El cierre perimetral va desde el canal Papagayos hasta la calle Champagnat. Diferentes sectores señalaron que se trata de una medida discriminatoria y xenófoba.

Tras diferentes hechos de inseguridad, la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) decidió realizar un cierre perimetral desde el canal Papagayos hasta la calle Champagnat. Según indicaron desde la casa de estudios, el objetivo es mejorar la seguridad del campus.

La construcción de este muro, que implicó una inversión de $590 millones, comenzó en diciembre y desde la universidad expresaron que los trabajos concluirían la próxima semana.

El muro se extiende desde el canal Papagayos hasta Champagnat. Foto: El Sol.

Sin embargo, la obra despertó polémica en las redes sociales, donde usuarios aseguran que se trata de una construcción que esconde “discriminación” y “xenofobia”, para “ocultar los barrios populares”.

Frente a las acusaciones, Estefanía Villarruel, secretaria general de la UNCuyo, respondió que la medida “no es contra los barrios”, ya que no hay cierre perimetral frente a dichos sectores.

Los detalles del muro

Durante estos dos primeros años de gestión intentamos de todas las maneras posibles mejorar la seguridad del campus. Hemos tenido hechos violentos, asaltos con uso de armas blancas, amenazas con armas de fuego“, especificó Villarruel.

A partir de las situaciones mencionadas, la funcionaria explicó que la universidad mantuvo conversaciones con una comisión de expertos en seguridad, que evaluaron las medidas y determinaron cuáles serían las acciones en los distintos espacios del campus. Una de ellas fue la construcción del cierre perimetral.

La zona en donde están los talleres de cerámica es complicada de vigilar porque es un colador, se pueden ir por donde sea. Entonces realmente es muy insegura. La iluminación no alcanza y además se roban los cables. Por eso los especialistas recomendaron el cierre perimetral“, agregó la funcionaria.

La construcción finalizaría en los próximos días. Foto: El Sol.

Este muro va desde el canal Papagayos hasta la calle Champagnat, sin afectar el resto del campus que colinda con los barrios. El proyecto fue aprobado por el Consejo Superior en el primer trimestre de 2024 y la construcción inició en diciembre, con el objetivo de finalizar la obra en los próximos días.

En un principio, el presupuesto oficial era de $469 millones, pero al actualizar los costos el gasto ascendió a $590 millones.

Además, desde la UNCuyo detallaron que la obra fue diseñada con criterios de alta durabilidad, usando placas de hormigón prefabricadas de gran espesor. Estas placas fueron montadas sobre fundaciones de hormigón armado, garantizando una estructura estable, resistente y de larga vida útil. También especificaron que el cierre se planificó como una medida sostenible, con técnicas de prefabricación que reducen el impacto ambiental.

Las críticas

A pocos días de finalizar la construcción, aparecieron cuestionamientos en las redes sociales donde usuarios dicen que se trata de una medida de “discriminación” y “xenofobia” contra los barrios populares.

“¿Cuál es el mensaje para todos los pibes que viven ahí?¿Qué la universidad pública no es para ellos?”, expresaron usuarios en X.

500 millones en un muro que separa la UNCuyo de los barrios humildes, estigmatizando y a tono con los discursos xenófobos y racistas del Gobierno”, fue otro de los mensajes.

También están aquellos que compararon la construcción de la UNCuyo con medidas adoptadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Otras voces en contra

Un grupo de arquitectos de la provincia también cuestionó la construcción del muro. A través de una carta firmada por cerca de 25 profesionales, aseguraron que la obra contradice los principios urbanísticos y paisajístico con los que fue concebida la universidad, al interrumpir la conexión visual de la montaña y la ciudad.

Además, comentaron que generará una “isla de calor urbana”, con temperaturas que en verano podrían ser sumamente elevadas.

La respuesta de la UNCuyo

Ante las acusaciones, desde la universidad explicaron que el muro “no es contra los barrios” y destacaron que la vinculación con estos espacios aledaños sigue estando.

A los barrios no se los toca. Si vos entras hoy vas a ver que está la cancha, la placita, el caminito que viene desde el barrio, la gente puede ir a tomarse el micro, la actividad sigue siendo exactamente la misma. También le damos seguridad porque la gente del barrio con la que convivimos y no son docentes o estudiantes de la universidad, esperan en la parada del micro y corren riesgo de ser asaltados“, aseguró Villarruel.

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