Lo expresó Rodolfo Arce, referente de la Cámara de Servicios Mineros de Mendoza en Malargüe, durante el Día del Proveedor Minero.

El 28 de mayo se conmemora en Argentina el Día del Proveedor Minero, una fecha que busca fortalecer el vínculo entre empresas proveedoras de bienes y servicios y la industria en todas sus etapas productivas. En este marco, cámaras empresariales de distintas provincias trabajan para generar redes que cubran las necesidades logísticas, técnicas y comerciales del sector.
Desde Malargüe, Rodolfo Arce, miembro de la Cámara de Servicios Mineros de Mendoza, aprovechó la fecha para referirse a la situación actual del rubro en la provincia. Indicó que desde la entidad están “trabajando mucho en la capacitación” y atentos al desarrollo de la actividad, debido al “gran potencial que tiene Mendoza en minerales” demandados tanto en el mercado nacional como internacional.
Comparaciones con Chile y San Juan
Arce resaltó el rol clave de los proveedores de servicios mineros, que participan en todas las fases del proceso: desde la distribución de maquinaria e insumos tecnológicos hasta la provisión de alimentos y servicios generales. Sin embargo, reconoció que Mendoza parte en desventaja frente a otras jurisdicciones con mayor trayectoria.

La minería “eje” del último encuentro de concejales del Sur de Mendoza.
“Chile nos lleva 20 años de desarrollo, y San Juan, ocho”, afirmó el empresario, en referencia a la diferencia en experiencia y volumen de actividad respecto de provincias y países vecinos.
Restricciones y expectativas
Consultado sobre el futuro de la minería en Mendoza, Arce fue prudente. Explicó que las limitaciones legales actuales —que permiten sólo ciertas categorías de explotación, excluyendo la minería metalífera— condicionan los tiempos del crecimiento esperado. Sin embargo, se mostró esperanzado en que los proyectos del programa Malargüe Distrito Minero Occidental puedan abrir nuevas posibilidades.
“Falta tiempo, pero tenemos que estar preparados. Va a llegar el momento en que comiencen las grandes demandas, y nuestras empresas deben estar adecuadas”, sostuvo.
En ese sentido, subrayó que el desafío no es solo cumplir con los requisitos de las compañías mineras, sino también responder a las expectativas de los consumidores finales, que verán reflejado el desarrollo económico en las comunidades donde viven.