Los incendios forestales arrasan numerosas hectáreas en dos países del continente americano: Bolivia y Estados Unidos. En el caso del país suramericano, las llamas fueron ocasionadas en su mayoría por técnicas de quema y deforestación, para la ganadería y la agricultura. Mientras que en la nación norteamericana, los vientos y las altas temperaturas del verano propiciaron los incendios que amenazan a parques naturales, así como poblaciones rurales.