El Gobierno de Mendoza brindó detalles sobre el método de control que se anunció hace seis meses y que busca impedir el ingreso de objetos prohibidos y fortalecer la seguridad penitenciaria en toda la provincia.

A seis meses desde la implementación del Sistema Único de Ingreso al Servicio Penitenciario Provincial, el Gobierno de Mendoza brindó detalles de esta iniciativa que busca reforzar la seguridad pública y mejorar los controles en los establecimientos carcelarios.
El plan, que comenzó a aplicarse en febrero con un anuncio realizado desde el penal Almafuerte, apunta a impedir el ingreso de celulares, drogas y objetos prohibidos, además de optimizar los procesos de identificación y control interno.
Según informaron desde el Servicio Penitenciario, el sistema integra tecnología de punta para fortalecer la vigilancia y trazabilidad de quienes ingresan a las unidades penitenciarias. En el Centro de Monitoreo y Operaciones de Boulogne Sur Mer se centraliza el control de cámaras de alta definición y sistemas de detección de metales, junto a dispositivos de biometría y reconocimiento facial.
Desde celulares hasta semillas
El nuevo sistema único de ingreso a las cárceles ya arrojó sus primeros resultados concretos, con la detección de 100 personas que intentaron ingresar objetos y sustancias prohibidas.
Según explicó la ministra de Seguridad y Justicia, Mercedes Rus, los hallazgos confirman la efectividad del plan de control implementado en el Servicio Penitenciario y refuerzan el objetivo de mejorar la seguridad tanto dentro como fuera de los penales.
Para la funcionaria, quien estuvo acompañada por Eduardo Orellana, director general del organismo carcelario, el éxito de esta política “ratifica el rumbo” adoptado por la provincia en materia penitenciaria y demuestra que las medidas aplicadas son “asertivas” en su propósito de impedir el ingreso de celulares y drogas.
En ese sentido, señaló que el control no sólo apunta a evitar conflictos intramuros, sino también a reducir el tráfico de estupefacientes y las redes delictivas que operan desde las cárceles hacia el exterior.
Entre los elementos incautados se registraron casi 2 kilos de marihuana, 856 gramos de cocaína, cuatro teléfonos celulares y semillas de cannabis. Los controles permitieron identificar tanto a agentes penitenciarios como a visitantes que intentaban ingresar con sustancias o dispositivos prohibidos.
“Esto demuestra que el sistema de control funciona y que estamos avanzando hacia un modelo más eficiente y transparente”, aseguró Rus.
Respecto a los casos detectados, la titular de la cartera de Seguridad y Justicia precisó que se iniciaron sumarios administrativos y actuaciones judiciales para los nueve agentes involucrados, además de procedimientos correspondientes a un enfermero y a varios visitantes.
Los descubrimientos se efectuaron en las zonas de requisa, utilizando la nueva tecnología implementada dentro del marco del sistema de control unificado.
Finalmente, la ministra Rus anunció que el plan continuará fortaleciéndose con la instalación de 300 nuevas cámaras de vigilancia, cuya adjudicación será publicada en el Boletín Oficial en los próximos días.

Controles similares al de un aeropuerto
El nuevo protocolo establece que todo ingreso a las cárceles deberá realizarse por un único acceso, bajo condiciones similares a las de un aeropuerto, con exhaustivas revisiones para impedir la entrada de elementos prohibidos.
“Ya tenemos un 98% del personal penitenciario registrado mediante reconocimiento facial, y próximamente se incorporarán las visitas habituales a este sistema”, resaltó Rus.
El procedimiento de acceso ya se encuentra operativo en todos los complejos categoría A y B, definidos según el nivel de tecnología aplicada y los mecanismos de control. Además de los ingresos de personas, el plan abarca el monitoreo de vehículos, alimentos y materiales que ingresan a los penales, muchos de los cuales requieren tratamiento especial por su conservación o manipulación.
El proyecto no sólo implica infraestructura tecnológica, sino también una profunda capacitación del personal penitenciario. Desde la eliminación de la telefonía celular en las cárceles, se realizaron instancias de formación en el uso de escáneres junto a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), comunicación mediante tecnología Tetra y análisis de imágenes con inteligencia artificial.
Actualmente, las 22 unidades penitenciarias de Mendoza están interconectadas y cuentan con un sistema de monitoreo constante. “Estamos desarrollando un protocolo propio para el análisis de imágenes en tiempo real, con el objetivo de anticipar situaciones y mejorar la prevención de los hechos que vemos en los distintos penales”, resaltó Orellana al respecto.
En esa línea, el director del Servicio Penitenciario añadió: “Es un aprendizaje nuevo porque nuestro sistema de seguridad hasta hace un tiempo estaba basado en el recurso humano. Hoy tiene el recurso humano, la tecnología, certificando qué es lo que está pasando, y otro recurso humano analizando las imágenes“.