El Ministerio de Salud reglamentó la nueva norma que exige a la DGE adaptarse a la ley de etiquetado frontal y ayudar a cambiar la alimentación de los niños
¿Chau al alfajor en el cole? El Ministerio de Salud exigió a la DGE que los kioscos de las escuelas dejen de vender productos con sellos.Foto: Cristian Lozano
Comprar un alfajor de chocolate en la escuela durante el recreo dejará de ser una opción en el 2025. O al menos eso es lo que pretende el Ministerio de Salud de Mendoza que ya le avisó por decreto a la DGE que deberá adaptar pliegos y contratos para que los kioscos escolares cumplan con la ley nacional de etiquetado frontal, justamente de autoría de dos mendocinos.
Los “kioscos saludables” son un sueño recurrente de los gobiernos, pediatras y nutricionistas que no ha visto la luz en la vida real. Ahora, con la reglamentación de la nueva ley N° 9.525 provincial sancionada por la Legislatura hace unos meses, la intención es que el ciclo lectivo que viene sea el del puntapié inicial para empezar a cambiar el paradigma en Mendoza.
La norma madre, la sancionada por el Congreso en 2021, es la que incorporó los octógonos negros en productos con exceso de azúcares, sodio, grasas y calorías; y rectángulos del mismo color en aquellos que contienen edulcorantes y cafeína, lo que no se recomienda en las infancias.
No son muchas las opciones de productos sin sellos por lo que, si la DGE aplica la ley como espera el Ministerio de Salud, los kioscos de las escuelas deberán ser muy ingeniosos.
Esa ley de Julio Cobos y Anabel Fernández Sagasti, formalmente llamada de Promoción de Alimentación Saludable, prohíbe además la venta, regalo y publicidad en las escuelas de alimentos y bebidas que contengan al menos un sello; que son los que en su mayoría adquieren los chicos en los kioscos como galletitas dulces o saladas, chocolates, golosinas, juguitos o gaseosas.
Sellos, afuera de los kioscos de las escuelas por decreto
El 67% de las escuelas públicas argentinas provee algún alimento y el 71% tiene kioscos o buffets en los que los niños, niñas y adolescentes consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería o productos de copetín y el triple de golosinas respecto de los adultos y las adultas.
Esos son algunos de los datos que sirvieron de argumento en su momento para la sanción de la ley de etiquetado frontal nacional, por la que, con el tiempo, los fabricantes fueron adaptando el packaging de sus productos.
Esa norma, en el artículo 12, establece que “los alimentos y bebidas analcohólicas que contengan al menos un sello de advertencia o leyendas precautorias no pueden ser ofrecidos, comercializados, publicitados, promocionados o patrocinados en los establecimientos educativos que conforman el nivel inicial, primario y secundario del Sistema Educativo Nacional”.
Tres años después de la sanción de aquella ley, Mendoza legisló la propia de Prevención y Promoción de la Salud, que en su artículo 7 reza: “Dentro de los establecimientos educativos que conforman el nivel inicial, primario y secundario del sistema educativo provincial, no se podrá vender y/o publicitar alimentos con nutrientes críticos y valor energético superiores a los establecidos” en la ley nacional.
Chocolates, una opción para nada saludable en la alimentación diaria de los niños.
Esta semana, la cadena legislativa se completó con el decreto Nº 1.835 por el que el gobernador Alfredo Cornejo estableció que para el cumplimiento de esa norma provincial impulsada por el Ministerio de Salud de Rodolfo Montero, “el Ministerio de Educación, Cultura e Infancias y Dirección General de Escuelas (DGE) ajustará la normativa, pliegos, contratos y/o permisos que habilitan la venta de alimentos dentro de los establecimientos bajo su jurisdicción”.
La normativa provincial es parte del paquete de leyes que buscan reformar el sistema de salud en Mendoza. En ese cambio, la actividad física y la alimentación de los niños es prioridad para el Ministerio de Salud que con estas reglas pretende, por un lado que todos los chicos puedan tener acceso a ejercitarse -al menos en las escuelas- y, por otro lado, dar un mensaje fuerte sobre su nutrición.
“La intención es que el cambio empiece con el ciclo lectivo 2025“, dijeron desde Salud, que con el decreto en mano, le dará un buen tiempo a la DGE para que se empape de la normativa y, de a poco, pueda ir adaptando los kioscos y buffets escolares.
Sabido es que en tiempos de crisis la posibilidad de elegir se reduce, pero el objetivo de la norma es que esos productos con sellos se vayan reemplazando por opciones como frutas, licuados y preparaciones caseras.
