Desde el Ministerio de Salud se implementó un programa saludable en las escuelas que, entre otros puntos, promueve la venta de productos saludables en los kioscos. La alusión de Montero a la Coca-Cola y la opinión de otros especialistas sobre los efectos en niños.

El pasado miércoles se lanzó en Mendoza un programa que promueve estilos de vida saludables en las escuelas, incluyendo la promoción de productos alimenticios sanos en los kioscos que funcionen en los establecimientos.

En ese marco, el ministro de Salud de Mendoza, Rodolfo Montero, manifestó que “hay que hacer cambios en los funcionamientos de esos establecimientos, no vender porquerías en las escuelas, no facilitar y no promover la venta de Coca-Cola“, dijo a modo de ejemplo.

Ante los dichos del Ministro, el Post consultó ados especialistas para conocer qué tan perjudicial o “porquería” es la Coca-Cola en las infancias: Sergio Saracco, médico toxicológo, exministro de Salud de Mendoza y expresidente de la Asociación Toxicológica Argentina, y Julieta Favier González, médica pediatra, Magister en Obesidad y Trastornos de Conducta Alimentaria. 

Para Saracco, la Coca-Cola no debería formar parte de la dieta infantil, ni en la escuela ni en el hogar. “Contiene altas cantidades de azúcar, lo que favorece el sobrepeso, la diabetes tipo 2 y las caries”, explicó. También advirtió que su pH ácido daña el esmalte dental y que el hábito de consumir bebidas dulces condiciona el paladar infantil: “Después, los chicos rechazan alimentos sin ese sabor”.

El especialista además remarcó la presencia de cafeína, un estimulante que puede generar hiperactividadansiedad y trastornos del sueño en niños. Y señaló que tanto la Coca común como la versión “zero” o sin azúcar tienen riesgos: la primera por su azúcar; la segunda, por los edulcorantes artificiales como el aspartame, que están bajo estudio por sus efectos sobre la salud.

“La Coca-Cola es transparente cuando se elabora. El color oscuro es un aditivo artificial”, dijo, y agregó que también se estudia su posible relación con alteraciones hormonales y del desarrollo óseo. Para él, la recomendación es clara: “Lo ideal sería que hasta los 12 años no consumieran estas bebidas”.

Saracco.

Favier González: “No es porquería, pero no nutre”

Desde una mirada más moderada, Julieta Favier González -médica pediatra y magíster en obesidad y TCA- cuestionó el uso de términos como “porquería” para referirse a un alimento o bebida. “No existen alimentos buenos o malos. Lo importante es enseñar a elegir y priorizar lo que tiene mayor valor nutricional”, sostuvo.

La especialista aclaró que las gaseosas tienen baja o nula calidad nutricional y están compuestas por azúcares simples, colorantes y conservantes. En menores de 2 años están contraindicadas, y en mayores su consumo debería ser ocasional y representar menos del 10% del valor energético total.

 Favier González médica pediátra.

“El problema no es tomarse una gaseosa de vez en cuando, sino hacerlo con frecuencia y en grandes cantidades”, explicó. Eso puede llevar a obesidad, déficit nutricionales, alteraciones del crecimiento y problemas dentales. También alertó sobre las bebidas light: “Contienen edulcorantes artificiales, que no son recomendables en niños porque pueden alterar la microbiota y funcionar como disruptores hormonales”.

Para Favier González, la clave está en educar sin prohibir: “No se trata de culpabilizar, sino de acompañar a niños y niñas en una relación sana con la comida”.

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