Desde este verano, Luján de Cuyo exigirá guardavidas en todos los espacios con acceso al agua, públicos o privados. Buscan reducir las muertes por ahogamiento

Cada verano, cuando el calor agobia y sobre todo los jóvenes buscan alivio en cualquier cauce de agua, Mendoza suma entre 10 y 12 muertes evitables. Son tragedias silenciosas que ocurren en segundos, muchas veces en canales de riego prohibidos para el baño, ríos o piletas sin control ni supervisión.

Frente a este escenario repetido, Luján de Cuyo decidió romper la inercia y convertirse en el primer municipio de la provincia en establecer que ningún espacio con acceso al agua podrá funcionar sin guardavidas profesionales.

La nueva ordenanza, impulsada por el concejal Guillermo Trentacoste, marca un antes y un después en la forma de cuidar a vecinos y turistas, y pone en valor un trabajo que durante años se sostuvo sin el respaldo legal que ahora comienza a construirse.

La idea es que cada lugar con agua permitido para el baño cuente con guardavidas para prevenir accidentes o actuar ante un ahogamiento.
La idea es que cada lugar con agua permitido para el baño cuente con guardavidas para prevenir accidentes o actuar ante un ahogamiento.

A partir de este verano será obligatorio para cualquier natatorio, club, camping, parque acuático, escuela de verano o balneario privado o público abrir sus puertas con personal capacitado para prevenir, asistir y rescatar en caso de que una persona sufra algún accidente en el agua y se esté ahogando.

También alcanza a playas fluviales y espacios recreativos con la Playita de Luján o la del Carrizal que cada temporada convocan a cientos de familias diariamente.

En Luján de Cuyo habrá un registro de guardavidas

El espíritu de la nueva norma es “profesionalizar, ordenar y anticiparse” a los accidentes acuáticos. Por eso crea el Registro Único de Guardavidas de Luján de Cuyo, una herramienta que permitirá saber quiénes están habilitados para ejercer, cuáles son sus certificaciones, sus reválidas anuales y su entrenamiento actualizado.

Sin estar inscriptos allí nadie podrá desempeñarse en el departamento, y sin contratar a profesionales registrados ningún establecimiento podrá obtener o mantener su habilitación municipal.

Las piletas de clubes son un buen refugio para el calor. A partir de este verano, las de Luján de Cuyo deberán contar con un guardavidas profesional.
Las piletas de clubes son un buen refugio para el calor. A partir de este verano, las de Luján de Cuyo deberán contar con un guardavidas profesional.

La ordenanza también pone el acento en las condiciones mínimas de seguridad, esas que muchas veces se pasan por alto como la señalización visible, delimitación de profundidades, casillas elevadas para vigilar mejor, zonas de primeros auxilios, botiquines completos, duchas de ingreso y presencia permanente de personal médico o de enfermería.

Los responsables de las piletas o espejos de agua deberán garantizar además “sillas, equipos de comunicación, chalecos, tablas espinales, collares cervicales, banderas que adviertan sobre el estado del agua, protectores solares y la indumentaria identificatoria” para que nadie dude de quién está a cargo.

Cantidad de guardavidas por pileta y multas severas

La tarea del guardavidas también queda plasmada como una responsabilidad minuciosa y exigente. Su jornada no podrá superar las seis horas diarias -como indica la Ley Nacional N° 27.115- y deberán mantenerse atentos, sobrios y preparados para intervenir en segundos en caso de una emergencia.

Su rol no se limita al rescate: también deben “prevenir, educar, evitar conductas riesgosas y sostener una presencia firme pero amable hacia el público”, según dicta la ordenanza de Luján.

El Carrizal es otro espejo de agua de Luján de Cuyo elegido por cientos de familias mendocinas y turistas durante el verano.
El Carrizal es otro espejo de agua de Luján de Cuyo elegido por cientos de familias mendocinas y turistas durante el verano.

La norma fija, además, la cantidad mínima de personal exigido: un guardavidas cada 100 personas en piletas de 25 metros, dos cada 100 en piletas de 50 metros, y uno cada 80 metros en playas fluviales, incrementándose a uno cada 40 metros en zonas de mayor afluencia.

A quienes no respeten estas obligaciones, la ordenanza establece que las infracciones podrán implicar multas que aumentan según la gravedad y la reincidencia, y en los casos más críticos la clausura del establecimiento que brinda servicio de pileta por hasta 30 días.

Una ley nacional para salvar vidas en el agua

Para quienes dedican su vida al salvamento acuático, la decisión de Luján es más que un logro administrativo. Es un reconocimiento largamente esperado.

Federico Caccavariguardavidas y responsable de la Playita de Luján, celebró la norma con la convicción de quien ha visto de cerca la fragilidad de una vida en el agua. “Es un paso muy importante y estamos contentos de que sea en Luján, que siempre fue pionero”, afirmó y contó: “Hace años vengo haciendo mis aportes y colaboraciones para que salga esta ordenanza, así como he hecho propuestas a la Legislatura”.

Federico Caccavari está a cargo de la Playita de Luján, además de integrar la asociación civil que nuclea a guardavidas como él.
Federico Caccavari está a cargo de la Playita de Luján, además de integrar la asociación civil que nuclea a guardavidas como él.

Recordó, en este sentido, que la Ley Nacional de Guardavidas lleva una década vigente y que, hasta ahora, Mendoza no contaba con una regulación propia que acompañara ese marco legal.

Caccavari forma parte de la Asociación Civil de Prevención y Rescate, la primera de guardavidas de la provincia y una de las primeras del país. Allí trabajan más de 70 profesionales que cada temporada se distribuyen entre escuelas de verano, barrios privados, clubes, espacios públicos y balnearios municipales.

Niños y adolescentes lideran el ranking

Para ellos, esta ordenanza no solo ordena la actividad: les devuelve respaldo, identidad profesional y una herramienta concreta para seguir bajando la tasa de incidentes acuáticos que en Mendoza cada año termina con la vida de entre las 10 y 12 personas. Más aún cuando las estadísticas reflejan que el 95% de los casos de ahogados son niños o adolescentes.

El concejal Trentacoste, por su parte, destacó que el objetivo es evitar tragedias y construir una cultura del cuidado en el agua. “El guardavidas no solo salva vidas, también educa y promueve el respeto por el agua y por el entorno natural”, señaló.

Su propuesta apunta a que la seguridad acuática deje de depender de la buena voluntad de cada institución y pase a ser una política pública sostenida, con reglas claras y responsabilidad compartida.

El caso más resonante de los últimos tiempos en Luján de Cuyo fue el de un niño de 4 años que en febrero pasado murió ahogado en la pileta de Marista.

La idea es replicar la norma en otros municipios

Con esta decisión, Luján de Cuyo se convierte en el primer municipio de Mendoza en contar con una legislación integral sobre seguridad acuática y abre la puerta para que otros departamentos imiten la iniciativa.

Para una provincia donde la presencia del agua siempre fue vital y, a la vez, riesgosa, la nueva ordenanza busca marcar un antes y un después.

La idea es que cada verano esté más asociado al disfrute que al dolor, y que detrás de cada tarde de pileta o río haya profesionales atentos, visibles y preparados para cuidar lo que más importa: la vida.

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