Hay indicios que marcan un cambio de época y en este caso se dan en las mismas barriadas mendocinas donde se pulsan estos cambios que se presentan con anticipación con las caras más crudas como las condiciones sociales de infradesarrollo, o la inseguridad y en este caso asociado al consumo industrial de un metal que es muy preciado que es el cobre.

Podríamos decir que en los núcleos populares, en los arrabales, hacer fogatas en las noches para quemar cables y quedarse con el cobre es una actividad ilegal, pero consentida y por ende frecuente entre la población que sobrevive al margen de la economía formal. Hay un movimiento de personas que “hormiguean” el cobre y es la forma más irregular de incursionar en la “minería”. (Cita de la nota del Post del lunes 24 de septiembre de 2024).

Cuando se cumplió un año de la segunda elección ganada por Alfredo Cornejo hicimos aquel informe que titulamos: Cornejo fue reelecto hace un año y comenzó la era del cobre.

No erramos en el concepto, la era del cobre está en marcha y el último hito lo plantó el mandatario ante la Asamblea Legislativa  el jueves, 1 de mayo . Cornejo señaló el rumbo económico de provincia que quiere impulsar para que trascienda más allá de lo que le queda de su segunda gestión. En la medida que transcurrieron los días fueron decantando desde las atalayas políticas algunas imágenes que resumían la idea de la centralidad de Cornejo retomada con piedra de cobre en mano.

En primer plano, la piedra cuprífera “refundante” de Cornejo

De esas miradas diversas, siempre con centro en Cornejo, una es la que me llamó la atención y no por ser novedosa la frase que la contiene, sino lo acertadamente aplicada para el caso. Lean y piensen, por favor.

“Cornejo señaló en su discurso un nuevo horizonte para la provincia y la oposición se le quedó mirando el dedo…”

Registrado este lacónico análisis político, no deberíamos utilizar bytes de más para graficar lo que dejó el discurso gubernamental desde esa arista. Por lo que propongo ocuparnos de otro de los aspectos; el de la seguridad, que si no hubiera sido tan impactante el gesto de la piedra cuprífera, sería el eje del debate público. 

El Plan Cobre y la alerta a los jueces

A lo 44 minutos de haber iniciado su alocución en la Legislatura, Cornejo descargó una serie de datos estadísticos para justificar su política de seguridad y los dispositivos con los que contó para obtener esos resultados. Fue la primera vez en que mencionó al cobre. Destaco dos segmentos del gobernador para entender la dirección de la acción cornejista que se declara persecutoria del delito.

• Compro cobre, celulares y bicicletas. El Plan cobrees un buen ejemplo, cuyo resultado positivo confirma que es la forma correcta: 60 toneladas secuestradas, reducción del 75 por ciento de los sucesos y tendencia a la baja en el robo de transformadores. Hemos avanzado sobre los mercados ilegales vinculados a bienes robados, como celulares, ruedas o bicicletas. Luego de la sanción de la ley 9.556 ( Registro de Bienes Muebles Usados) , creamos la división de leyes integradas y un sistema informático a tal fin.

Imagen demostrativa de los operativos contra el robo de cobre.

• Teléfono para su señoría. Estamos convencidos de que la tarea en seguridad no termina con los operativos y las aprehensiones. No queremos trabajos policiales perdidos, por eso apelamos a que la Justicia Penal esté en línea con las expectativas ciudadanas de seguridad y justicia.

Por qué la cárcel “minorista” de Rus

Mercedes Rus debe tener presente el jueves 19 de diciembre de 2024, cuando visitó el Este provincial y en su recorrido pasó por la Cooperativa Eléctrica Rural Alto Verde y Algarrobo Grande. Allí, los directivos le informaron que había una tendencia a la baja en la tasa de robos, en especial en transformadores, uno de los blancos elegidos por los ladrones por las bobinas de cobre que contienen los trafos. Los datos de la distribuidora fueron un bálsamo para la ministra Seguridad y Justicia, en medio de la epidemia de saqueos y apropiaciones de elementos compuestos por metales “no ferrosos”.

