La merma de visitantes extranjeros obliga a las bodegas a repensar su plan para el enoturismo. Cómo recuperar turistas sin resignar oferta de servicios
El enoturismo acusó el golpe de un tipo de cambio que encareció la oferta de las bodegas. Y las desafía a adaptarse
En el país hay 486 bodegas que hacen enoturismo. De esa cantidad, casi la mitad están en Mendoza y el resto se reparten en otras provincias vitivinícolas. Un universo que creció en buena medida de la mano de turistas extranjeros que brillan por su ausencia: tarifas en dólares que hasta 2023 los atraía, ya produjo una merma del flujo turístico de hasta 45% interanual.
La oferta a turistas amantes del vino explotó en la última década: según datos de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) actualmente son 144% más que en 2013, al punto que muchos proyectos nuevos empezaron a incluír un capítulo relacionado con degustaciones y en el mejor de los casos, alojamiento.
Pero en el último año todo cambió. Porque la relación dólar-peso pasó de atraerlo a desalentarlo.

Disminuyó la cantidad de turistas extranjeros que visitan bodegas.
En el sector aseguran que de un año al otro la caída del turismo extranjero que solía elegir a las bodegas oscila entre el 25% y 45% a febrero, según el nivel de los servicios, precios y target de turistas. Y lo atribuyen a dos factores de “la macro”: un tipo de cambio desfavorable sumado a la inflación que encareció los servicios.
“No tiene que ver con la gestión de las bodegas sino con los costos turísticos, desde los del restaurante hasta el transporte, que impactaron en las tarifas en dólares”, analizó Walter Pavón, de la Comisión de Turismo de Bodegas de Argentina.
Tarifas en dólares: la hora del ajuste
Lo cierto es que el contexto obliga a tomar decisiones para sostener la estructura e intentar recuperar al turista perdido. En particular al brasilero, que hasta principios del 2024 lideraba, acompañado por el estadounidense y el europeo.
Pablo Asens, vicepresidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), consideró que “no estamos mucho más caros” que otros destinos vitivinícolas como Napa Valley, en California (EEUU). Sin embargo, aventuró que “para recuperar al turista brasilero, cuya moneda también se depreció, deberían bajar las tarifas en dólares al menos a la mitad”.
La pregunta es ¿qué tan dispuestas están las bodegas que reciben turistas para comer o alojarse a retocar sus precios en moneda extranjeras?.

Bodegueros ajustan sus cuentas para alentar el enoturismo.
Vale repasar algunos valores para tener noción de las cotizaciones tanto en alojamiento como en restaurante.
Pasar la noche en una bodega con ciertas comodidades tiene valores más cercanos al bolsillo extranjero que argentino. Una gama que arranca en los 90/100 dólares, pasa por los 200 en una posada en Valle de Uco y puede superar los 1.800 para un servicio 5 estrellas.
A la hora de sentarse a comer, los restaurantes de bodega también componen una oferta diversa según poder adquisitivo: desde un menú base de U$S50 hasta uno “top” de 8 pasos con copas de vino a cambio de U$S180. En el medio, la opción de un menú de 5 pasos por unos 70 dólares.
“La tendencia es acomodar valores, experiencias, innovar según el público al que apuntan. Algunas bodegas no cobran entrada y se puede comer y beber un vino por hasta 25 mil pesos, y otras ofrecen experiencias más sofisticadas”, dijo Pavón.
Estrategias: entre promos y rebajas
En el área comercial y de marketing de una de las bodegas que ofrecen hotelería de alto nivel preparan artillería promocional para salir en busca de los visitantes. Por orígenes, su principal público siempre provino de Estados Unidos y también Brasil.
“El 2023 fue una fiesta. En 2024 hubo un freno y claramente este año el comienzo no fue el mejor. Por eso la estrategia es tratar de ser agresivos con las promociones”, reconocen desde el área comercial del lugar, donde alojarse cuesta de 990 a 2.250 dólares en habitaciones de entre 2 y hasta 4 pasajeros con distintos amenities.
Parte del plan integral para recuperar terreno en el enoturismo incluye descuentos de 20 al 30% para turistas argentinos. Y promos 3×2 y 4×3 “tanto para argentinos como extranjeros”.
No es un desafío fácil. Es que en enero la caída de visitantes fue del 14% respecto de un año atrás, que se atenuó un poco en febrero.
La gastronomía es parte de otra concepción, y no es tan fácil “adaptar” la propuesta sobre todo cuando se trata de alta cocina. Por eso, la responsable del área de ventas y hospitalidad dijo: “Estamos pensando cómo atraer al viajero argentino. No es una decisión fácil”.
“Es hora de enfocarse en el turista argentino”
Además de su rol como dirigente de Coviar, como dueño de la bodega sanrafaelina La Abeja, que hace años recibe turistas, Pablo Asens se permite comparar épocas. Y aventurar cuál es la forma para sostener al enoturismo en contexto adverso.
“Está claro que nos afecta la ausencia del turismo internacional: en parte por un dólar casi igual en el último año, y en parte por la inflación. Requiere volver a planificar a las bodegas para ajustar sus servicios o sus tarifas, de acuerdo a lo que más le convenga por estrategia comercial”, aseguró el empresario.
Por eso, pone como ejemplo a San Rafael, donde la ecuación es inversa: allí están las 4 bodegas qué más trabajan con el enoturismo del país (99% de público nacional y apenas 1% extranjeros”.
Por eso, dice, “no han sentido tanto la caída del flujo de visitas: los números dan apenas 10% abajo respecto al 2024“.
En tal sentido, Asens analiza y compara: “Desde la macro, será difícil recuperar al turista extranjero al nivel de hace dos años. Focalícemonos en el turista argentino, en cuidarlo. ¿Cuánto estará a dispuesto a pagar por la experiencia? Habrá que verlo”, resaltó.
Parte de la propuesta comienza desde lo esencial que tiene el universo de las bodegas para atraer turistas: el vino.
“Lo más importante fue no incrementar el precio del vino. Es casi un acuerdo con varias bodegas para hacerlo accesible en el segmento medio y más económica, a costa de sacrificar márgenes: el mix se mantuvo. Recibimos menos gente que consume lo mismo”, cerró.