La satisfacción de los autores mendocinos de la ley de etiquetado frontal
Detrás de la ley de etiquetado frontal, que el Gobierno de Mendoza busca que se cumpla en las escuelas, estuvieron dos mendocinos: Anabel Fernández Sagasti y Julio Cobos. Los legisladores nacionales, una peronista y otro radical, son coautores de la norma.
“Celebro que se avance con la reglamentación”, dijo la senadora a Diario UNO. “El objetivo claramente es generar conciencia y hábitos de alimentación saludable en los niños, niñas y adolescentes”, aportó al conocer que el Ministerio de Salud dio un paso clave para que su ley se lleve a la práctica.
Durante el proceso de redacción del proyecto, los autores recibieron los consejos de nutricionistas y estudiaron las experiencias de países como Chile y México.
“El 29% de la población argentina es obesa y esto se agrava en nuestros niños. Lideramos el ránking regional de obesidad infantil: el 10% de los niños menores de cinco años padecen ese problema. Y si ampliamos la franja etaria, 3 de cada 10 chicos tienen obesidad o sobrepeso y 1 de cada 4 escolares tiene sobrepeso. Si proyectamos esta tendencia, en dos o tres décadas el sistema de salud estará colapsado de pacientes jóvenes con enfermedades derivadas de la obesidad”, dice Julio Cobos apoyándose en datos para volver a los argumentos que en su momento dieron origen a la ley de etiquetado frontal.
Foto: Cristian Lozano
“El diagnóstico es contundente”, expresa el diputado nacional por Mendoza. “Revertirlo requiere un cambio radical en los hábitos de vida”. En ese camino, no solo la práctica deportiva activa y constante es suficiente, también es necesaria una alimentación saludable y es entonces cuando entra en juego la escuela, un lugar en el que los menores pasan buena parte de su tiempo y adquieren nociones no solo académicas.
“Este cambio sólo puede tener éxito si surge del consenso de todos los sectores y el sostenimiento de políticas de estado preventivas; y en ese marco ésta es una muy buena noticia”, expresó Cobos sobre la reglamentación de la ley en Mendoza.
La escuela sola no puede
El derecho a la Alimentación Saludable, fue reafirmado en la declaración de Roma sobre la nutrición en 2014, por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La dieta insalubre y la falta de actividad física están entre los principales factores de riesgo para la salud; y es por ello que la Sociedad Argentina de Pediatría fue una de las que este año insistió en que los kioscos de las escuelas dejen de ofrecer alimentos con sellos negros.
“La escuela es un lugar clave para mejorar los hábitos alimentarios”, dijeron los pediatras en un comunicado, en el que también hacen foco en los hábitos que se reciben dentro del hogar.
En Mendoza, ya desde el 2011 rige la ley de merienda saludable por la que en todas las instituciones escolares los docentes incorporan en la currícula la enseñanza de hábitos saludables que tienen que ver no solo con la alimentación, sino también con la actividad física y la salud bucal.
A su vez, esa norma expresa que los kioscos en las instituciones debían incorporar alimentos saludables y ponerlos a la vista.
La ley Nº 9.525 da un paso más.
“Buscamos mejorar todo el entorno, no solo el escolar”, señalaron desde el Ministerio de Salud, que analiza alternativas para que los kioscos que están cerca de establecimientos educativos, y que no quedan comprendidos dentro de la norma, también puedan colaborar ofreciendo productos más saludables.
“No podemos prohibirle a un kiosco que venda golosinas, pero sí queremos pedirles a los que están en el entorno escolar que brinden más opciones”, dicen.
La mirada también está puesta en la casa. Que el alfajor o el paquete de galletitas que el chico no pueda comprarse en el colegio le llegue en la mochila todos los días es un paso hacia atrás. De ahí que la norma provincial implica el fomento y la implementación de diversos mecanismos de coordinación y capacitación para que desde la comunidad surja la búsqueda de una alimentación saludable, variada y segura.
Tres recomendaciones de Unicef sobre la oferta en kioscos y cantinas
- Se recomienda a las instituciones educativas que se asesoren con personas licenciadas en Nutrición para el armado de propuestas para kioscos y cantinas, para atender adecuadamente la demanda en recreos y almuerzos cuando no se cuenta con comedor escolar.
- Se recomienda la elaboración de un listado de productos comerciales sin sellos.
- Se recomienda a las autoridades locales la creación de plataformas en donde puedan registrarse los productores y las productoras locales, así como también las empresas que ofrecen alimentos saludables, a los fines de acercar la oferta y la demanda de productos artesanales en cada localidad.
La DGE estableció del12 al 16 de octubre la semana de la merienda saludable. Las escuelas realizan concursos de recetas saludables con la utilización de frutas y decoran las aulas con imágenes y mensajes saludables.