Aquel informe alentador tuvo un valor extra, fue un registro positivo que no provenía de la cartera de seguridad. Fue una renta política para ella misma porque siendo funcionaria ejecutiva del gobierno provincial, vio los resultados de su tarea como legisladora cuando en enero de 2023 entró en vigencia “su ley” antirrobo de cobre y aluminio.

La reseña es la antesala de la decisión de crear una nueva cárcel para delitos tipificados como menores, son los delitos que tienen “disvalor” para el sistema judicial y en esa cocina tan particular son desdeñados. El ejemplo de esto es precisamente el robo de cables y transformadores para obtener el cobre que es acopiado y luego “inyectado” en el circuito clandestino de comercialización. Un negocio negro millonario, teniendo en cuenta la alta cotización del mineral de alta capacidad como conductor eléctrico.

La pregunta fue directa para la ministra de parte de este medio, tras escuchar a Cornejo el jueves: ¿cuál es la idea superadora que haya hecho decidir construir una nueva cárcel para quienes cometen delitos “menores”? Esto respondió Rus.

• Un robo tras otro. Lo primero era tener este diagnóstico, que no se tenía, porque empezamos a poner el foco acá, que también generó tensiones con el Poder Judicial . Lo cierto es que hay que hacer esto (el diagnóstico) para poder tener el panorama, porque si no, todos se quedan en que son delito menores, pero es lo que, en definitiva, está complicando (a la población). Vemos que el que comete un robo, vuelve a cometer otro, sin que haya ninguna respuesta concreta del Estado. 

Transformadores eléctricos “despanzurrados” para sacarle la bobina de cobre. Un delito que quedaba impune. 

• Cables y medidores. Frente a esos robos simples, como un hurto, ante estos delitos menores, tuvimos políticas públicas concretas. Una de esas políticas tenía que ver con visualizar que el tema del cobre robado y los medidores tenía que ser trabajado aparte, porque si lo metes en la maraña de todos los robos y queda con un caso más.

• Mensaje para el ladrón. Decidimos medir aparte estos delitos, lo trabajamos y seguimos los casos para que tuvieran condenas y que eso tuviera una comunicación hacia afuera, hacia el delincuente, un mensaje de no impunidad. Ese mensaje es muy importante. Trabajar específicamente los casos de cobre nos dio un poco a eso, también a mostrar hacia esos delincuentes, que (robar cobre o un medidor de agua) no es menor, porque además en ese delito no solo hay una afectación para la víctima en concreto, sino para un servicio público en general, para los impuestos que paga un vecino a un municipio cuando sacan luminarias de la vía pública, cuando se queda sin electricidad, como cuando se afecta el servicio de agua con el robo del medidor.

• Es la impunidad. Hay un caso que aparece como “testigo” porque está primero en la lista de “beneficiados” por el sistema penal. Es un caso donde a un sujeto (que roba) lo atraparon cinco veces y recién en una de esas cinco, le dan “algo” en efectivo (una condena de 3 años de prisión efectiva). Bueno, el mensaje nuestro es “no impunidad”. Lo que no queremos es que no gane la idea en quien delinque, que no va a pasar nada, en definitiva, es lo que no queremos.

La realidad y los estrados judiciales

La siguiente pregunta decantó sola de la descripción de la ministra que ponderó el trabajo coordinado entre fiscales y policías y advirtió que hubo tensión con los jueces penales por ir detrás del “mercado minorista” de la delincuencia.

– Se nota el trabajo en conjunto con el Ministerio Público Fiscal con la fuerza de seguridad, en especial en los los llamados megaoperativos, pero ¿por qué no hay esa misma coordinación con los jueces penales?

  • Están llamando. Lo marcamos porque la realidad no golpea la puerta de los jueces de la misma forma que lo hacen respecto de los fiscales, respecto a un intendente y al Poder Ejecutivo. Alguien podría decir, que eso los mantiene ahí, en una objetividad (…) que les permite cumplir mejor justicia, como los conceptos que mal nos enseñaban a nosotros en la universidad, ¿no? Que la justicia no mira y que no es así. Entonces, no decimos que la justicia solo atienda con “el termómetro social”, porque eso puede ser peligroso, pero que no haya un divorcio con la gente. O sea que no haya ese divorcio entre las demandas de justicia de la ciudadanía y lo que pasa en el sistema penal. 

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