrontar una estrategia interprovincial conjunta.
La importancia de la inversión en el control de la polilla de la vid
De las 240.000 hectáreas cultivadas que tiene Mendoza, la mitad están afectadas por la plaga. Según el escenario presentado por el Iscamen, los oasis más complicados son el Norte-Este y el Valle de Uco.
Es en el primero de ellos donde hay unas 115.000 has. de cultivo, en las que conviven viñedos en plena producción con numerosos viñedos en estado de abandono y/o bajo un importante descuido fitosanitario.
“El nivel de control de la plaga tiene relación directa con la disponibilidad de recursos”, dijo el Iscamen en el último informe sobre lobesia botrana presentado a productores mendocinos. “El momento de disponibilidad de recursos tiene a su vez un gran impacto en los niveles de control”, concluyó.
Efectivamente, según los números informados por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza, autoridad de aplicación del programa, en la temporada 2018-2019, una posterior a cuando se registró el mayor aporte financiero (18 millones de dólares), la evolución de la plaga disminuyó de más de 400.000 detecciones a menos de 200.000.
Por el contrario, cuando en la temporada 2019-2020 bajó el aporte a 4 millones de dólares, las consecuencias se vieron al año siguiente, cuando se duplicaron las detecciones en Mendoza.
Aportes financieros totales y evolución de la plaga de la polilla de la vid en los últimos 14 años.
Según informa el Iscamen, para erradicar la plaga se necesitarían 5 campañas consecutivas de trabajo constante.
El apuro en conseguir los fondos para la próxima campaña está dado en que, conforme establecen los profesionales, para que surta efectos debería comenzar el 25 de agosto, o como mucho a principios de septiembre con los difusores de feronomas.
La estrategia de control recomendada incluye la adquisición de difusores de feromonas para 50.000 hectáreas, la aeroaplicación de insecticidas en 120.000 hectáreas, la aplicación terrestre de insecticidas en 30.000 hectáreas de viñedos y la aeroaplicación de feromonas en 25.000 hectáreas.
El costo de los difusores es de 130 dólares por hectárea; el del servicio de aeroaplicación asciende a 14 dólares por hectárea; el de los insecticidas que se aplican con aviones es de otros 20 dólares por hectárea; el de los de aplicación terrestre, 8 dólares por hectárea y el de los feromonas pulverizables, otros 90 dólares por hectárea.
La proyección del Iscamen es que, en total, para un combate efectivo, se necesitarían 13.070.000 de dólares… y a tiempo para que tenga mayor impacto.
Lo que calculan los profesionales es que, con ese presupuesto y siguiendo a rajatabla la estrategia de control, se podría erradicar la plaga de unas 25.000 hectáreas esta temporada; además de bajar las detecciones respecto de las más de 600.000 de la temporada pasada, cuando, si bien llegaron fondos, los provenientes de Nación lo hicieron a destiempo.
Por el contrario, ante la situación de no implementarse planes de control en grandes áreas, “resulta probable un crecimiento en las poblaciones de la plaga en magnitudes cercanas a las obtenidas en la campaña 2014/2015 (más de 1.500.000 detecciones), donde además de las elevadas poblaciones del insecto se pudo apreciar cuantiosos daños en la producción, con pérdidas totales en casos de propiedades ubicadas en dichas áreas. También es esperable perder los avances alcanzados en el Oasis Sur”, dijeron desde el Iscamen.
Cuándo debería comenzar el operativo contra la lobesia botrana según el Iscamen
El Iscamen proyectó que los emisores de feromona – según la biología de la plaga- ya deberían estar en Mendoza el 25 de agosto para extender su aplicación en campo, como máximo hasta el 10 de septiembre.
Los insecticidas serían necesarios el 15 de septiembre, para aplicarlos el 8 de octubre.
El servicio de aeroaplicaciones debería estar contratado para el 10 de ese mes, para que pueda aplicarse en campo como máximo el 15 de octubre.
En tanto que los feromonas pulverizables deberían adquirise el 31 de octubre para aplicarse el 10 de noviembre.
Todo ello, en el ideal de la estrategia de control.
Fumigación aérea de la polilla de la vid.
Foto: Prensa Gobierno de Mendoza
Aportes, año tras año
Según pudo saber Diario UNO, la Nación puso 1.400.000 dólares en 2016, cuando se empezó a fondear la lucha contra la lobesia botrana.
Al año siguiente, se registró el mayor aporte histórico: más de 17 millones de dólares.
En la temporada 2018/2019, la Provincia puso unos 7 millones de dólares y la Nación los restantes 2.600.000 de dólares.
En 2019/2020, Mendoza aportó más de 4 millones de dólares y la Nación solo 630.000 dólares; mientras que para la temporada siguiente se consiguieron más de 3 millones de dólares nacionales y otros casi 2 millones provinciales.
En 2021/2022, el aporte en dólares de la Nación fue de 3.600.000 y el de la Provincia fue de más de 6 millones.
Según el último informe del Iscamen, los fondos aportados en la campaña 2023/2024 fueron unos 10 millones de dólares: $1.500 millones provinciales, y los nacionales $2.300 millones (restan unos $400.000 por entregar).
¿Qué es la polilla de la vid?
Es una plaga que entró a la Argentina, vía Chile, en 2009 y que genera un fuerte impacto en la actividad vitivinícola, generando pérdidas en los volúmenes de producción por menor rendimiento por planta, y afectando además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación.
Favorece también el ataque de diversos hongos patógenos que provocan mal olor y feo sabor a los vinos.
Se trata de una polilla que puede cumplir hasta 4 generaciones.
La técnica mayormente recomendada es la de la confusión sexual, que consiste en la perturbación de la atracción sexual de los machos hacia las hembras, provocada por la impregnación en el aire de una feromona que emiten los difusores.
La polilla de la vid genera dolores de cabeza a los productores.
Los difusores liberan feromona, generando una nube que produce en los machos confusión ya que no pueden percibir el olor – la feromona – que liberan las hembras vírgenes, por lo que no las encuentran para producir la cópula; evitando así la incubación por parte de la hembra.
“El Estado nacional tiene la obligación de devolverle el estado sanitario anterior al 2009 cuando por falta de control del Senasa, ingresó maquinaria que estaba infectada”, señala Mauro Sosa, director ejecutivo del Centro de Viñateros el Este.
“El productor de ninguna manera puede hacerse cargo de compartir una cobertura integral y además aplicar sus propios productos”, agrega.
Según adelantó a Diario UNO, este martes habrá un encuentro con el ministro Vargas Arizu para tratar la problemática.