Una biofábrica en Brasil produce millones de mosquitos modificados para frenar enfermedades como el dengue y el zika, ofreciendo esperanza contra las epidemias tropicales.

El mosquito
El mosquito es considerado el animal más mortífero del mundo debido a las enfermedades graves que transmite, como la malaria, el dengue, el zika, el virus del Nilo Occidental y la fiebre amarilla.

En la novela Jurassic Park de Michael Crichton, la ciencia juega con la naturaleza para traer de vuelta a los dinosaurios gracias a un mosquito jurásico atrapado en ámbar, con resultados impredecibles. Hoy, en un giro menos cinematográfico pero igual de fascinante, la ciencia está criando millones de mosquitos en una fábrica en Brasil para salvar vidas.

No se trata de un experimento caótico, sino de una estrategia innovadora para combatir enfermedades tropicales como el dengue y el zika, transmitidas por el mosquito Aedes aegypti, el insecto más letal del planeta.

La idea suena contraintuitiva: ¿por qué criar más mosquitos si son los responsables de miles de muertes al año?

La respuesta está en una bacteria llamada Wolbachia, que actúa como un superhéroe microscópico. Esta fábrica, ubicada en Curitiba, Brasil, produce hasta 100 millones de huevos de mosquitos por semana, todos portadores de esta bacteria que bloquea la transmisión de virus. Es como si le diéramos a los mosquitos un “antivirus” natural que los hace inofensivos, una solución que podría cambiar el panorama de la salud pública en regiones tropicales.

Un ejército de mosquitos contra las epidemias

La fábrica de mosquitos, operada por el World Mosquito Program (WMP) y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), no crea insectos comunes.

Los “wolbitos”, como los llaman los científicos, son Aedes aegypti infectados con Wolbachia, una bacteria presente en el 60% de los insectos del mundo, pero no en este mosquito de forma natural. Cuando estos mosquitos se liberan y se aparean con los silvestres, las hembras transmiten la bacteria a sus crías, creando una población que no propaga dengue, zika, chikungunya ni fiebre amarilla.

Es como reemplazar un ejército enemigo por uno aliado, sin disparar un solo tiro.

Este método ya ha mostrado resultados impresionantes. En Colombia, ciudades como Medellín y Bello redujeron los casos de dengue entre un 41% y un 54% tras liberar mosquitos con Wolbachia. En Niterói, Brasil, la caída fue de un 69%. La fábrica de Curitiba, inaugurada en julio de 2025, planea liberar 5,000 millones de mosquitos en los próximos 10 años, protegiendo a unos 70 millones de personas.

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